IV

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6:37 am, fue la hora que vio Kevin en su celular, estaba en el cuarto del hotel donde se hospedaba. Estaba acostado en su cama viendo el techo, a su lado había otra cama en donde se encontraba Diego durmiendo profundamente. El futbolista no pudo dormir mucho esa noche, a su mente volvía el recuerdo de ese beso que había compartido con uno de los campeones del mundo. Después de eso se lo encontró en el comedor del hotel pero ambos desviaron la mirada con vergüenza, prefirió cenar en su cuarto por suerte Lainez y Edson no le preguntaron el porque.
Se tocaba los labios, no recordaba sentirse así después de un beso y entonces recordó las interacciones que había tenido con Julián hasta el momento.

El como se emocionó de conocer a uno de sus ídolos, lo bien que pudo congeniar con él y la felicidad que sintió cuando pudo tomarse una foto a su lado. Tal vez eso fue lo que desató todo, porque en el momento en que se acercó al argentino sintió un aroma que le llenaba, olor a menta. Los alfas que había conocido antes tenían un olor fuerte o pesado, no le gustaban esos aromas pero el de Julián era diferente a su percepción. Le había encantado el olor pero prefirió ignorarlo, era imposible que el olor viniera de esa persona todos ocultaban su aroma con supresores. Sus encuentros continuaron, el en verdad estaba feliz de que pudieran hablar, solo era admiración la que sentía ¿verdad?

Pero ocurría algo, muchas veces sorprendía a Julián mirandolo. Esa mirada la sentía bastante clavada en su persona la vez que se sentó entre sus piernas, era lógico que lo mirara en esa situación pero por alguna razón el sentía que sus ojos demostraban algo más. Cuando bailaron juntos fue una experiencia maravillosa y lo tomó por sorpresa que lo apresara en aquella pared, le gustó sentirlo tan cerca pero a la vez se asustó y fue la razón por la que alzó la voz diciendo su nombre.
Kevin estaba siendo muy conciente del argentino, tal vez demasiado y todo estalló cuando estaban tan juntos en ese armario.

El sentir a Julián abrazandolo lo tensó pero unas cosquillas en su estomago y el delicioso aroma que sentía venir del alfa le dieron el valor para abrazarlo también, le gustaba esa sensación. Era una tontería pero sentía que su cuerpo fue hecho para encajar con el otro. Y entonces ocurrió, ese beso.

No supo cuando se dejó llevar, pero en serio no quería que parara. Cuando Julián se fue él se quedo con la incertidumbre de saber hasta donde hubieran llegado si no los hubieran interrumpido, pero, ¿para el argentino significaba algo o era él quien estaba dandose ideas erróneas? Kevin ya había tenido parejas pero no recordaba que sus sentimientos hacía ellas se sintieran de la forma con la que se sentía con Julián. Pensar que el alfa solo estuviera jugando hizo sentir que su pecho dolía y por alguna razón recordó unas palabras de su mamá.

"-Mi Kevin eres un omega- ese día habían ido al hospital un Kevin de diez años con su mamá y al salir del consultorio fue lo primero que le dijo.

-¿Qué es un omega?- preguntó el niño sin entender mucho, su mamá se había agachado a su altura para darle esa noticia. Sonrío.

-Significa que al igual que yo, puedes tener un bebé- El niño abrió los ojos sorprendido.

-¿Y que hago yo ahorita con un bebé?- la mujer miró con ternura la inocencia de su hijo.

-No mi cielo, no tendrás un bebé ahora. Será dentro de muchos años si es que así lo quieres- El pequeño parecía entender mejor.

-Aunque para eso primero tienes que encontrar a tu persona especial, a tu pareja. Así como lo hice yo con tu papá- una sonrisa nostalgica apareció en el rostro de su mamá, extrañaba a su fallecido esposo.

-¿Y como voy a saber quien es mi pareja?- preguntó el pequeño con mucha curiosidad.

-Es sencillo, lo sabras porque..."


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