𝙰 𝚝𝚞𝚜 𝚋𝚛𝚊𝚣𝚘𝚜 (𝚏𝚒𝚗𝚊𝚕)

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Nuevamente, después de un año, estaba de camino a un lugar que alguna vez compartió con la persona que más ama y aún lo hace. Estaba muy nervioso, intranquilo, todo parecía diferente cuando lo planeó, pero ahora que llegó el día no sabía como en realidad reaccionaría.

Después de meses de terapia, llanto, dolor y desolación hasta lograr un avance de "recuperación" estaba dirigiéndose al apartamento de casados que había desalojado días después que MoonBin se fué.

Era su hogar, lo sabía, pero esas cuatro paredes estaban marcadas por recuerdos tan felices que lo hacían sentir aún más infeliz. Cada rincón gritaba 'MoonBin' y le hacía doler el corazón. Lloraba hasta quedarse dormido o muchas veces tomaba uno de los polos sucios que su esposo había dejado y se lo colocaba para aspirar su aroma, no era lo mismo, pero con eso calmaba su ansiedad.

También más de una vez estuvo tentando en llamarlo, entre lágrimas luchaba consigo mismo para no marcar su teléfono. Su razonamiento y sentimientos se peleaban brutalmente por quien tendrá dominio en ese duelo. Al final, no lo hacía, por el bien de su salud mental.

Mientras luchaba con el llamado 'contacto 0' se dió cuenta que lo más sano era salir de ese apartamento, porque a fin de cuentas, es el hogar de casados que iban a construir juntos, y no tenía sentido que él siguiera ahí. Así que con el dolor de su alma, DongMin empacó todas sus cosas, con algunas de MoonBin que no quería dejar y se fué a vivir a un pequeño apartamento que rento cerca de su trabajo.

Los primeros meses fueron difíciles, estaba solo, tenía que empezar a vivir sin él, pero no era imposible.

Con la ayuda de SanHa los días se hicieron menos oscuros para él, el chico iba a todos los lados que DongMin le pedía compañía, siempre estaba cuando lloraba, cuando la ansiedad y tristeza lo acorralaban. SanHa se hizo un grandioso amigo y gracias a todo ello han reforzado un vínculo. Se sentía muy seguro, cálido, un montón de emociones a flor de piel positivas que no sabía descifrar más.

Sentía la brisa cálida rozar su rostro y parte de su piel descubierta erizando su piel como una caricia tenue. Su cabello se movía levemente y recorrido pronto estaba pasando por esas calles conocidas que le empezaron a remover las emociones y revivir recuerdos.

— ¿Crees estar listo? — Preguntó SanHa, quién estaba a su lado sosteniendo su mano para darle confort. Había visto la inquietud de DongMin a través de sus gestos mientras lo veía pensativo.

El castaño lo miró fijamente sin ningúna expresión al principio. Después poco a poco fué atenuando su mirada.

— Eso creo — Respondió de manera encuenta — Estoy nervioso, no te voy a mentir, nunca pensé estar ahí después de un año. Pero… es lo necesario, siento que será la etapa final de mi terapia

— ¿Etapa final? — Replicó SanHa confundido.

— Sí… ver… si puedo con esto, SanHa — Susurró con tristeza — No ha sido fácil para mí, lo extraño ¿Sabes? Ha pasado un jodido año, lo sigo amando como ayer y hace unos años, es como si el tiempo se detuvo y no he avanzado nada en mis sentimientos

Quizás sólo hace unos meses dejó de llorar en las noches por él, quizás se veía riendo en algunas situaciones que le daban alegría genuina, quizás llegó a su apartamento y hizo su vida cotidiana con normalidad como si siempre ha vivido solo, o solo quizás estaba ignorando su realidad, sólo quizás quería disimular porque así podía engañar a su cerebro y obligarlo a hacerse de la vista gorda, aunque el corazón le doliera por mentirse así mismo.

— ¿Por qué no lo llamas? — Sugirió SanHa con cautela para no sonar muy brusco. — Digo, es sólo algo que digo, ustedes quedaron bien ¿No? Puedes llamarlo para saber cómo está, aunque sea un saludo

¿HoneyMoon? ᴮⁱⁿʷᵒᵒDonde viven las historias. Descúbrelo ahora