Comencé a hacer la cena. Al principio, no tenía idea de qué le gustaría a Sam, así que sólo improvisé. Mientras hacía lo mío, escuchaba las palabras que él decía de vez en cuando, hasta que entró un tema de conversación que requirió diálogos largos; El nombre del gato.
— ¿Y?¿Cómo le pondrás?
— Aún no estoy seguro, quería que fuera algo que tuviera que ver con su cicatriz.
En ningún momento despegué mis ojos del sartén, pero podía sentir la energía "pensativa" de Samuel cruzando por mi espalda. Era divertido, sabía las caras que ponía cuando pensaba demás...Y él no es bueno con los nombres.
— ¿"Scar"?
— ...Pensé en ese, pero es como el personaje del Rey León...si es algo así...debería ser más...
—¿Pequeño?— Interrumpió él, a lo que yo asentí—. Hmm...¿Qué tal..."Scarie"?
Lo miré con una cara en la que se sobre-entendía un "¿En serio?"
— ¡Oye! Es un diminutivo para "Scar", ¿¡Ok?!
— De acuerdo, de acuerdo—. Reí.
El tiempo pasó, la comida que improvisé para mi sorpresa le gustó a Sam. Se lo comió todo, casi no deja nada en el plato de no ser por las ultimas pastas, que eran como 2 o 3, pero lo demás...no sé dónde le cabe la comida a este chico.
— ¡Estoy lleno!—. Agregó, con una mano en el estómago—. Cocinas muy rico, Dios...
Reí.— Gracias, me alegro de que te haya gustado.
Me dirigía a lavar los trastes, pero ese, terco, pero muy terco peli-castaño se interpuso.— ¡Te ayudaré a lavarlos!—. Yo lo miré por unos breves segundos.
— Sam, no, eres mi invitado, yo tengo que...
— Que no. Yo insistí en venir y ni siquiera sé si fui imprudente así que al menos déjame lavar los platos, vamos—. Insistía tanto que no tuve otra opción, como cuando me pidió venir.
De nuevo, y como si estuviera en mi contra, el tiempo pasó, rápido. No podría describirlo, es cómo...cuando en tu escuela te toca inglés, y tú eres muy bueno en inglés. El tiempo pasa muy rápido, ¿Verdad? Eso pasaba cada que Sam y yo interactuamos. Al menos para mí.
La cosa es, en un momento cualquiera, ya había terminado de lavar los platos.
—¡Todo listo!
— Oh, gracias Sam—. Le agradecí. El pequeño gato, ahora llamado "Scarie" estaba en mis piernas, oliéndome, con sus patas delanteras apoyadas en mi pecho. Era tan lindo que no sabía siquiera como bajarlo de ahí.
Sonó la alarma de las 8:00 p.m., supuse que tenía que irse a casa, así que me levanté del sofá y me propuse a esperarlo para abrirle la puerta y despedirme como se debe.
Tomé mis cosas, no sin antes, quitarme aquel delantal amarillo que estaba usando para lavar los platos. Luego, me dirigí a la salida, siendo seguido de Diego. Me abrió la puerta para salir, él se quedó atrás de ésta.
— Llámame cuando llegues a tu casa, ¿De acuerdo?
— Claro, te llamaré—. Sonreí de oreja a oreja—. Nos vemos el lunes.
— Sí, hasta el lunes—. Dijo, y me encaminé hacia la parada de autobús mientras veía cómo cerraba la puerta lentamente.
En mi espera al bus, todos los pensamientos que no pasaron por mi cabeza antes, pasaban rápidamente, como un rayo. ¿Diego siempre fue tan fanático de los gatos? Esa risa...¿Cómo es que...?¿Él, ÉL, se ríe?¿Por qué mierda me dio tanto pánico cuando lo vi y lo escuché reírse?
No, no de nuevo...No esto. No quería enamorarme otra vez, estaba tan seguro que no lo haría...
No voy a dejar que alguien vuelva a ver ese lado mío. Todo podría pasar. Todo. Tal vez lo mismo que la última vez, tal vez algo mucho más fuerte...No dejaré que nadie me haga lo mismo.
Shine-less | Capítulo cuatro
05/03/2023
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Shine-less
Ficção AdolescenteDicen que lo que no brilla no tiene valor. Entonces, ¿Los ojos de aquel chico ya habían perdido el valor hace tiempo? ¿Ya nunca nadie iba a mirarlo como algo importante, si no como una máquina que solo tiene un corazón porque sólo no se lo puede qui...