Estaba en mi habitación tranquilamente cuando apareció una sombra en la oscuridad.
-¿Qué quieres?-dije llorando por el miedo.
-No voy a contestar ninguna de tus preguntas-contestó la persona que estaba conmigo.
-Ya me contestaste una-dije intentando molestarle.
Se hizo un terrorífico silencio.
La figura dio un paso hacia mí y yo quise retroceder, pero la pared donde estaba el trébol me lo impedía.
Volví a mirar hacia la oscuridad, pero no había nadie. ¿A dónde se había ido? Bueno, mejor.
Pero, ¿cómo entró a mi casa?
Algo frío en mi cuello me hizo dejar de pensar. Era un cuchillo.