𝑁𝑢𝑒𝑠𝑡𝑟𝑜 𝐶𝑜𝑚𝑖𝑒𝑛𝑧𝑜 |ℍ𝕖𝕣𝕞𝕚𝕠𝕟𝕖 𝔾𝕣𝕒𝕟𝕘𝕖𝕣 𝕐 𝕋𝕦|

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-¡Ahí estás Potter!- apareció Snape delante de todos.

Snape volteó y al ver al lobo se asustó abriendo sus brazos protectoramente dejándonos atrás suyo.

El lobo le dió un manotazo a Snape y caímos al suelo, me quejé por el dolor.

Lupin intentó atacar de nuevo pero otro lobo se le lanzó haciendo que caigan al suelo juntos y empiecen a pelear.

Se alejaron persiguiendo Lupin a Sirius.

-¡Sirius!- Potter corrió hacia ellos.

-¡Harry!- Ronald y Granger intentaron ir con él pero Snape no los dejó.

-¡Debemos ayudarlo profesor!-

-¡Es muy peligroso señorita Lestrange! Además el se sabe cuidar-

Suspiré.

Se escuchó un aullido y todos nos miramos confundidos, a excepción de Snape, claro.

Después de unos momentos encontramos a Potter y a Black inconscientes.

Fuimos a la escuela y los llevaron.

Fuimos a enfermería y a Black lo capturaron. Ahora Granger le está dando la noticia a Potter.

Entró Dumbledore a la enfermeria.

-¡Director los tiene que parar!- pidió Granger.

-Es un error- los tres se acercaron.

-Si es cierto, Scabbers es el culpable-

-¿Scabbers?- preguntó Dumbledore al escuchar a Ronald.

-Es mi rata, señor. No es realmente una rata. Bueno, si era, la rata de mi hermano Percy, pero ahora tiene una lechuza-

-Nosotros sabemos la verdad- habló de nuevo Granger.

-Es cierto- me levanté de la cama y me acerqué a ellos con una mano en mi estómago.-Estamos diciendo la verdad.

-Créanos, por favor-

-Si les creo, señorita Granger- puso una mano en el hombro de la castaña- Pero la palabra de seis magos de 13 años convencerá a pocos.

Se acercó a Ronald.

-La voz de un niño, a pesar de su honestidad y verdad...-le dió una palmada en la pierna lastimada al pelirrojo, me aguanté la risa-...no significa nada para los que han olvidado como escuchar.

Volvió a darle un palmada y solté una risita para después ponerme seria de nuevo.

Dumbledore empezó a caminar hacia la salida.

-Es una cosa misteriosa, el tiempo, poderosa. Y cuando uno interfiere, peligrosa. Sirius Black está en la última celda de la torre oscura-

Se dió vuelta.

-Usted conoce las leyes, señorita Granger. No deben ser vistos y harían bien en regresar antes de la última campanada. Si no, las consecuencias serán inimaginables. Si tienen éxito...-se acercó a Granger- salvarán más de una vida inocente. Basta con tres vueltas, creo.

Fue a la salida y antes de cerrar las puertas nos miró.

-A propósito. Cuando tengo dudas, he descubierto que es sabio volver sobre mis pasos, buena suerte- se fue cerrando la puerta.

-¿De que demonios se trataba eso?- preguntó Ronald.

-Lo lamento Ron, pero como no puedes caminar...-

-Yo voy- dije segura.

-¡¿Que?!- dijeron mis amigos al unisono.

-Si, yo voy con ellos. Ustedes quédense con Weasley-