05 •Finales de abril...•

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Saiko había permanecido al lado de Aki, desde la vez que Aki le contó sus problemas a Saiko ella trato de pasar más tiempo con el para "según ella" poder ayudarlo.
Cosa que era imposible.

Pero fuera de eso Aki le parecía una persona bastante normal, quizás solo tenía problemas con su familia, no existían asuntos más graves.

Eso creía Saiko pues solo conocía la versión de el y el porque se alejo de su familia.

Hablo con Angel sobre el problema que tuvo con Aki y le pidió que solucionaran sus problemas porque sino sería incomodo ya que ahora ambos estaban en el mismo grupo de amigos y el que ellos no se hablarán haría incomodo el ambiente, aunque Saiko no se lo hubiera pedido Angel sabía que tenía que hablar con Aki pues no era la primera vez que peleaban.

— Me gusta tu perfume. — Saiko llevaba varios minutos recargada en su hombro.

—Disfrútalo porque ya casi se me acaba.

Hace varios años por esas mismas fechas estaba conociendo a una chica, ya habían pasado tres años de eso y desde entonces en esas fechas se deprimía bastante tanto que en una de esas ocasiones tuvo un intento de suicidio el cual solo termino en el hospital e internado en un psiquiátrico por algunos meses.

Este año era diferente, no sé sentía tan mal ese mes, Saiko estaba haciendo que no fuera tan malo como lo había sido desde hace tiempo.

"Saiko" "Saiko" "Saiko"

Pasaba todo el día hablando con ella, en las mañanas siempre que podían pasaban el tiempo juntos y por las tardes después de que ambos llegarán a sus casas hablaban por mensajes hasta que se iban a dormir, estaban siendo muy buenos amigos.

Saiko comenzaba a tener más responsabilidades hablando académicamente pues estaban a mitad de semestre lo cual involucraba muchos trabajos, trabajos los cuales causaban estrés.
Aki también tenía muchas tareas pero en realidad no era algo que le importara mucho.

Saiko había estado pasando mucho menos tiempo con ellos esa semana pues se la pasaba en clases o terminando tareas y Aki comenzaba a extrañar su presencia.

En ese momento la tenía al lado, las clases habían terminado pero se quedaron platicando un rato con sus demás amigos, todos estaban parados fuera de la escuela.

Saiko miro la pantalla de su celular y al ver la hora suspiro y comenzó a despedirse de las personas a su alrededor Angel también comenzó a hacerlo.

— Sai — Aki se acercó a Saiko y ella lo miro. — ¿Te puedo acompañar a tu casa? —

Saiko un poco confundida por la pregunta medito su respuesta — Vivo muy lejos —

—No importa.

—¿En serio vas a caminar cuarenta minutos de ida y otros cuarenta de regreso?
— Angel era el único que podía acompañarla ya que vivían relativamente cerca, Angel vivía quince minutos antes de la casa de Saiko.

—Si.

Saiko termino accediendo y Angel al final decidió quedarse más tiempo por lo que los únicos que se fueron habían sido Saiko y Aki.

Nunca olvidaría la primera vez que el la llevo hasta su casa había sido un veinte de abril y recuerda perfectamente que ese día mientras iban caminando sus manos rozaban pero no hicieron nada por alejarse más o tomarselas, también lo muy avergonzada que estaba por haberlo hecho caminar tanto aunque finalmente el había decidido acompañarla absolutamente nadie lo obligó.

— ¿Falta mucho? — era la cuarta vez que lo preguntaba, la primera vez fue mucho antes de tan siquiera llegar a la mitad del camino.

—Ya regrésate si quieres porque aún faltan como quince minutos más.

—¿La casa de Angel esta lejos de aquí?

—No, Angel vive en dos calles más.

Siguieron caminando y la única que hablaba era Saiko pues Aki ya estaba muy cansado como para estar hablando.

Saiko se detuvo frente a una casa de dos pisos pintada de blanco.

— Aquí vivo. — comenzó a ponerse nerviosa pues Aki estaba siendo la segunda persona que conocía su casa aunque sea por fuera. — ¿Quieres un vaso de agua? — asintió y Saiko abrió la puerta.

El hombre se dedicó a observar el lugar en lo que esperaba a Saiko afuera, por la ventana de lo que el suponía era la sala pudo ver a Saiko hablando con una señora la cual el estaba seguro de que era la mamá de ella.

Saiko salio con el vaso de agua y se lo entrego, cuando se termino el agua ambos se despidieron y Aki se fue, debía caminar por más de una hora para llegar a su casa.

Saiko estaba muy feliz, ese gesto se le había hecho de los mejores que habían hecho por ella y no podía dejar de sonreír.

Veinte de abril.

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