O1 | iniciativa

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lionel suspiraba sobre su banco. su atención se centraba en aquella chica morena que recorría el aula con una sonrisa de oreja a oreja. sus dientes perfectos, su cabello castaño, lacio y sedoso. y también pudo observar su atrapante manía de mordeerse el labio. suspiraba de vuelta, intentando no ponerse nervioso cuando ella se acercaba.

──leo, recibí ──la chica le habló, sacándolo de su nube y robándole un sonrojo.

──colgué. gracia' anto──agarró la hoja que la delegada le tendía.

apenas siguió su camino, pudo sentir la risa de su amigo golpeándole el oído.
messi dio media vuelta con el ceño fruncido.

──no es gracioso ──se quejó, provocándole más risa al contrario.

──no puede ser que estés tan embobado. hablale, maricón ──sergio lo retaba.

──¿qué queré' que le diga?

lionel llevaba ya un año enamorado de la misma persona: la delegada de su curso, antonela.
su relación no era complicada ni mucho más. se conocieron en primer año y desde entonces formaron una amistad.
al adolescente raramente le gustaba alguien. pasó casi toda su secundaria viendo a sus amigos tener novia tras novia y a él no le llamaba la atención ni en lo más mínimo.

hasta el día de su cumpleaños número 17, cuando antonela, borracha, le dio un beso.
estaban solos en su casa, ya que ella se había quedado a ayudarle para limpiar. lionel no la había visto con esos ojos hasta después de aquella fecha. quedó totalmente enganchado con el contacto que sus labios emplearon esa noche.

sin embargo, antonela parecía no acordarse en lo más mínimo. o simplemente lo ignoraba porque no le había parecido un detalle muy importante.

el timbre del recreo sonó, así que leo salió junto con su compañero mientras seguían hablando animadamente.

──nunca me va a dar bola, hermano. para ella soy un amigo nomá' ──se encogió de hombros acomodándose el flequillo.

──y, con ese corte papito, lo dudo ──le señaló.

lo cierto es que messi tenía una apariencia un tanto delicada. a pesar de tener los 18 recién cumplidos, apenas parecía de 15. su altura y complexión no ayudaban. y el corte de pelo de nene mucho menos.

──pero ¿y qué tiene? a mí me gusta... ──expresó, adentrándose en el buffet del colegio.

──¿vos te acordás de que anto tenía un novio en cuarto año? ──cuestionó sergio. ──yo no te la quiero bajar, pero el chabón estaba todo trabado y tenía rulitos. 'tas bastante lejos de lo que vendría a ser su tipo.

──nah, bueno, con amigos así ──chistó con la lengua, al mismo tiempo que kun le rogaba por su perdón. ──sí sé que tengo pinta de pibito, tengo espejo en mi casa.

──no loco, 'cuchame. ──se le posicionó en frente, agarrándolo de los hombros. ──no está todo perdido, leo.

agüero hablaba con cierto dramatismo en su voz, obviamente a propósito.

──¿eh?

──digo que podrías empezar por acá ──agarró su brazo y lo apretó. ──hace fierro, algo.

lionel puso una expresión pensativa. habían tenido esa conversación miles de veces. y por más que odiara lo superficial que era agüero, ahora pensaba que al fin y al cabo tenía razón. realmente lo estaba considerando, aunque dudaba que fuera la solución a su problema.
le habría gustado decirle a su amigo que no todo era la apariencia, no obstante, ya había intentado diversos movimientos para acercarse a antonela y ella no le daba ni la hora. entonces, sólo tal vez, sí era su apariencia.

──¿vo decí' que a anto le gustan así? onda, trabados y altos.

──¿a qué mina no le gustan así? ──dijo kun, demasiado seguro de sí mismo. ──con la altura no podemos hacer mucho pero esos bíceps los podés trabajar.

el contrario hizo una mueca de confusión. no se fiaba mucho de las palabras de su amigo en cuanto a mujeres, considerando la cantidad de veces que había sido rechazado. era muy bruto.

tampoco es como si leo supiera cómo gustarle a alguien, pero si estaba seguro de algo era que no a todas las chicas les gustaban el mismo tipo de chicos. y lo sabía más que nada por sus compañeras, con las cuales terminaba conversando más de lo esperado al final del día luego de alguna clase. en realidad se llevaba mejor con ellas que con los monos de sus compañeros.

finalmente volvió a tocar el timbre para entrar. entre vueltas y vueltas que dieron por el patio, en algún punto habían cambiado el tema. no obstante, sergio pareció acordarse de un dato que a lionel le podía interesar.

──¿sabés que me acordé? que mi vecino con el que juego a la pelota trabaja en un gimnasio. es entrenador, creo.

messi elevó las cejas, interesado.

──¿en serio? buenísimo.

──sí, le puedo preguntar qué onda ──aseguró. ──o sea, si es que querés empezar.

se adentraron en el curso. messi fijó su mirada en antonela, la cual ya se encontraba sentada conversando con una de sus compañeras.
devolvió la mirada a su amigo y asintió.

──me vendría bien. por ahí deja de verme como su hermanito ──dijo irónicamente.

ésto se debía a que antonela acostumbraba a tratarlo como si fuera menor, por más que lionel fuera el más grande del curso. pero, otra vez, su altura y su complexión le jugaban en contra. y antonela se veía más grande. sus amigos solían molestarlo con que en vez de parecer novios, parecerían hermanos.

──leo, yo sé que te jodo mucho pero no lo hagás nomás para gustarle ──lo retó. ──sino, la vas a sufrir. hacelo porque te pinta cambiar posta, por vos.

messi negó nervioso. le daba vergüenza confesar que en realidad solo lo motivaba su hermosa compañera y amiga. ¿tal vez estaba muy desesperado? comenzaba a pensar que su falta de éxito con las mujeres se debía a que no había levantado una pesa en su vida.

──no es por ella nomá', tarado ──mintió. ──preguntale a tu amigo qué onda la cuota y todo eso.

──dale, yo le digo al dibu. es re piolita, te va a caer re bien. ──lionel asumió que el tal dibu era el instructor, amigo y vecino que kun había mencionado.

el más bajo asintió, siendo incapaz de continuar la conversación ya que la vieja de matemática se había hecho presente en el aula.

probablemente al terminar el día le tendría que pedir el número del gimnasio a agüero, para fijarse si le quedaba más o menos cerca y si la cuota era, dentro de todo, accesible.

suspiró de nuevo sobre su banco, admirando una vez más a su compañera, deseándola en secreto.
tal vez no era muy buena la idea de cambiar su físico únicamente para gustarle a alguien, sin embargo lionel decidió ignorar el pensamiento y alimentar su determinación. estaba seguro de que terminaría el año con ella. al menos eso esperaba.

𝗔𝗣𝗔𝗥𝗜𝗘𝗡𝗖𝗜𝗔𝗦 messi, dibuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora