Capítulo 14: Final

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No paro de pensar en el rubio de ojos verdes, me di cuenta que me haría delirar desde el primer día que lo vi. Nunca me había sentido así antes, es un sentimiento que no sabía que existía, el pensar en él todo el tiempo, siempre querer verlo, escuchar su voz, observar sus gestos o actitudes, estaba completamente a los pies de ricitos de oro.

Nuestros padres estaban secuestrados, quien sabe lo que les harían, casi me rompo al ver los ojos llorosos y asustados de mi madre, la que siempre quiere lo mejor para mí, me ama incondicionalmente y cocina como los dioses. Mi padre no quería mostrarse débil, igual que yo siempre, pero en ese momento, ambos lo éramos. 

Ese día que vimos el video todos juntos, Jake se recostó en mi hombro a llorar y temblar mientras yo lo abrazaba, me preocupaba la situación, pero iba a ser su tranquilidad, no lloraría más que él. Me mostraría fuerte para consolarlo siempre, aunque yo quisiera tirarme al piso en ese momento.

Ese día, todos se fueron a dormir temprano, alrededor de las nueve o diez de la noche. El rubio dormía en nuestra cabaña mientras  yo me mantenía despierto para vigilar, no pienso dormir sabiendo que le pueden hacer algo si estoy durmiendo.

Mientras yo exista, no le tocarán un pelo a él.

¿Para qué hacen esto? ¿Por diversión?

Me sobresalto al ver por la ventana como todos están reunidos afuera, gritando o llorando. Miro el reloj de la cabaña, son las cuatro de la mañana, miro a Jake durmiendo, no quiero despertarlo pero no lo dejaré solo.

—Jake, despierta, pasa algo afuera, no te puedo dejar solo.

Él se remueve haciendo un puchero y abre los brazos y me abraza, tirándome a la cama, quedándome encima. Me abraza como si fuera su almohada que había caído de la cama hace un rato.

—Rubio, despierta.

Él no se despierta y yo no puedo evitar la tentación de estar tan cerca de sus labios, los miro sin controlarlo. Se ve angelical cuando duerme, tan inocente. 

—Jake...

Murmuro, ya sin fuerzas.

Él abre los ojos y yo no aguanto y lo beso, uniendo nuestros labios en un beso intenso y lleno de ganas, necesitaba besar sus labios si en cualquier momento podría yo morir, porque daría mi vida por él sin dudarlo.

Jake me devuelve el beso con la misma intensidad y se agarra de mi nuca. Se escuchó un estruendo afuera, y eso fue una alerta para que supiéramos que estábamos en peligro nuevamente. 

—Si algo me llega a pasar, o muero, quiero que sepas que me encantas y siempre tendrás un lugar en mi corazón, ricitos de oro.

El rubio se sonrojó y pude ver como sus ojos se volvían brillosos.

—No digas eso, idiota, me harás llorar.

—Si vieras lo hermoso que eres por dentro y por fuera, no pensarías nunca que eres común y corriente, o que algo te puede llegar a quedar mal de ropa, o lo que sea de estética, no sé de esas cosas.

—Me encantas, Malcolm.

Confiesa tímidamente y yo no puedo evitar pensar en que sí le pasa algo a este chico, yo no sé qué haría.

Quería que esto terminara de una puta vez, quería que nuestros padres no estuvieran más secuestrados y nosotros fuéramos libres. No quería más vivir en alerta o paranoia, sólo quería una vida normal, y poder besar sus labios cada día.

Esto me frustra y me causa una impotencia increíble.

—¡Chicos salgan de una maldita vez!

Nos sobresalta el grito y ambos nos levantamos de la cama para salir rápido por la puerta de la cabaña. Rápidamente nos encontramos con Nina y Levin intentando pelear contra unos hombres, dos más esperaban en una camioneta para bajarse y dirigirse a nosotros.

—Ponte detrás de mí.

Dijo serio hacia el rubio y él obedeció.

—A ustedes los estábamos esperando, ¿qué hacían? ¿Se daban cariño entre ustedes?

Se río uno de ellos.

—¿Quiénes son y qué quieren? 

—Vinimos a acabar lo que el asesino comenzó, todos ustedes están muertos a partir de hoy.

—¿Qué? ¿El asesino es tan cobarde para no dar la cara y mandar criminales para que acaben su trabajo sucio?

Bufo.

—Lo que faltaba.

Termino de hablar y Levin comienza.

—Esto no puede estar pasando, es injusto que después de todo lo que nos hizo pasar el asesino, no aparezca ahora para revelar su identidad. Ni aunque moriremos.

—Yo soy el asesino.

Confiesa Jake.

Se me ponen los pelos de punta y me quedo paralizado, todos lo observan sin creerlo del todo, hasta que el rubio revela más información.

A Nina le caen lágrimas y Levin se muestra igual de impactado que yo, sin siquiera moverse.

—¡¿Porqué Jake?! ¡¿Porqué nos hiciste todo esto y porqué mataste a Jason y los demás?!

—Por venganza, Jason vivía acosando en la secundaria, era un patán y un idiota sin juicio alguno. Rebecca era una chica caprichosa que le daba igual si lastimaba a alguien o no con sus palabras. Una vez hizo llorar hasta su mejor amiga, por haberle dicho que no valía para nada y nadie la iba a querer. Todas las personas que maté, fué por un motivo. Todas eran malas personas y se lo merecían. 

—Confiamos en ti y fuiste el primero en traicionarnos.

Lo mira con rencor.

Levin suspira.

—¿Qué le hiciste a Stive? Hace dos días se esfumó y no sabemos nada de él.

—Su cuerpo, está en el bosque, un oso lo encontró cuando salió de su cabaña por la noche y lo mató. En ese caso, yo no tuve la culpa.

Visualizo rápidamente como Nina esconde un cuchillo por detrás de ella.

—¡Maldito! ¡El único que merece morir eres tú!

Nina comienza a correr hacia él con el cuchillo, todo pasa en cámara lenta, y no lo puedo evitar, me muevo hasta quedar enfrente de el rubio.

El cuchillo me apuñala en el abdomen, siento un dolor inmenso no demorar en aparecer, sangre sale de mi cuerpo.

—No, Hunt...

Me caigo al suelo sin perder la conciencia aún, pero quedándome poco tiempo de vida, y eso lo podía sentir.

—Antes me matan a mí, antes de tocarlo a él.

Lo miro y ricitos de oro se arrodilla.

—Perdón por haber ocasionado esto, no quería que tú murieras, te lo juro.

Suelta un sollozo que me rompe por dentro.

—No llores, pasó lo que tenía que pasar, permite a los chicos irse y ser libres, y no llores. Con eso me conformo.

—Te amo, idiota.

—Te amo, ricitos de oro.

Fué lo último que pronuncié hasta que todo se volviera negro, no escuchaba ni veía nada. Mis cinco sentidos estaban completamente sellados. Hasta que escucho una voz a lo lejos.

—¡Hijo! ¡Despierta!

Me sobresalto en mi cama al despertarme, miro hacia todos lados y miro como estoy en mi habitación.

¿Todo no había sido real?

¿Nada había sido real?

FIN.

¿Quién es el Asesino?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora