★ 02.

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─Te dije que lo había leído de varios lugares, ¿Tu casa o la mía?

─Esperen, ¿Ya? ─la mayor los detuvo antes de que se genere una acalorada decisión. El castaño estaba temblando, y estaba más sonrojado que nunca, y el pelinegro estaba moviendo sus hombros de manera rápida, casi mareándolo a el. Si iban a tener relaciones sexuales tenía que ser con cuidado, condones, etc, así que miró a los dos menores ─¿Eres regular?

Pregunta a Rodrigo, que comenzó a asentir rápidamente.

─Incluso traigo mi calendario, ¿Quiere verlo? ─ambos mayores niegan, viendo al chico que comenzó a cerrar su mochila que estaba en su dorso.

Ivan comenzó a temblar al momento que la vista de la doctora se dirigió a el. Estaba nervioso, claro que si. Había soñado repetidas veces que Rodrigo siempre se le declaraba, fantasías que lo alarma siempre se encargaba de trozar frente a el. Soñaba que el y Rodrigo estaban juntos, en una cita, sabiendo directamente que era una cita romántica y no una salida de amigos, compartían besos y leves caricias, y siempre eran eso.
Ivan podría ser torpe, descuidado, no tan inteligente, podría ser muchas cosas, pero jamás un pervertido con el mejor. Todas sus fantasías solo se limitaban a imaginar un romance con el y nada más, porque sabía que si se imaginaba a el y al 'amor de su vida' teniendo otro tipo de contacto descarado, iba a morir de vergüenza cada vez que lo viera, como si supiera leer la mente.

Si alguna vez se estaba masturbando y de repente venía la imagen de su mejor amigo, dejaba de hacer lo que estaba haciendo, se bañaba con agua fría, y leía la biblia, la Santa palabra del Señor para dejar de ser un completo pervertido, aunque ni siquiera estaba haciendo nada malo, o por lo menos para el, eso era algo que debía ser pagado con dolor.
Tal vez por eso la mitad del tiempo terminaba con sus nudillos ensangrentados por golpear a la gente que decía algo malo al respecto del cuerpo de Rodrigo, siendo un comentario pervertido, subido de tono, o en si, una burla.

El director le había advertido que una pelea más y se iba expulsado, cosa que preocupó a ambos chicos. Lo único que le gustaba de la escuela a Ivan era ver a Rodrigo, y ese pan delicioso de la cafetería que solo servían los miércoles y viernes, y para Rodrigo sería doloroso pasar la escuela sin su mejor amigo.

Aunque ambos tenían otros amigos, con los consejos para socializar de Rodrigo, el castaño hizo uno que otro amigo, y se volvió popular, volviendo de su apariencia algo aterradora su atributo, y el menor, siendo cercano a Ivan, también se volvió algo popular e hizo más amigos por ahí, más de los que ya tenía.

─Ivan, ¿Por qué estás tan rojo? ─un hermoso rostro cercano hizo al mayor dejar de soñar, y volvió a la realidad. Estaban en la oficina de su nutrióloga, debatiendo los beneficios sobre el sexo seguro y las desventajas si se descuida algún aspecto.

─Hablar de sexo no es algo que... esté acostumbrado.

─Pero si ya tuviste.

─¿Te sientes cómodo hablando sobre las malas calificaciones? ─el menor niega, mirando con un puchero a su mejor amigo ─¿Entonces?

Rodrigo comenzó a jugar con sus dedos, haciéndolo ver tan tierno a los ojos de sus dos mayores, que alzaron sus cejas al ver tan tierna imagen.
El menor con sus mejillas sonrosadas, sus labios rojizos abultados, y su ceño fruncido, sumando con sus dedos, se veía como un niño regañado. Ambos estaban casi fuera de sus asientos logrando ver al pequeño chico, que comenzó a mover sus piernas en lo restante de la silla. Ivan miró a la doctora Patterson.

─Quiere tener sexo para bajar de peso, no quiere hacer ejercicio.

─El sexo es como ejercicio, no le veo nada de malo mientras ambos se cuiden, eso si, tienen que seguir la dieta que les receté para que sea mas eficaz.

─¿¡Lo vas a apoyar?!

─¡Míralo, es una masita tierna, ¿Acaso tu no le cumples todo lo que quiere cuanto te hace ese pucherito?!

─¡Sí, pero se supone que usted no!

─¿¡Cómo quieres que no encuentre adorable ese pucherito si veo video de gatitos bebés con mi esposa porque es alérgica a ellos?! ¡Los pucheros de Lau me hacen sentir que no debemos tener ningún animal en la casa para complacerla!, ¿No quieres complacer a tu pareja!?

Ambos chicos la miraron, Ivan con una sonrisa estúpida y Rodrigo con sus ojos bien abiertos.

─No somos pareja.

Patterson tapó su boca, y vio el rostro antes feliz de su familiar. Hace unos segundos tenía una sonrisa que iluminó la habitación.

─¿No? Oh, lamento decir eso.

─No se preocupe, todo el mundo lo dice, somos muy unidos, así que piensan que Ivan y yo somos novios por nuestra cercanía...

─Bien, Rodrigo, ¿Puedes esperarnos un rato afuera? Tengo que hablar con Ivan sobre algunas cosas de vaginas.

─¿No me puedo quedar? Así aprendo más.

─No gracias, esto es periodo, es sobre pechos, vaginas, período, flujo.

─Ok, adiós.

Unos pasos, y Patterson se paró para abrirle la puerta al menor, vio que se sentó lejos, y volvió a acercarse a Ivan de manera brusca, que lo miró raro por cómo estaba.

─¿Si no son pareja por qué vinieron agarrados de las manos? Pensé que ya eran pareja, siempre lo llevas a casa para las reuniones.

─A Rodrigo le dan miedo los hospitales, y cuando tiene miedo entrelaza nuestras manos o se aferra a mí, no somos pareja.

─Pero te gustaría ─Ivan asiente inconscientemente, pero luego niega ─Si te vi estúpido mocoso, si quieres, ¿Por qué estás tan en contra de que tenga sexo?

─Quiere bajar de peso porque escuchó que Alexis, el del que está enamorado, dijo que saldría con el si bajaba de peso, ¿Sabes cómo me sentí después de escuchar eso? ─Patterson mueve su cabeza de un lado a otro, semi negando ─Horrible, quiere bajar de peso solo para que ese idiota se fije en él.

─No tiene nada de malo, a él le gusta alguien más, tú no te confesaste, déjalo.

─Si Alexis estaría dispuesto a salir con Rodri debería hacerlo ya, a mi me encanta como es, no entiendo nada.

─Yo menos, ¿A Alexis si le gusta?

─Rodrigo es hermosísimo, no necesita bajar de peso para darnos cuenta de eso, pero, Alexis es mala persona, hay algo en el que no me gusta.

─Se llaman celos, estás celoso ─la mayor se sentó al lado de Ivan, viéndolo directo a los ojos ─Ten sexo con él.

─¿Por qué?

─Aprovecha aunque sea un poco su calor, momentos junto a él, trátalo con cariño, trátalo sabiamente, trátalo suavemente, dale toda toda tu ternura ─el menor algunas veces odiaba a su familiar, pero no podía negar que sus consejos son buenos.

─Me estoy aprovechando de él.

─Él igual de ti, es un bien común ─saca de su bolso unas pastillas y se las entrega al menor ─Las pastillas anticonceptivas no tienen calorías, es muy raro que lo hagan aumentar de peso, pero aún así hazlo comer sano y que beba mucha agua, se las tiene que tomar diario, puede notar el periodo irregular pero- olvídalo, mejor se lo digo a él, ya largo de aquí, saquen otra cita para una semana ¡No lo hagan todavía! ─le quitó las pastillas al menor, y las volvió a guardar en su bolso, mirándolo con los ojos entrecerrados.

𝗱𝗶𝗲𝘁 𝗼𝗳 𝘀𝗲𝘅 • fin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora