O2 | el tal dibu

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messi se encontraba exageradamente nervioso.

después de una semana y media entre idas y vueltas, kun logró pasarle el contacto del gimnasio. y no sólo eso, sino también un número que portaba el nombre de emiliano martínez. "¿así se llama el chico ese, dibu?" le consultó al día siguiente a su amigo. agüero asintió, pero no supo explicarle por qué le decían dibu. no recordaba que el aludido se lo hubiera contado.

cuestión que, lionel se encontraba desolado en la puerta del gimnasio. no le quedaba tan cerca, pero se encontraba a unas cuantas cuadras del colegio así que le servía igual.
había intercambiado algunos mensajes con emiliano, el cual había sido muy amable y formal por el chat. esto intimidó al más bajito, que no sólo pensó que el instructor era mucho más grande que él en cuanto a edad sino que también concluyó que su apariencia era inimidante. por lo menos había tenido esa primera impresión debido a su foto de perfil.

así que, desolado y nervioso en la puerta, un chico que le sacaba como dos cabezas le sonrió desde el otro lado del vidrio.

ah, ese era el tal dibu.

quiso morir cuando notó que tenía que elevar casi toda su cabeza para verlo bien. era muy alto.

martínez le abrió la puerta y lo saludó con un amistoso choque de manos.

──¿lionel, no? ──le consultó con una sonrisa. el nombrado asintió repetidas veces, sin emitir palabra y siguiendo su paso. ──emiliano, o dibu nomás, un gusto. ¿primera vez en un gimnasio?

messi supo que no fue a modo de burla. sin embargo notó cómo el otro lo miró de pies a cabeza, atentamente. era fácil deducir que nunca había puesto ni un sólo pie en el gimnasio.

──creo que es medio obvio ──le respondió, riendo tímidamente.

──¿por qué? a vista no estás para nada mal ──le subió los ánimos. ──¿alguna razón en específico para empezar?

lionel no supo en qué momento su atención pasó de los dos lunares en la parte izquierda del rostro de emiliano, a sus pectorales marcados y traslucidos por la camiseta que llevaba puesta. además, estaba apoyando sus manos sobre su propia cintura, lo que le hacía notar sus musculosos brazos.

apenas se sorprendió a sí mismo observándolo de más, cerró los ojos fuertemente y devolvió su vista a los ojos de martínez, quien lo miraba curioso.

──¿y?

──ah, no, nada. qué sé yo ──llevó su mano a su nuca, masajeándola tímidamente.

──no te hagás el boludo, eh. la mayoría de pibitos de tu edad empiezan por una sola razón.

emiliano sonrió y se sentó sobre una de las máquinas después de molestarlo con aquel comentario. fue un grave error, porque al apoyar sus codos sobre sus rodillas, la presión que ejerció juntando ambos brazos provocó que sus pectorales se pegaran más. y en la posición en la que se encontraba, lionel podía ver desde arriba con sumo detalle como los músculos de su pecho se presionaban el uno contra el otro. tragó en seco y devolvió su vista a los ojos ajenos.

──che, ¿estás bien vos? ¿te hizo mal el calor? andás medio volado ──le comentó el más alto medio preocupado, haciendo que el interior de messi se apretujara de la vergüenza. no lo había descubierto mirándole el pecho, ¿no?

──sí, disculpame. dormí re mal anoche, ¿qué me decía'? ──sostenía su botellita entre sus manos, jugando con la tapa debido al nerviosismo. aún sentado, emiliano se veía inimidante.

──que estoy seguro de que sé por qué empezaste el gym, todos los pibes de tu edad vienen por eso ──repitió.

──¿de mi edad? ¿cuánto pensá' que tengo? ──preguntó curioso, aunque ya sabía la respuesta.

𝗔𝗣𝗔𝗥𝗜𝗘𝗡𝗖𝗜𝗔𝗦 messi, dibuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora