Corre que te alcanzo

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Matt se dejó caer sobre la cama blanda resoplando bajo la atenta mirada de Tk. No era para tanto; que Tai prefiriera ir a un concierto en lugar de aburrirse con una película cursi cualquiera lo hubiera visto venir, cualquiera menos su hermano pensó Tk.

—Y ¿Cómo vas a lograr que le den los puntos por esa película? Porque dudo que tu profesor de ética haya propuesto semejante trato —dijo mirando a la nada y sin ningún tipo de reproche o burla en su voz.

Matt se movió de posición en la que estaba para darle la espalda, no había meditado bien su plan y aún no lograba pensar en nada para salir del atolladero en que él mismo se metió. ¡Maldición! En lo único en que podía pensar era en un Joe que alegando lo atestado del lugar seguramente paseaba sus manos por toda la anatomía de Taichi y este embobado disfrutando el espectáculo ni en cuenta.

—Estúpido y sexy Taichi —rumió con los labios pegados a la cama para que Tk no lo escuchara.

—¿No crees que sería mejor decirle la verdad y esperar por su respuesta? No estoy diciendo que te resignes, pero al menos tendrías la seguridad de que son algo más que amigos y no te estarías comiendo la cabeza por algo tan insignificante como una salida.

—Mira quién vino a hablar —siseo molesto Matt. —El señor me quede en el apartamento hasta que Willis también se fue.

—Es diferente —remilgo Tk desviando la mirada y con tono molesto.

—¿En qué?

—Willis es un amigo especial para Kari, a veces habla con él por horas, mi inseguridad tiene fundamentos. Por lo que me cuentas Tai no habla en específico de nadie.

—Pues no.

—Ves. No es igual —dijo desplomándose junto a su hermano.

—¿Y si lo hacemos?

Tk levantó una ceja, esa propuesta había sonado algo indecente estando ambos en la cama y Matt pareció notarlo porque de inmediato acomodo la pregunta, eso sí, sin poder evitar el sonrojo de sus mejillas.

—¿Y si nos declaramos al mismo tiempo? Digo, al menos así ambos podremos sufrir juntos.

—¿Y si sólo rechazan a uno? —Tk no parecía muy convencido de ser muy afortunado.

—Pues el otro hace de tripas y corazón y se mantiene en abstinencia durante un mes consolando al otro.

—Está bien —acepto remilgadamente. —Me deberás una muy grande porque aquí el que lleva las de perder soy yo.

¿Cuánto habían planeado aquella declaración? La respuesta sería "MUCHO" al menos de parte del

menor. Tk desde ese fin de semana en que acordaron una declaración doble se la había pasado

dando un sin fin de propuestas a las que Matt simplemente descartaba por ser o muy cursis o

pastelosamente rosas.

Y cuando al fin logro que aceptara una, la cual por cierto simplemente dejo salir con sarcasmo y frustración porque estaba harto y nunca creyó que sería considerada, se arrepintió de siquiera haberla pronunciado porque debido a eso ahora ambos hermanos Ishida se miraban algo temblorosos y avergonzados.

—¿Estás seguro de esto? —preguntó Tk por treintava vez desde que se colocó el traje de botarga que representaba a cierta gatita harto conocida de nombre Kitty.

—Bromeas, es una táctica a prueba de errores —contestó Matt al tiempo en que terminaba de colocar las cartas en sus respectivos sobres, uno rosa y otro rojo en la canasta que llevarían. —A Ichi le gustan los gatos igual que a Kari y bueno, si tú vas de Kitty era normal que yo vistiera de Choccocat.

Cosa de hermanosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora