Capítulo 2

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Los ojos negros de Regina se situaban en el reflejo de la mujer que lucía un ajustado vestido negro acompañado de tacones altos y joyería de fantasía, aquello sobresalía en el largo cuello, gracias a la coleta en la que recogió su cabello

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Los ojos negros de Regina se situaban en el reflejo de la mujer que lucía un ajustado vestido negro acompañado de tacones altos y joyería de fantasía, aquello sobresalía en el largo cuello, gracias a la coleta en la que recogió su cabello. Una mueca apareció en su rostro después de contemplarse de pies a cabeza, ya que le incomodaba ese tipo de vestimenta. El maquillaje y el glamour no eran parte de su apariencia física, era algo en lo que no invertía tiempo o dinero.

—Es una pena que tu semblante no este acorde a tu outfit. Te ves exquisita esta noche —enunció Jane complacida con su trabajo.

—Te dije que no quería usar tontos vestidos —espetó reacomodándose el largo de la ropa—. Mejor regresemos al departamento y pidamos pizza. Aún tengo una botella de Vodka.

—¡No volveré a beber esa bebida del infierno, la pasé fatal la última vez!— Las náuseas le volvieron a la cara al recordar el encuentro con la bebida—. Además, te ves hermosa y ya te dije que es difícil conseguir reservaciones en ese restaurante —soltó apuntando al lujoso edificio que tenían frente a ellas.

Regina volvió el rostro hacia el elegante aparador de zapatos donde observaba su reflejo y luego asintió a sabiendas de que su amiga no se detendría de ninguna manera.

—Bien, pero después de esto volveremos al departamento y nada más.

—Sí, sí —consintió Jane mordisqueando su labio inferior—. ¿Los rusos no saben divertirse o qué?

La fachada de aquel bonito lugar era decorada por dos grandes columnas blancas que enmarcaban los costados del restaurante estilo cesar palace, los ventanales eran amplios y permitían ver las tenues luces que venían desde el interior. En el momento en el que colocaban un pie frente a la puerta, sentían un aire de confort que pocos puntos públicos proporcionaban.

—Dicen que el chef es joven y guapo —declaró la rubia peinando el cabello.

Regina rodó los ojos e ignoró el comentario de su amiga. Su cumpleaños fue usado como pretexto para buscar hombres.

—Buenas noches, señoritas. ¿Cuentan con una reservación? —preguntó el Hostess con porte de superioridad.

—Sí, está a nombre de Jane Clark. —Señaló la lista.

El hombre revisó con detenimiento el documento que tenía frente a él y mostró una diminuta sonrisa después de encontrarse con el nombre que le proporcionaron.

—Síganme, por favor —dijo y guío a las clientes de vestidos ajustados por el restaurante, hasta llegar a la mesa que les fue otorgada.

—¿Qué te parece? Bonito, ¿verdad? —interrogó la rubia con cierta presunción.

—Es bastante bonito —respondió Regina al tiempo que inspeccionaba cada centímetro del lujoso espacio—. Este lugar debe ser muy costoso, Jane.

—Lo es, pero no te preocupes, yo me encargaré de la cuenta—. Guiñó un ojo y se acomodó en su silla.

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