4.𝙳𝚘𝚕𝚘𝚛

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DongMin abrió los ojos lentamente. Se sentía pesado, sus ojos ardían y una horrible punzada en la cabeza lo obligó a quejarse siseando del dolor. Los débiles rayos solares lastimaron un poco sus retinas cuando pudo volver a conciencia.

¿Dónde estaba?

No recordaba bien lo que había sucedido. Sólo sabía que estaba solo, era de día y su garganta raspaba cuando tragaba.

Enfocó poco a poco la mirada hacia su alrededor. Estaba en el apartamento aún. Su corazón empezó a latir rápidamente cuando notó que estaba tirado en el suelo, cerca de pasillo que indicaba la salida. Abrió sus ojos grandes cuando recordó todo lo sucedido en la noche anterior. Su corazón se oprimió dolorosamente. Sus manos empezaron a temblar sin poder evitarlo y las lágrimas volvieron avecinarse en sus ojos.

MoonBin llorando.

MoonBin le pidió el divorcio.

MoonBin se fue.

Se levantó rápidamente, importandole que aquel golpe en la cabeza le retumbara sin piedad. Salió del apartamento y bajó por las escaleras con impaciencia, ansioso, con el pecho quemando, las extremidades de su cuerpo entumecidas y frías.

Él no pudo haberse ido. No… no

MoonBin no pudo haberlo dejado. No lo aceptará jamás.

Él lo ama. Lo necesita.

Al bajar a la resección algunas personas no pudieron evitar quedarse mirando el pequeño hematoma que se notaba claramente en su frente. A DongMin no le importó. Salió del edificio con dirección al estacionamiento. No estaba el auto de MoonBin. Él se había ido.

— ¿Ahora que haré…? ¿A dónde se habrá ido? — Se preguntaba a sí mismo mientras sollozaba. Tomó su teléfono que estaba en el bolsillo y buscó el número de MoonBin, por suerte el aparato no sufrió ningún daño en la caída, así que lo manipuló muy bien. Con los dedos temblorosos y el corazón acelerado, le llamó.

Después de varios tonos de incertidumbre y ansiedad, MoonBin respondió.

— ¡MoonBin! ¿¡Dónde estás!? ¡Tenemos que hablar por favor! — Suplicaba no pudiendo contener el llanto ni el dolor.

— Ya no tiene caso DongMin — Escuchó su voz. Estaba apagada, lastimada y afligida. Le dolió escucharlo así

— Por favor… no podemos terminar así. Déjame hablar contigo, explicarte las cosas

— ¿Y qué me dirás? ¿Eh?

DongMin tragó saliva, temblando.

— Por favor… ven al apartamento. Hablemos aquí, por favor Bin — Rogó llorando. Sus piernas temblaron y casi cae al suelo, pero logró sostenerse por sí mismo. No era momento de debilidad si quería recuperar a su esposo.

— No. Ya tomé mí decisión. Lo siento mucho, pero ya no estoy dispuesto a retroceder. Lo mejor es que tú tomes tu camino y yo el mío. Mi abogado se pondrá en contacto contigo para lo del divorcio.

— ¡No! — Se apresuró a decir. Cada palabra que salía de su boca le lastimaba más de lo que estaba. La voz de MoonBin no tenía un apice de emoción. Le hablaba frío está vez. — N-no. Bin por favor, te lo suplico. Vamos a hablar, necesito hablar contigo. Por favor… y-yo te amo.

— ¡No quiero escucharte! — Le gritó con potencia desde la otra línea, tanto que el oído de DongMin dolió. — Ya dije, mi abogado se pondrá en contacto contigo. Si me amas, no digas nada y dame el divorcio. Por favor. Es mejor para los dos esto.

¿HoneyMoon? ᴮⁱⁿʷᵒᵒDonde viven las historias. Descúbrelo ahora