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Advertencia: Sexo explicito.

Aquí Miércoles y Pugsley no han nacido, ni han sido engendrados

Si no estás listo para leer este capítulo te pido por favor que te retires de esta lectura, sin molestar. Con todo dicho, muchas gracias.

16:30

Y lo siguiente que siento es la mano de alguien sobre la mía y me gira hacia la pared del baño de forma rápida, antes de que pueda analizar lo que pasa, Gómez me pega a él. Mi corazón se acelera y miro hacia arriba, su cuello está tenso, noto las venas de sus brazos hincharse y su respiración es un desastre.

-Tienes 5 segundos para decirme que esto no es lo que deseas, y me iré lo más rápido que pueda de aquí-. Su voz ronca retumba en mi cabeza y hace que me excite.

El silencio que se forma es suficiente para él.

Me baja de su cintura y no me da tiempo de poner los pies en el suelo cuando él me estampa otra vez en la pared del baño besándome con una desesperación que siento que me derrito ahí mismo.

Sin dudarlo, le respondo el beso con todas las ganas porque dios, yo lo deseo tanto o más de lo que él me desea a mí. Nuestras bocas danzan en sincronía, humedeciendo nuestros labios, me agarro a sus hombros, dejando mis uñas marcadas en su espalda, mientras giro mi cabeza a un lado profundizando el beso. Gómez pone ambas manos a los lados contra la pared, como si quisiera controlarse.

A la mierda el autocontrol.

Su beso se torna aún más apasionado, más demandante, buscando enloquecerme. Nuestras respiraciones y nuestro beso hace eco en todo el baño, da gracias que todos han salido y estamos solos. Mi cuerpo arde por su toque y cuando siento apretar sus puños contra la pared, me separo de él ligeramente.

-Deja de controlarte- le susurro al oído.

Su voz es ronca, sexual.-Estoy tratando de ser gentil.

Rio sarcasticamente

-Por dios Gómez, si tu nunca lo has sido. Que se joda la gentileza, follame, follame como has querido follarme desde que me he ido.- le contesto acercandome a sus labios.

Y puedo ver su control desaparecer, justo como yo quería, sus manos buscan mis pechos para apretarlos suavemente robándome un gemido bastante fuerte.-Te follaré como he querido hacerlo hasta ahora.-Gruñe contra mi boca.

Sus labios atacan los míos mientras masajea mis pechos con destreza antes de ir por las tiras de mi biquini y bajandolas por mis hombros de un tirón, exponiendo mis pechos. Mi piel arde, muriendo por su toque, siento que él lo nota, porque, su boca deja la mía para ir descendiendo por mi cuello hasta llegar al valle de mis pechos, gimo al sentir su boca por mi piel desnuda y expuesta de mis pechos, y cuando lo chupa, echo la cabeza hacía atrás disfrutandolo. Sus lamidas y succiones son ágiles, fuertes y luego suaves, una combinación perfecta, que hace debilitar mis piernas.

Creo que podría tener un orgasmo solo con esto.

Impaciente tomo su cara entre mis manos para que me enfrente de nuevo y lo beso. Sin despegarme de su boca, comienzo a gemir por lo bajo. Paso mis manos por su pecho, sintiendo cada músculo y bajo hasta su definido abdomen.

Él detiene el beso para mirarme a los ojos y toma mi mano para bajarla un poco más.-Sientelo.- Obedezco, lo toco por encima de su bañador.-Quiero que sientas lo duro que me pones.

Y si que está bien duro.

Lo masajeo por encima del bañador mientras él desliza sus manos por encima de mis bragas y me arranca la prenda de un tirón.

Todo para ti (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora