Sobrevivientes(Reescrito)

Capítulo 7. Final.

05:10 am.

De vuelta al Cuartel Central de Los Perros Rabiosos.

Me arrastro hacia atrás mientras intento parar el sangrado. El Líder camina hacia mí y con el arma en mano suelta un golpe en mi mejilla izquierdo, caigo escupiendo sangre por el golpe.

-Mardicion- susurro -Por qué no me matas de una vez?- le reto.

-Sería una pérdida de tiempo...- dice -Tu no vales una bala.- finaliza.

Salen más hombres armados. Me levanto. Estoy a tres metros de distancia del Líder, con un arma en mis manos.

-Ahora que harás?- me pregunta el Líder -Enserio vale la pena hacer lo que está haciendo?-.

-Tantos hombres contra mi? Me siento halagado- le digo sarcásticamente.

-No te emociones- comenta el Líder.

Apuntando su arma hacia mí –Rindanse y los dejare hacer lo que quieran- ordena. A punto de dispararme, Laleska pone su arma en automático y dispara a todos. El Líder se esconde entre los escombros.

Salgo corriendo hacia ellas. -Disparen!- Gritó Laleska. En un muro del Cuartel explota haciendo un agujero. Los Perros se distraen, y todos los que vinieron con nosotros comienzan a disparar sin cesar.

Todos los hombres retroceden mientras disparan para defenderse.

Las dos mujeres que nos dejaron solos al principio entran disparando por agujero hecho en la pared, matando a varios hombres. Aunque parecía que estuviéramos en desventajas, ahora mismo los tenemos arrinconados y escondidos.

-Disparen, disparen Perros!- ordena desesperado el Líder.

-Tienen que agarrar uno de esos autos e irse!- les digo a Luz y a Laleska -¡No te vamos a dejar!- grita Luz. -Ya debieron de llegar, deben estar esperándonos.- les digo.

-¡No te dejaré, Héctor!- me insiste Luz. -No hay tiempo, váyanse ustedes. Estaré detrás.- le digo.

Corremos hasta la parte de afuera del Cuartel. Abro la puerta de un auto y las meto -Vayan, iré detrás.- les digo mientras que Luz intenta detenerme sujetando mi mano. Laleska prende el auto y cuando se mueven aparece un misil explotando el auto haciendo que se dé la vuelta.

-¡No!- gritó con fuerza. Al mirar, era un hombre con varias heridas de disparos en su cuerpo. Lo conocí, es el mardito que traicionó y mató al grupo de personas con quienes estábamos. -Mardito, hijo de perra!- corro hacia él disparándole en las piernas, haciendo que se arrodille a la fuerza. Tirado en el piso sin poder aguantar el dolor, lo apuntó con mi arma, sin dejar que muestre su sonrisa lo mató.

05:20 am. Ya todas las personas están dentro de los helicópteros de carga.

Volviendo a la base de Las Orquídeas.

-Ya todos fueron revisados por los grupos médicos, los enfermos y heridos están separados.- dice el soldado -Tenemos que irnos ahora-.

-Tenemos que esperar, tenemos a más personas.- dice Helen.

-No podemos esperar. Ya tenemos que irnos.- insiste el soldado.

-Dije que no!- grita Helen -Vamos, tienes que traerlas Hector.-

-Se irán primeros los otros.- comenta el soldado -Pero tenemos que apurarnos.-

El Raptor 1 detecta movimientos en su radar. -Comprometido, estoy viendo movimientos en tierra dirigiéndose a ustedes.-