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Ahora ambos chicos estaban en la habitación de Bruce, listos para dormir.
Cassidy estaba en el baño, cepillándose los dientes y lavándose la cara, mientras Bruce se cambiaba en su habitación. Cuando Cassidy salió del baño, vio que Bruce ya estaba en la cama, mirando lejos mientras pensaba.
Ella se acercó a la cama y se deslizó debajo de las sábanas, sintiendo el frescor de las sábanas suaves y limpias, Bruce la miró y le dedicó su típica sonrisa de lado.
—¿Mañana irás a trabajar?— Preguntó Bruce mientras se recostaba en la cama junto a Cassidy.
—Si, tengo que, pero salgo a las ocho, eso me dijo Ryan.— respondió Cassidy mientras se acomodaba en la cama.
—Bien.
Bruce apagó la luz de la lámpara de noche y se acomodó en la cama junto a Cassidy, él la tomó suavemente de la mano y la acercó a él, haciendo que se sintiera protegida y cómoda.
Cassidy se sintió muy cómoda en la cama junto al castaño, se estaba volviendo una adición dormir con el y no podía evitar sentirse cada vez más atraída por el, era tan... perfecto y tan amable con ella, y ella no podía evitar sentirse feliz por cómo iban las cosas entre ellos.
—¿Estás cómoda?— Preguntó Bruce, acariciando suavemente su mano.
—Sí, estoy muy cómoda.— respondió Cassidy, sonriendo.
Bruce acarició suavemente su mejilla y se acercó para darle un suave beso en los labios, el beso fue lento y dulce, pero pronto se volvió más apasionado.
Cassidy se entregó al beso, dejando que sus labios se movieran junto con los de Bruce.
Finalmente, Bruce se separó de Cassidy y la miró a los ojos. —Creo que deberíamos dormir ahora.— dijo él, calmado.
—Sí, tienes razón.— respondió Cassidy, sonriendo de vuelta, se acomodó en la cama y se acercó más a Bruce, sintiéndose muy cómoda y segura en sus brazos.
La verdad es que el castaño se había cambiado con ropa de pijama por fachada, pues tenía que hacer creer a la pelirroja que si iba a dormir.
Mientras tanto, unos minutos después, Bruce se encontraba sentado en la cama, con la mirada fija en la puerta de su habitación, Cassidy estaba acostada, con los ojos cerrados, respirando profundamente, él esperaba a que ella se durmiera para poder salir y cumplir con su deber como Batman.
La habitación estaba en silencio, excepto por el sonido de la respiración de Cassidy, cálmante y profunda, el supo que ya se había dormido, Bruce suspiró y se pasó una mano por el cabello de la pelirroja, se sentía culpable por engañar a Cassidy, pero sabía que no podía abandonar su papel como protector de Gotham y mucho menos podía decirle lo que hacía.
