𝐓𝐡𝐞 𝐏𝐫𝐢𝐬𝐨𝐧𝐞𝐫 𝐨𝐟 𝐀𝐳𝐤𝐚𝐛𝐚𝐧 | 𝐌'𝐑𝐞𝐚𝐝𝐞𝐫

El Verdadero Sirviente De Voldemort

Hermione gritó. Black se puso en pie de un salto. Harry saltó como si hubiera recibido una gran descarga eléctrica.

"Encontré esto en la base del sauce boxeador", dijo Snape, arrojando la capa a un lado, con cuidado de mantener su varita apuntando al pecho de Lupin. "Muy útil, Potter, gracias..."

Snape estaba un poco sin aliento, pero su rostro estaba lleno de triunfo reprimido. "Te estarás preguntando, quizás, ¿cómo supe que estabas aquí?" dijo, sus ojos brillando. "Acabo de ir a tu oficina, Lupin. Olvidaste tomar tu poción esta noche, así que tomé una copa. Y tuve mucha suerte... suerte para mi, quiero decir. Sobre tu escritorio había cierto mapa. ... Una mirada me dijo todo lo que necesitaba saber. Te vi corriendo por este pasillo y saliendo de "

"En realidad, nadie se preguntaba nada".
T/N interrumpió, mirando a Snape con odio desenmascarado. "No necesitamos un maldito monólogo en este momento, profesor".

"¡Callate, niño molesto!" gritó Snape. Se volvió hacia Lupin de nuevo.

"Le he dicho al Director una y otra vez que has estado ayudando a tu viejo amigo Black a entrar al castillo, Lupin, y aquí está la prueba. Ni siquiera soñé que tendrías el descaro de usar este viejo lugar como tu escondite -"

"Severus, estás cometiendo un error," dijo Lupin con urgencia. "No has escuchado todo - te puedo explicar - Sirius no está aqui para matar a Harry."

"Dos más para Azkaban esta noche," dijo Snape, sus ojos ahora brillaban frenéticamente. "Me interesará ver cómo Dumbledore toma esto... estaba bastante convencido de que eras inofensivo, ya sabes, Lupin... un hombre lobo domesticado..."

T/N no iba a tolerar eso. "Cierra tu maldita boca-espetó- ¿No puedes hacer nada sin actuar como un imbécil?".

Lupin asintió con la cabeza, sonriendo un poco. "Estoy de acuerdo, ¿vale la pena volver a poner a un hombre inocente dentro de Azkaban por el rencor de un colegial?"

¡ESTALLIDO!

Delgadas cuerdas con forma de serpiente brotaron del extremo de la varita de Snape y se enroscaron alrededor de la boca, las muñecas y los tobillos de Lupin; perdió el equilibrio y cayó al suelo, incapaz de moverse. Con un rugido de rabia, Black se dirigió hacia Snape, pero Snape apuntó su varita directamente entre los ojos de Black.

"Dame una razón", susurró. "Dame una razón para hacerlo, y te juro que lo haré".

Black se detuvo en seco. Habría sido imposible decir qué rostro mostraba más odio.

Hermione de repente dio un paso vacilante hacia Snape y dijo, con una voz muy entrecortada, "Profesor Snape - no-no estaría de más escuchar lo que tienen que decir, ¿verdad?"

"Señorita Granger, ya está enfrentando suspensión de esta escuela", escupió Snape. "Tú, Hart, Potter y Weasley están fuera de los límites, en compañia de un asesino convicto y un hombre lobo. Por una vez en tu vida, muerdete la lengua"!

"Pero si-si hubo un error".

"¡CÁLLATE, NIÑA ESTÚPIDA!" gritó Snape, viéndose repentinamente bastante trastornado. "¡NO HABLEN DE LO QUE NO ENTIENDEN!" Algunas chispas salieron disparadas del extremo de su varita, que aún apuntaba a la cara de Black. Hermione se quedó en silencio.

Si Snape se hubiera dado la vuelta en ese momento, se habría dado cuenta de que Hermione no se había callado por su culpa, sino por el puro epitome de la ira que irradiaba detrás de él.

"La venganza es dulce", le susurro Snape a Black. "Cómo esperaba ser yo quien te atrapara-"

Snape de repente cayó de rodillas, agarrándose la garganta en un espasmo de pánico.