CAPITULO 24

2 0 0
                                    


Solo se escuchaban patas golpeando la nieve que se acercaban a gran velocidad, una enorme sombra blanca salto sobre uno de los lobos lanzándolo unos metros hacia atrás y se denotó un lobo blanco de pelaje brillante que se perdía con la nieve, se mimetizaba con ella, aprovechándose de eso ataco a otro más, mordiendo y destrozando huesos que tronaban al romperse, un gruñido muy fuerte se oía allí.

Solo quedo el líder de esos lobos solitarios que estaba en posición de ataque mirando con odio y salvajismo al lobo blanco que estaba frente a frente, las fauces de ese lobo eran muy filosos y muchos más grandes, tuvieron un encuentro fenomenal, el crujir de huesos, los mordiscos, pronto la nieve se tiño de rojo carmesí, la lucha era encarnizada entre ambos.

Hasta que al fin la lucha termino con un aullido lastimero que termino con la muerte del líder de los rogues, algunos que estuvieron observando la pelea no intentaron ayudar a su jefe, sino que estuvieron escondidos temblando de miedo antes ese inmenso licántropo blanco que si los había visto, fijo su mirada salvaje hacia ellos y gruñó muy fuerte logrando que huyeran sin rumbo fijo.

Se dio vuelta para mirar a la pequeña loba café que yacía tirada allí encima de la nieve manchada con la sangre que había fluido de su pequeña pata, el lobo se acercó en forma muy lenta sin gruñir, pero sin dejar de mirarla, Martha solo agacho su cabeza, porque ese lobo era imponente, llego hasta ella y le lamió la pata, la herida se fue cerrando de a poco hasta quedar completamente curada, le olfateo el pelaje, lamió su cabeza, se restregó contra de ella, para después mirar al frente y diviso a dos grandes animales que venían hacia donde se encontraban ellos dos, cuando Martha se volvió a transformar en vampiro y le menciono.

—Es mi esposo con el rey de los licántropos

El gigantesco lobo blanco retrocedió un poco, la miró y procedió a correr a toda velocidad alejándose de allí, dejando atrás un reguero de sangre y muerte, Alexander al llegar junto a su esposa se convirtió de nuevo en vampiro, la abrazo para indagar.

—Mi amor, ¿estás bien?, ¿te hicieron daño?

Martha al principio lo abrazo con fuerza porque lo que sucedió le hizo ver que pudo haber perdido la vida a manos de esos lobos solitarios, Erick olfateo el ambiente y percibió un aroma licano regreso a su forma humana para dirigirse a Martha y se decidió preguntar.

—Martha, a lo lejos alcance a observar que aquí estaba un lobo blanco

Ella dejó de abrazar a su esposo y narro todo lo sucedido, Alexander miró hacia donde había corrido el lobo blanco, no vio absolutamente nada, ni sombra de ese lobo, solamente sus enormes huellas, apretó a su esposa contra su ser y le prometió que nunca jamás la dejara sola.

Se levantaron de allí y regresaron hasta el pequeño parque, se sentaron y se quedaron unos minutos más hasta que Martha se tranquilice, los niños no debían ver a su madre en ese estado, Alexander miro a Erick y pregunto extrañado.

—¿Sentiste algo extraño Erick?, Era un lobo, ¿verdad?

Erick le respondió con seguridad

—Es un alfa, su olor me lo dice, pero, ¿qué hacía por estos lares? Que yo sepa esto se encuentra muy lejos de la manada más próxima, la de los Moon Dark's, están a más de 100 km de aquí, creo que se trata de algún lobo solitario, sin embargo, Alexander, no es un exiliado, por su aroma parece que perteneciera a una raza de alta alcurnia.

Regresaron a la cabaña en donde se encontraron con el resto de la familia, Laila no se encontraba en la sala con sus sobrinos, estaba en la cocina ordenando los alimentos, se le escuchaban sus gritos allá, Alexander estaba por hablar con ella, cuando Martha le toco el brazo haciéndole un gesto negativo y le pidió dejarla a ella ir a hablarle.

ME EQUIVOQUÉ Y TE PERDÍDonde viven las historias. Descúbrelo ahora