Capitulo 1

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Esto tiene que significar más.
(Primer impacto de dos asteroides)

—Se nos va a terminar el receso, Kamila —Mis mejores amigas Rosa y Elissa llevaban un buen rato insistiéndome para que salieramos a los pasillos de la escuela, pero yo me sentía bastante cómoda ahí en mi puesto terminando de pasar los apuntes de la clase de biología. Suficiente tenía con que ya a la profesora no le caía nada bien, y yo solo le demuestro con mis calificaciones que no hay necesidad de ser de su agrado para ser la mejor del salón en su materia.

—Esta bien, todo por que dejen de hablar como locas —No podía hacer más que seguirlas, de cualquier otra forma no me dejarían nunca en paz.

Salimos y nos unimos al grupo de mi salón, los chicos comentaban algo sobre el partido de este fin de semana y Rosa los criticaba porque literalmente solo sabían hablar de eso.

—Si no les gusta el tema solo no opinen —Se defendió Azrael, otro de mis compañeros.

—Yo pienso igual que el —Dije para que las chicas los dejaran de molestar. No estoy de acuerdo con  las chicas porque después de todo a mi también me gusta despejarme jugando fútbol. Aunque algunos lo vean poco femenino, eso no significa que podamos practicarlo igual.

—¿De qué lado estás?—Me preguntó Elissa.

Ella es ese prototipo de chica bajita, de piel morena y uñas largas, pero carismática y fiestera, mientras que Rosa, por su parte, es un poco más alta, delgada y tiene el cabello muy largo, además de que es un poco más introvertida que Elissa.

No estaba lista para una discusión por tonterías así que les respondí simplemente con una mirada de desaprobación.

Giré un segundo los ojos y me encontré con que algunos chicos de otro curso venían haciéndose comentarios graciosos. Entre ellos note a alguien en particular, no sé si fue su mirada o esa aura diferente que lo envolvía, pero algo me hizo quedar mirándolo, no me importó ser poco sutil o entrometida. Y juro que por al menos 0.0005 segundos mi vida se detuvo, algo cambió, creo que él también me miró, pero como era obvio siguió la conversación con sus amigos y continuó caminando.

Ahí me quedé atontada por lo que me provocó la mirada de una persona a la cual no había visto antes. ¿Saben eso que dicen que no es cierto lo de enamorarse a primera vista?, pues opino diferente y tengo esos microsegundos de testigo.

—¡Hey! ¿Sentiste eso? Fue demasiado intenso! —Carla,una chica de otro salón con la cual me llevo muy bien, me miró y luego señaló al chico que se alejaba.

—No...no sé de qué hablas—La miré confusa.

—¡¿Estás de broma?! Ve rápido y pídele su número.

Ni idea de que me impulsó a hacerle caso porque yo nunca hacía estas cosas pero sentía que necesitaba hablarle, así que bajé por donde él se había ido y entre tantos estudiantes creí haberlo perdido, lo busqué por todas partes y al mirar bien...¡Ahí estaba! Se encontraba subiendo las escaleras del primer piso, pero no iba solo, traía a alguien de la mano. Una chica Morena muy bonita caminaba a su lado y admito que me sentí decepcionada, pero era normal que un chico como el tuviera novia, en los pasillos siempre me encontraba parejas por todas partes así que lo tomé como algo sin importancia. Volvía a mi salón cuando vi a Carla nuevamente.

—¿Y? ¿Se lo pediste?—Me preguntó emocionada.

—No, tiene novia.

—¿Y eso que importa? Eso que yo vi en el pasillo no fue algo normal, Kamila. Eso tiene que significar más.

—No hay nada que hacer, ni siquiera lo conozco—Ya me había decidido en volver al salón, pero ella me detuvo.

—Hoy es un buen día para conocer gente —Dicho esto agarró mi teléfono y se fue corriendo hacia el piso anterior.

Pensé: ¿Estará loca? Pero al verla regresar con una sonrisa de oreja a oreja sabía que traía el número consigo.

—Listo, ahí lo tienes —Me entregó el teléfono un poco agitada.

Sonó el timbre y todos tuvimos que volver a nuestros salones, ya dentro les conté a Rosa y a Elissa lo que pasó y me atreví a escribirle.

Km: Hola.

Solo quedaba esperar por su respuesta, no tenía claro si hacía lo correcto al escribirle a un chico que claramente tiene novia. Pero no perdía nada con intentarlo.

Entonces no sabía que ese sería el primer mensaje de muchos, que mi historia se revolucionaría después de él...

De la Luna a SaturnoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora