Capitulo 12: El Diario

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Me quedé helado cuando leí el diario de Sefanian Nobliz.

Nina le había preguntado a Harold para confirmarlo, y si era cierto. Sefanian había sido el último chico que había visitado el campamento.

Su muerte impactó a sus padres, además de porque la policía no dio señales de que estuvieran interesados en descubrir los detalles cuando supieron que había sucedido en el campamento.

Lo veían como una causa perdida este lugar y nadie se atrevía a investigar ni intentar detener al asesino o asesina que se encuentra aquí.

Eso me frustra mucho, me da impotencia, pero muy en el fondo me da miedo que no pueda protegerlo.

A ricitos de oro.

La noche anterior las cosas se habían puesto tensas entre el mencionado y yo, pero Nina se encargó de romper el momento.

Maldecí por lo bajo, pero después de que nos dijera el motivo por el cual nos interrumpió, me calmé. Nos dijo que debíamos todos los que estamos vivos leer el diario, para descubrir juntos como detener y descubrir al asesino, o por lo menos, saber como escapar.

Comencé a leerlo detenidamente, intentando concentrarme con Jake a mi lado, quien leía a la par conmigo.

Pagina 1

10 de Marzo de 1999

Hoy llegamos al campamento, la verdad no tenía ganas de venir aquí. Quería quedarme en la ciudad donde podía salir con mis amigos, eso se supone que se hace en las vacaciones, divertirse. Y relajarse unos meses, en los cuales no tenemos clases. Tendré que intentar distraerme con las cosas que hay en el campamento, aunque no hay mucho para hacer. Nos recibió un señor con bigote y cabello corto, fue casi amable pero se mantuvo tímido y solo nos informó lo principal del campamento. Mi madre dijo que capaz él no estaba acostumbrado a tratar con personas, a pesar de que viniera comúnmente gente aquí, este lugar estaba alejado de todo. 

Pagina 2

15 de Marzo de 1999

Cuando vinimos solo era mi familia cercana y yo, mi madre, mi padre y...mi hermana menor. Escribo esto con lagrimas en los ojos debido a que hace unos días, por la tarde, estábamos jugando en un lago que quedaba cerca de aquí. Pero algo malo pasó.

El rubio y yo nos miramos antes de volver a leer.

Yo estaba escuchando música con mis auriculares cuando pasó, mis padres estaban merendando en una de las mesas que habían allí, distraídos. Después de unos minutos me di la vuelta y mis padres estaban con mi hermana en sus brazos, llorando. El cuerpo de ella estaba empapado, mi mente se detuvo y me quedé inmóvil, temiendo lo peor.

—¿Qué...qué pasa?

Mi madre me miró, y en sus ojos pude ver la tristeza y desesperación profunda, lo cual me asustó más.

—Tu hermana está muerta...

—¿¡QUÉ?! ¡NO, ESO ES MENTIRA!

Me levanté y tiré mis auriculares al suelo, acercándome a ellos.

—Roci...despierta. Esto no es gracioso. 

La sacudo por los hombros, miro a su pecho y en definitiva, no está respirando.

Lagrimas salen de mis ojos sin parar, y ahí me di cuenta, había perdido a mi hermana. Y jamás la iba a escuchar reír, hablar sin parar y enojarse conmigo cuando no quería jugar a las muñecas con ella nunca más.

Mi hermana menor se ahogó en el lago ese día.

Pero lo peor de todo, es que no fue un accidente. Mi hermana había hecho natación desde los cinco años. Tenía nueve años cuando murió. Alguien la había ahogado en ese lago, pero no pudimos saber quien y la policía tampoco.

Cierro el diario con fuerza.

—¿Estás consciente de lo que acabamos de leer? ¿Será la misma persona que nos está haciendo esto?

—No creo, porque hasta ahora pensábamos que el asesino lo hacía para castigarnos. Pero, ¿que habría hecho una niña de nueve años para merecer la muerte?

—¿Y si son más de uno?

Jake levanta la mirada y me mira a los ojos.

—¿Cómo?

—Cada uno mata a su manera y tiene sus razones para hacerlo. 

—Debemos decirle a los demás nuestra teoría. Debemos estar abiertos a todas las posibilidades, mejor estar preparados a que nos agarren por sorpresa.

Él se levanta y va a salir por la puerta.

—Jake.

Lo llamo y se detiene tenso.

Se da la vuelta y me mira preocupado.

—¿Qué?

Me acerco a él, hasta quedar enfrente de su cuerpo.

—No te separes de mí, no puedo considerar la idea de que te llegara a pasar algo y yo no esté ahí para protegerte.

El rubio alzo las cejas abandonar mis ojos.

—Está bien. Pero tu mantenerte alejado de Nina.

Ahora el sorprendido soy yo.

—¿Por qué?

Aprieto la boca para no sonreír.

—Eres muy curioso.

Declara antes de salir de la cabaña.

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¿Quién es el Asesino?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora