Me gustas mucho

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Eran las 7 am cuando sonó la alarma de mi iPad, todas despertaron, me miraron feo y siguieron durmiendo. Yo en silencio tomé mi mochila y me fui al baño, me quite el pijama y me metí a la ducha. En tres horas vería a Jess, estaba nerviosa y feliz. Me quede un buen rato bajo el chorro de agua, pensando en que le diría o en que haríamos hoy.
-¡Abre la puerta que me voy a mear!
Era Paty, mi sonrisa fue automática, le dije que se esperara, cerré la llave del agua me envolví en la toalla y salí
-Mea rápido que tengo que entrar a vestirme. -dije entre risas
Paty entro corriendo al baño, de verdad estaba desesperada. No demoro mucho en salir del baño, así que me metí de nuevo y comencé a vestirme, solo había llevado ropa interior, por lo que tuve que ponerme la misma ropa del día anterior. Me estaba arreglando el cabello, cuando me di cuenta que llevaba puesta la misma ropa con la que Jess ya me había visto antes, mierda.
Cuando salí del baño, Lizz estaba preparando huevos y las demás estaban sentadas tomando té y viendo el matinal. Fui a la cocina y ayude a Lizz a terminar el desayuno.
En la mesa, Aylen me pregunto si iría a la U, iba a responder pero Paty se me adelantó:
-Se juntara con su amada -dijo sarcásticamente
Al unísono las demás dijeron "uuuuuuuy", fulmine a Paty con la vista, algo que ya era típico y me sonrojé.
Me encantaban los huevos revueltos, pero estaba tan nerviosa que a duras penas termine mi taza de té. Me pare de la mesa y me fui a sentar al sillón. Al frente estaban construyendo así que me gustaba sentarme a mirar por la ventana como las grúas movían cosas.
A las 9:30 me levante del sillón, me despedí de las chicas y Paty me besó la frente diciéndome "disfruta tu día, y no olvides que nada es imposible" , la mire y ella estaba sonriendo, yo también sonreí le bese la mejilla y salí del departamento.
Llegue a Santa Lucía 10 minutos antes, mire a todas direcciones y no vi a Jess, así que, me senté en un rincón a esperar mientras miraba la gente que venia llegando. En la tercera ola de gente que salía, venia ella, me pare de inmediato y la espere. Se veía tan bien, que mi estomago no habían mariposas, habían elefantes revoloteando. Ella me saludo esbozando una tímida sonrisa y yo la salude a ella lo mas tranquila posible. Nos fuimos al cerro Santa Lucía.
Le dije a Jess que subiéramos a lo mas alto del cerro y ella me miro con cara de pánico, la abrase y le dije que no fuera floja, que podíamos hacerlo. Ella se sonrojo cuando yo la abracé y me dijo que subiéramos. Durante todo el camino fuimos jugando, ella se veía cansada así que le dije que la tomaría en brazos, ella me sonrió y dijo que no me la podría, le dije que si y me lance sobre ella levantándola, estábamos de frente y nuestras miradas se cruzaron, la baje de inmediato, di vuelta la vista y le dije que yo era más fuerte que Hulk. Ella sonreía tímida.
Estuvimos mirando un largo rato el paisaje desde arriba en el cerro, hasta que Jess dijo:
-Mia, ¿me acompañas a hacerme un piercing?
La observe, vi como sus mejillas se enrojecían nuevamente y le dije que si.
Bajamos el cerro a trompicones, ambas teníamos pésimo equilibrio. Jess se quería poner otro piercing en el labio, me parecía sexi, pero obviamente no se lo dije.
Cuando llegamos a la feria artesanal, ella busco el piercing y pidió que se lo hicieran, le dieron una dirección y nos encaminamos a por el piercing.
Cuando llegamos hicieron pasar a Jess, no me dejaron entrar con ella, así que, me quede a fuera a regañadientes. Luego cuando salió trague saliva, ese piercing le quedaba genial. Ella se tocaba el labio y me preguntaba si de verdad estaba bien. Su inseguridad me producía ternura.
Salimos del local y le pregunte que que haríamos ahora, la verdad no tenía idea de donde llevarla y ya estaba bastante cohibida. Ella me dijo que fuéramos al parque San Borja, que quedaba cerca. Durante el camino fui intentando levantarla todo el rato, ella se reía y eso me gustaba.
Cuando llegamos jugamos un rato en los columpios y resfalines, para luego tirarnos en el pasto y solo conversar. Recuerdo que hacia mucho frío y me estaba congelando, pero estaba tan cómoda con ella que prefería morir de hipotermia a pararme.
Ella se apoyó en mi vientre y yo automáticamente comencé a acariciar su cabeza, ella se quedo tranquila, estaba relajada. A los minutos tomo mi mano libre y la levanto, observó una ligera cicatriz en mi muñeca y me dijo que no lo hiciera mas, luego yo vi la suya, su muñeca estaba llena de cortes, también le pedí que no lo volviera a hacer y nos quedamos un ratito abrazadas, ella jugaba con mi mano libre, mientras, yo, con la otra acariciaba su cabeza.
El frío ya era mucho, ella se levanto y comenzó a moverse, me tapaba los ojos con mi gorro y se reía, la verdad no entendía para que lo hacia, pero me causaba gracia que me tapara los ojos. En un momento que me los tapo se quedo en silencio y yo también quede paralizada, solo nos interrumpió el sonido de su celular. La llamaba su hermana, le preguntaba donde estaba.
Luego de la llamada decidimos que ya era hora de pararse e ir a comer. Me llevo a un local llamado pollisimo, donde, según su hermana, vendían las mejores papas fritas del mundo. Ninguna tenía mucho apetito así que, pedimos una porción de papas y decidimos ir a otro lugar.
Esta vez elegí yo, la lleve a caminar por un parque que estaba cerca, ella miraba todo impresionada, se veía feliz. Llegamos casi al final del parque cuando vi un árbol, no era un árbol cualquiera, era un árbol que incitaba a subirse, y yo tan infantil, salí corriendo hasta el y me encarame. Ella me miraba desde abajo, mientras le pedía que subiera y ella decía que le daba miedo.
Tome su mano y la ayude a subir, quedamos de frente, muy cerca y se sentía una tensión nerviosa, ella comenzó a jugar con sus pies y me acercaba mas a ella. Yo estaba nerviosa, era mucha la cercanía, así que, le dije que le mordería la cabeza, porque lo hice aun no lo se, pero si se que me dolió hasta el alma cuando lo intente, me había puesto el piercing smile hace unos días y el intentar morderla hizo que me golpeara en el piercing, ella sonrió y dijo:
-ah si, yo te puedo morder la pera.
Y sentí como se acercaba a mi cara, pero no a mi pera, si no a mis labios, apretó sus labios contra los míos y nos sumergimos en un largo y lento beso, un beso inolvidable, un beso que expresaba todo lo que sentíamos, un beso que terminó con un beso esquimal y un "me gustas mucho" por parte de ambas, casi al unísono.
Con los sentimientos a todo desbandar nos bajamos del árbol, ella tomo mi mano, me giro y me volvió a besar, luego sin soltar mi mano seguimos caminando. Ya era tarde, había llegado la hora de irse.
-¿cuando te veré de nuevo?

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⏰ Última actualización: Jul 23, 2017 ⏰

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