Vernon's chapter: Vernos otra vez

9 1 0
                                    

Vernos otra vez, en un funeral, esto ya es algo común para nosotros y con común no me refiero a algo que nos ocurre casi todos los días, con común me refiero a que lo compartimos, tenemos en común la pérdida de las dos personas más importantes para cada uno de nosotros.

Somos 13 personas que por una u otra razón terminaron con una leyenda en sus frentes que les impedía ser tratados como iguales a los demás, en una sociedad que lo único que hacía era mirarnos con lástima. Huérfanos quienes perdieron a sus padres a temprana edad, fueron abandonados, tratados como animales por sus propios progenitores, cada uno de nosotros tiene y tuvo su propia historia y razón para ser quienes ahora somos, todos tenemos algo en común, y eso es el no saber lo que significa la palabra "familia", porque realmente nunca tuvimos una, o más bien, fuimos obligados a creer que jamás podríamos saber lo que es tener o ser parte de una familia por el simple hecho de no tener padres como "los demás".

Estos somos nosotros, 13 seres humanos que sin importar lo que suceda están destinados a perderlo todo, aun cuando más cerca de la felicidad creamos estar, y aun cuando creemos que "no podemos perder nada más" la vida se empeña en demostrarnos lo contrario, jodiéndonos aún más con un profundo vacío, llegando a no sentir nada más que no sea dolor y arrepentimiento.

Una vez más, veo un féretro descender dentro de una gran fosa mientras observo a mis amigos exhaustos y completamente desechos.

Todos nosotros con un puñado de tierra nos paralizamos justo frente a la fosa donde el féretro ya se encontraba reposando, teníamos algo más en común en ese momento, y eso era el déjà vu de hace un año, donde nosotros dejábamos caer este puñado de tierra encima del féretro de Dino asumiendo su repentina muerte.

—No deberíamos hacer esto otra vez, no deberíamos estar parados frente a la tumba de un amigo una vez más, ¿nosotros qué hicimos mal? ¿Ellos qué hicieron mal? —Dijo Joshua abriendo su puño, dejando caer la tierra que este contenía, encima de sus pies.

—Jun, no aceptaré tu muerte hasta castigar al malnacido que te arrebató la vida, no voy a dejar que tu caso se quede impone ni el de nuestro pequeño Dino. —Mencionó Dokyeom, de igual manera, dejando caer la tierra encima de sí.

Todos, dejamos caer la tierra que nuestro puño guardaba, dejamos que esta tierra se esparciera entre nuestros propios pies.

Viendo la tierra esparcida en nuestros pies, sentí gotas caer en mi cuerpo, alcé mi vista y en cuanto lo hice las gotas cayeron con más intensidad, repentinamente comenzó a llover. Apresurados, corrimos a la camioneta y nos resguardamos de la lluvia.

Desde la camioneta podía ver como los encargados del cementerio terminaban de enterrar los restos de Jun.

La lluvia no paraba, por el contrario, caía con más fuerza desde el cielo. El cielo nos acompaña en nuestro dolor, ¿Dino, también estás viendo esto? ¿También te parece injusto, cierto?

Vernos otra vez, ¿debe implicar despedirnos de uno de nosotros?

—Desearía que esto simplemente fuera un mal sueño, —susurró Joshua mientras se recostaba en el hombro de Jeonghan.

La lluvia paró después de unos minutos, decidimos retirarnos del lugar, era aún más pesado para nosotros seguir torturando a nuestros corazones viendo fijamente la tumba en donde ahora permanecían los restos de Jun.

Joshua y Hoshi terminaron tan agotados que tomaron una siesta camino a casa.

—¿Regresarán a Estados Unidos, tal y como lo hicieron el día en que enterramos a Dino? -Seungcheol cuestionó a Vernon.

—Seungcheol, no es el momento para ese tipo de preguntas, —intervino Jeonghan.

—Solamente quiero estar preparado esta vez para despedirme de ellos, la última vez ni siquiera eso pude hacer.

—No Seungheol, no regresaremos a Estados Unidos, puedes estar tranquilo. —Le respondió Vernon.

—Ese día, lamento lo que dije Vernon, no quise herirte, perdón si lo hice. —Señaló Woozi.

—No te preocupes, entiendo que todo fue muy repentino, pasamos de estar felices en una cabaña a estar profundamente confundidos mientras todos nos cuestionaban sobre el paradero de Dino. Sé que de no haber ocurrido así las cosas, definitivamente nunca te hubieras expresado así, todo está en el pasado ahora.

—¿Seungkwan, tú por qué lloras? —Dijo Wonwoo.

—Todos hemos guardado mucho durante este último año a solas, Joshua y Vernon también, pero aun así, ¿les costaba tanto hablarnos y decirnos lo mal que la pasaban? ¿Era tan difícil para todos solamente tragarse su orgullo una vez y disculparse? —Cuestionó justo antes de volver a derramar lágrimas.

—Lo sé, ¿tan difícil era? —Respondió Joshua, quien estaba estirándose un poco después de su siesta—, no volverá a ocurrir, Seungkwan, descuida, esta vez permaneceremos juntos, Vernon y yo no iremos a ningún lado. —Se acercó a Seungkwan—, vamos a encontrar al asesino, no descansaremos hasta que ese bastardo tenga su castigo.

Sentimos como la camioneta frenó repentinamente.

—¡XU MINGHAO! Ten cuidado por favor, nuestras vidas valen mucho, sobre todo la de Joshua en estos momentos vale millones —le advertí mientras me aseguraba de ponerle correctamente el cinturón a Hoshi quien por el movimiento brusco se sobresaltó despertando de su siesta.

—Lo lamento chicos, vi una sombra frente a la casa, fue muy repentino, no pude evitar asustarme. —Declaró Minghao.

—¿Ya hemos llegado? —Cuestionó Hoshi.

—Sí, hemos llegado a casa Soonie. —Le respondió Jeonghan.

—¿Pueden quedarse un poco más conmigo? —Preguntó Hoshi mientras nos veía directamente a mí y a Joshua.

—Soonie nadie irá a ningún lado, todos nos quedaremos aquí, incluso a acompañar tu sueño, descuida. —Respondí a su pregunta de inmediato.

—He pedido el día de descanso por mi pequeño Soonie, ¿cómo puedes pensar que te abandonaremos? Ni Vernon, ni yo, ni nadie irá a ningún lado, me aseguraré de que nunca te sientas solo. —Comentó Joshua.

Juntos, entramos a la casa de Jeonghan, donde Jun, Dino y Hoshi vivieron juntos durante unos años después de salir de la casa hogar; después de tanto tiempo sin estar aquí, yo no pude evitar derramar un par de lágrimas al ver aún en la sala un cuadro de nosotros 13 con la leyenda "Esta es mi casa y ellos mi hogar".

He tenido la fortuna de contar con estas personas maravillosas que sin importar cuanto tiempo pasemos sin vernos o cuanta distancia exista entre nosotros, ellos siempre seguirán estando para mí, apoyándome como la primera vez que los conocí. Quizá no compartamos lazos sanguíneos, pero nuestros lazos van más allá del tipo de sangre, los apellidos o registros familiares; mi lazo con ellos viene del corazón y de una amistad genuina e inquebrantable.

Así que no, no puedo olvidar, no puedo perdonar, quien esté detrás de todo esto, donde quiera que esté lo encontraré y pagará por cada lágrima que mis seres queridos han derramado, me aseguraré de que desee y suplique estar muerto, pero no pueda hacer nada más que vivir miserablemente como la escoria que es, arrastrándose por misericordia.

The Last Fallin' Flower (Seventeen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora