Salió de la ducha decidido. Ya es tiempo de retomar su vida, no es como si perder a Tashigi no le doliese, pero no podía quedarse a llorar como una magdalena todos los días, además estaba seguro que Mihawk no le dejaría seguir faltando a los entrenamientos, pero antes de ir, debía devolver este anillo.-si mal no recuerdo trabajaba en el Baratie, supongo que puedo regresárselo allí- murmuró guardando el anillo.
Se vistió con su habitual camiseta blanca y pantalones negros, no era que no le gustara cambiar mi vestimenta, solo que no quería tener que preocuparse por cosas como esas. En fin, tomó su teléfono para llamar a Mihawk y decirle que iria a entrenar pero llegaría tarde.
-Mihawk al habla- contesto el ojos de halcón con su habitual tono serio.
-Hola Mihawk, te llamaba para- no alcanzó a terminar la frase y fue interrumpido.
-¡¡¡ZORO!!! ¡HIJO MIO! ¿CÓMO HAZ ESTADO? ¿HAZ COMIDO BIEN? ¿DONDE HABIAS ESTADO TODOS ESTOS DIAS? –tuvo que alejar un poco el teléfono o hubiese quedado sordo con todos los gritos desde el otro lado.
-ya, ya, escucha Mihawk, iré a entrenar hoy, pero llegare un poco tarde, de acuerdo, cuando este allá me puedes preguntar lo que quieras.
- está bien, pero primero que nada, ¡NO ME DIGAS MIHAWK DIME PAPA CARAJO!- siempre supo que le molestaba que le llamara por su nombre, aunque decirle padre o papa no era lo suyo, a pesar de ser su progenitor no podía llamarle así y este siempre insistía en ello, pero a Zoro no le nacía hacerlo.
- ok, ok, nos vemos luego- cortó la llamada antes que pudiese agregar otra cosa, guardó su teléfono junto a otras cosas para el entrenamiento en un gran bolso- listo, solo espero que él se encuentre ahí.
Salió de su casa, dejó con llave la puerta y comenzo a caminar en dirección al restaurante, a pesar de que en aquel lugar tenía un prestigio por su comida deliciosa, solo había ido cuando Mihawk le obligaba a ir a entrevistas de matrimonio, aunque nunca había aceptado a ninguna de las chicas, no estaba en sus planes contraer matrimonio, como el restaurante estaba cerca decidió ir caminando, el aire fresco le haría bien, luego de unos pocos minutos, llegó a la puerta del lugar. En la entrada del lujoso restaurante se encontraba un tipo con el cabello corto y musculoso.
-buenos días, mi nombre es Patty ¿En qué puedo ayudarle?- no pudo evitar soltar una pequeña risa al escuchar su nombre y pensar que no le venía en nada a su físico.
-buenas...-dijo luego de disimular la risa- necesito hablar con Sanji, por favor.
-¿Sanji? -dice el tipo mirándome fijamente.
-un tipo rubio, con ojos azules, alto...- comenzó a describir al chico, ya que, parecía que el tipo frente a el no le conocía por el nombre.
-sí, se quién es... pero- hizo una gran pausa seguida de un suspiro- ¿qué fue lo que el chico hizo ahora? si estuvo con su novia y viene a darle una golpiza, por favor tenga cuidado con sus manos, puede ser un mujeriego sin remedio pero su cocina es realmente muy buena -Zoro le miro perplejo, nunca se hubiese imaginado que tuviese tal reputación.
-no, la verdad yo no... -antes de terminar de hablar, se escuchó a alguien gritaba a lo lejos.
-¡OI, PATTY, el viejo te llama!- grito el rubio mientras se acercaba a nosotros- oh, pero si es el marino ¿que haces aquí?
-venía a dejarte algo- responde de manera neutra.
-claro, estaba a punto de llamar a Luffy para que me diera tu número, pero hablemos afuera, Patty dile al viejo que saldré un momentos- le dijo al tipo mientras comenzaba a caminar para la salida- sígueme marino.
Algo le grito quien atendía pero no pudo entender que era, al rubio pareció no importarle y como si nada prendió un cigarrillo mientras se apoyaba en una pared del establecimiento.
-ah... -soltó un largo suspiro- entonces ¿me lo entregaras? O ¿Quieres algo a cambio?- esto último lo dijo en un tono sugerente.
-aquí tienes, no pensé que estuvieses casado o comprometidos- dijo entregandole el anillo sin rodeos.
-no lo estoy ¿acaso Patty no te lo dijo? soy un mujeriego sin remedio- habló soltando una fuerte risa, pero, aunque Sanji se reía, podía ver que no era una risa sincera- en fin, gracias por la noche de ayer, lo pase muy bien, pero eso es todo, no puedo amar a nadie.
Zoro estaba mudo, no de le pasaba por la cabeza que podía decir frente a ellos, en todo caso, pensó que no le correspondía decir algo.
-entonces...-el rubio le miro prendiendo el segundo cigarrillo- ¿Por qué tienes un anillo?
-¡ah! eso- dijo riendo muy fuerte, aunque Zoro no entendía la razón de la risa frenética y escandalosa de Sanji- digamos que solo es un recordatorio a que viviré solo el resto de mi vida.
Esto último lo dijo con un tono triste, además se quedó mirando un punto fijo como si recordara algo que paso hace muchos años.
-al menos ahora tienes a Luffy y Usopp, ellos te pueden hacer compañía, ellos son buenas personas, a pesar de todo, y- no alcanzo a terminar la frase cuando el cocinero estaba con un dedo en sus labios haciendo que me callara.
- me refiero a que nunca tendré un amante, aunque...- susurro sacando el dedo de sus labios y lo deslizo por los mismo mirándole de forma lasciva- puedo tener mucha diversiónz pero no contigo.
Sentencio finalmente quitando su dedo, cosa que dejó en blanco a Zoro. El rubio comenzó a caminar hacia la entrada del restaurante, sin antes agregar- no duermo con la misma persona dos veces, así que no podrá ser, pero...- dijo volteándose para verle a la cara- debo reconocer que para ser la primera vez que estabas con un hombre, lo pase muy bien, nos vemos y gracias marimo- agrego antes de entrar, mientras se despedía con la mano.
-esto es lo más raro que me ha pasado...- susurro mirando donde había ido Sanji para luego retomar su camino, miro el reloj y se dio cuenta que es más que tarde- ¡ahora sí que Mihawk me cuelga! – comenzo a correr lo más rápido que podía hasta el lugar donde entrenaba.
A pesar de aber corrido, llegó más tarde de lo que había pensado, y como se lo imaginaba, al entrar Mihawk estaba furioso.
-¡ZORO! ¿¡Con que cara llegas tarde si no has venido en más de una semana!? – le grito haciendo que todos se giraran a verle.
-ya, ya, solo se me hizo un poco tarde, además si sigues gritando te harás más viejo- le dijo mientras caminaba a los camarines a ponerse ropa más cómoda para comenzar a calentar.
-¡Tú me haces envejecer más rápido!- le grito mientras se cambiaba.
Luego de varios días de faltas, Zoro debía ponerse al día con mi entrenamiento, de lo cual el ojos de halcón se encargó totalmente, ya que, le hizo sudar hasta por los ojos, si es que fuese posible, de tantas cosas que tuvo que hacer. Luego de terminar de entrenar, decidió regresar a su casa, solo pensaba en dormir, pero no contaba que tendría una visita inesperada.
-¡Zoro! – escuchó que Sanji le gritaba desde la puerta de su casa, donde tenía muchas bolsas consigo.
-hola ¿qué haces aquí?- le preguntó mientras se acercaba al chico.
-vengo a devolverte el favor, además pude notar que no te alimentas muy bien.
- no tienes que hace- me quede mudo al ver como una figura muy conocida para mí se acercaba caminando.
-hola Zoro- saludo ella con una tímida sonrisa.
-Tashigi...
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Mi mala suerte (En Edición)
Fanfiction"Luego de que Tashigi lo engañara, Zoro ha estado tomando unos días sin parar, en una junta con sus amigos, Usopp y Luffy, conoce a un chico rubio de ojos azules, Sanji, aunque poco y nada le importa a Zoro, al despertar al otro dia no es capaz de r...