"𝘛𝘦 𝘷𝘦𝘰, 𝘦𝘨𝘰𝘪́𝘴𝘵𝘢."
Sí, one-shots de tus futbolistas y fifas favoritos.
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Blue Lock no me pertenece, sus personajes pertenecen a sus respectivos autores.
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CONSUELO. Asahi Naruhaya.
Al castaño claro no le había ido tan bien en Blue Lock, había sido eliminado contra el equipo de Isagi y seguirle la calaña a Baro no había sido una gran estrategia. Ahora no paraba de llorar mientras abrazaba entre sus dedos la cajita de dulces con los mensajes de sus hermanos y hermanas, pero también, entre sus labios sostenía el dige del collar que le habías dado antes que se fuera.
No sabía con qué cara podría verte luego de no cumplir su palabra de ser el mejor del mundo y dar la mejor de las vidas a sus hermanos, mientras que ustedes vivirían en una bonita casa de estilo japonés tradicional. Por ahora, ese sueño que se veía tan cerca ante tal oportunidad de participar en Blue Lock se alejaba de él y sus lágrimas abrumaban aún más el proceso.
Ahora que regresaba a la Prefectura de Kagawa se preguntaba cómo podría verte, el joven de esponjosos cabellos lloró durante días tratando de procesar la pérdida de aquel partido a sabiendas que Isagi nunca le escogería. Sus hermanos decidieron darle un espacio para que pudiese reponerse, pero únicamente tenía en sus pensamientos el cómo reaccionarias; Naruhaya estaba ansioso y debido a ello, sobredimensionaba la situación imaginando millares de escenarios donde le rechazabas y le dejabas de hablar.
Al llegar la noche, el muchacho sintió el toque constante en la puerta de su habitación; realmente no quería ver a nadie, tampoco interactuar con alguien, sentía que le había fallado a sus hermanos y a la chica de sus sueños.
—Vayanse, no me siento bien. —habló con cierta fuerza, cubriéndose parte del rostro con su antebrazo.
—¿Asahi-kun? —hablaste desde el otro lado de la puerta— Quise venir a verte, puedo pasar otro día.
Tu voz fue suficiente para hacerlo levantar de la cama, decidiste que era buena idea venir en otro momento con algo de comer o alguna cosa que pudiera levantarle el ánimo; al girar sobre tus talones sentiste la mano masculina sosteniendo tu muñeca, volteaste a verlo, sus ojos se habían cristalizado nuevamente y lo único que pudiste hacer fue abrazarlo, aunque no esperabas que el joven de esponjosos cabellos se arrodillara en medio del llanto, aferrándose a tu cintura.
—L-lo siento tanto, [t/n]-chan... —pronunció, apretando la tela de tu blusa— N-no pude ser el mejor...
—Asahi...
Retiraste las manos masculinas de tu cintura, sentándote en el suelo frente a él entrelazando los dedos con los suyos. Besaste su nariz, su frente, sus húmedas mejillas y su barbilla, soltando una de sus manos limpiaste sus lágrimas con tu pulgar hasta acariciar su mejilla. Ambos se miraban en silencio, tu simplemente sonreías al tenerlo recostado en tu regazo pues Naruhaya ama tus muslos, es lo que más le gusta de estar contigo debido a que en una de sus citas se recostaban a mirar las nubes y desde la primera vez que se recostó en tu regazo parece haber sido un hábito.
