(Ella);
Ella soy yo. Y yo, soy la tragedia.
Todo mi cuerpo dolía, mis músculos estaban adoloridos, cada hueso de mi cuerpo pesaba. Abrí mis ojos cual pesadilla aterradora, una presión, un punzante dolor atravesó mi cabeza, apenas y podía ver con claridad.
—Hola.
Y dentro de mi cabeza se produjo un eco.
—Despertó. ¡Está despierta, está despierta!.
Oí y las voces sonaban lejanas a mí.
Alguien se acercó, no logré reconocer quien es pues todo era borroso. Una luz alumbró directamente a mis ojos y aquel me abrió los párpados con las llemas de sus dedos.
—¿Qué pasa?.
Escuché a alguien preguntar.
—¿Doctor?.
¿Doctor?, ¿dónde rayos estoy?.
—¿Qué ocurre? ¿Mamá? ¿Papá?..
Hablé y una mano se posó sobre mi espalda, la misma mano me ayudó a levantarme, la vista aún no se me había aclarado por lo que frente a mí veía a tres figuras pero no lograba reconocer sus caras.
—Emma ¿logras verme?.
Confundida respondí
—No con claridad.
De nuevo enfocó la luz del pequeño aparato sobre mis ojos.
—¿Dónde estoy? ¿Qué ocurre?
—Parpadea durante diez segundos Emma.
Obedecí.
—¿Nada?.
Negué.
—De nuevo hazlo.
Volví a negar.
—Emma ¿Puedes recordar lo que ocurrió?...
—No sé de que habla.
—¿Doctor que le pasa a mi hija?...
La voz de mamá, la reconocí.
—Mamá ¿qué pasa?
—Emma—La misma voz—¿Sabes que día es hoy?..
—Por supuesto, hoy es sábado.
Mis respuesta fue como un "Bum" para ellos.
—Amnesia disociativa.
Lo escuché susurrar.
—¿Amnesia? ¿está seguro de eso?.
Era papá.
—Emma ¿Puedes recordar por qué estás aquí en el hospital?..
—No.
—¿Cuánto tardará? ¿Hablo de la amnesia?.
Mamá intervino.
—Yo no tengo amnesia mamá.
Aseguré.
—Depende de la gravedad. Desde unos días, semanas o en todo caso, años.
—Alguien, expliqueme por favor que está ocurriendo aquí y ¿por qué no escucho a mi hermana? ¿dónde está mi hermana?.
Perdí la paciencia entonces.
—Tranquila hija, tu hermana ya está fuera de peligro, está en recuperación.
—Fuera de peligro ¿Y por qué está en recuperación? ¿qué le ocurrió? Papá ¿dime qué pasa?.
Se acercó a mi, logré reconocerlo por su voz.
