Capítulo 6: La Primera Pista

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Después de los explosivos estallar, regresamos al bosque para enterrar los restos del cuerpo que había sido de Jason. Nina se había calmado un poco, se despidió de Jason después de haberlo enterrado con una flor en su mano. Dejándola encima del lugar y escribiendo su nombre por encima de la tierra.

Nos costó encontrar todos los restos ya que se habían desparramado por el bosque, nuestras manos estaban sucias de sangre seca y nos las tuvimos que lavar en un río que encontramos cerca de allí.

El Río Suicida. Así dijo Harold que lo solían llamar, nos contó que muchos adolescentes habían muerto en él. No se sabía si había sido suicidio, pero como no había evidencia de que fueran asesinatos entonces dejaron el caso como tal.

El agua al principio se tornó roja pero después de un tiempo volvió a su color normal.

Jason era un chico feliz, y rebelde a veces como cualquier adolescente, pero no merecía morir de esta manera.

Y lo peor de todo es que no le dió tiempo de decirnos quién era el culpable.

Su muerte quedaría impune.

La policía no se involucró en el caso y solo se dedicaron a informar a su familia que no regresaría de aquel Campamento que había ido sin saber que no volvería jamás.

Y capaz era el mismo destino que nos esperaba a los demás.

Era como una maldición, pero yo ya no sabía que pensar.

¿Quién lo haría? Si fue la misma persona que amenazó a Nina supongo que era por qué sufría rencor o algo parecido hacia ella. Pero ¿para llegar a matar a alguien? Eso es extremo.

No pegué ojo esa noche, solo me dedicaba a mirar la puerta de la cabaña, esperando que algo o alguien entrará por ella. Cuidaría de el rubio, no me importaba nadie más.

Me encontraba desayunando con los demás en la mesa. Pero el ambiente era tenso, silencioso.

— ¿Nos quedaremos de brazos cruzados? Yo propongo que hagamos turnos para vigilar.

Propuso Nina.

— ¿Para que? ¿Para que el asesino nos valla matando uno por uno? Paso.

Respondió Rebecca haciendo mala cara.

— No me sorprende que no quieras ayudar...es más, no me sorprendería si tú llegas a ser la asesina.

— ¿Yo? Por favor, no me ensuciaría las manos con tu sangre ni aunque me pagarán. ¿Pero por qué está acusación de repente? ¿No será que tú lo eres?

Nina rodeó los ojos, no respondió queriendo terminar la discusión con Rebecca.

— No sirve de nada que nos acusemos entre nosotros, debemos estar unidos.

Afirmé.

— La noche anterior a la muerte de Jason, ¿No notaron nada sospechoso? ¿Ni quien estaba despierto o sobrio?

Nina me miró — La verdad es que había cómo muchos ebrios también lo habían sobrios. ¿Sospechas de alguien?

— No, no todavía. — hice una pausa .— Nina, ¿Conoces a alguien que te odiara lo suficiente para hacer que se muera tu mejor amigo?

— Me estresa no saber quién está detrás de esto. No conozco a nadie que le haya hecho tanto mal para que hiciera algo así.

— ¿Y si no se trata de Nina?

Preguntó Stive.

— ¿A qué te refieres con eso?

— Digo que capaz el asesino no le agradaba Jason o algo le pasó con él, y que no tiene nada que ver con Nina.

— Puede ser una opción...

— El asesino o la asesina debió de salir de su cabaña sin hacer ruido, supongo que debe de ser una alejada del resto. — Pronunció Levin pensativo .— La únicas dos cabañas que están medio alejadas son las de Jake y Malcolm y la de Rebecca y Stive.

— ¿Y si buscamos en los alrededores? Capaz el asesino vive cerca de aquí y no necesariamente es uno de nosotros.

Propuse. Todos asintieron.

— Andando.

— Gracias por el desayuno, Harold.

Agradeció Jake. Hasta en esta situación no deja de ser tan tierno.

¿Pero que me pasa hoy? No puedo dejar de verlo mientras nos dirigimos al bosque.

— ¿Tengo algo en la cara?

— No, solo tu bello rostro.

Después de una hora buscando, me sorprende el grito de Stive.

— ¡Miren allí! ¡Es una casa!

Todos miramos a la dirección que él señalaba. Se trataba de una casa medio descuidada, que nadie se acercaría en sus cinco sentidos. Perfecta para un asesino.

— Vamos.

Nos adentramos en ella, había muebles viejos al igual que cuadros y objetos con polvo. Consistía en un comedor sencillo, con una pequeña mesa con dos sillas a sus costados, una ventana con cortinas en la pared encima del lavavajillas. Un baño que se encontraba muy sucio y olía horrible, y solo tenía un dormitorio sencillo, con una cama de una plaza y una mesa de luz. Junto con un armario viejo de color marrón.

— Parece la casa de un anciano o anciana. Es muy solitaria y antigua.

Describió Nina. Asentí.

Buscamos por toda la casa pero estaba vacía, no habíamos encontrado nada de importancia. Hasta que le eché otro vistazo antes de irme, encontré un pendiente al lado del sillón de la sala. Estaba allí como si alguien lo hubiera tratado de esconder.

— Miren.

Les mostré a los demás el pendiente, era una piedra de color amarillo y sus alrededores eran de color plateado. ¿A quién había visto con esto? Me parecía conocido...

— La primera pista.

Pronunció Levin con una sonrisa de boca cerrada.

¿Quién es el Asesino?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora