Extra

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La cama en donde se encontraba dormido era tan cómoda pero Julián sabía que era hora de levantarse, se movió un poco en su lugar y abrió los ojos acostumbrandose a la claridad del día. Se encontraba solo en esa cama matrimonial pues su esposo Kevin al parecer ya se había levantado. Vió su anillo de matrimonio y sonrió, desde hace dos años que el Kevin y Julián eran oficialmente esposos. Mantuvieron una relación de tres años de noviazgo que era complicada para ambos al principio.
El alfa se encontraba en el Machester City mientras que Kevin en el Ajax, viajar de Países Bajos hasta Inglaterra y viceversa se volvió una rutina para los dos, tanto fue así que aunque ya se encontraban casados aún tenían que hacer esos viajes pero ya estaban acostumbrados.

Hoy Julián se encontraba en la casa de Amsterdam donde Kevin vivía, logró tomar unos días de descanso de su club. Llegó el día anterior bastante tarde por la noche así que practicamente llegó a dormir.
Se cambió de ropa y se dirigió a la cocina, olía muy bien. Probablemente el omega había hecho el desayuno para ambos, al llegar vió que el mexicano estaba ahí pero se encontraba viendo hacia el jardín, estaba recargado en la puerta de vidrio que permitía salir de la cocina al patio. Pero al argentino le llamó la atención que Kevin parecía tener la mirada perdida como si estuviera muy concentrado pensando en algo. Además se veía un poco más delgado de lo que recordaba.

-¿Kev?- lo llamó y el nombrado se sobresaltó un poco, se asustó por que parecía no haber sentido su presencia.

-Juli, buenos días- su rostro cambió al instante mostrandole una sonrisa- hice el desayuno, ¿comemos juntos?- el alfa se acercó para darle un beso tierno en los labios.

-Si, debiste levantarme. Para hacer el desayuno juntos- le dijo mientras ambos se dirigían a sentarse.

-Quise dejarte descansar del viaje de ayer y te veías tan cómodo durmiendo que no fui capaz de despertarte- comenzaron a ponerse al día con lo sucedido en sus respectivos clubes.
Julián seguía siendo uno de los mejores goleadores titulares mientras Kevin continuaba con su sueño jugando en Europa. Ya era considerado como titular, puesto que le costo un par de años de estar en la banca y ser suplente.
Su relación era un secreto en sus equipos, solo se sabía que ambos estaban casados pero como siempre se protegía la privacidad de los jugadores esto no les origino ningún inconveniente. Y de sus amistades mas cercanas solo unos cuantos sabían sobre su matrimonio.

Después de desayunar, limpiaron todo y se prepararon para los planes de ese día, querían disfrutar de un momento juntos pues había pasado casi un mes desde la última vez desde que se vieron. Quedaron de ir al acuario, se prepararon para evitar ser reconocidos con gorras y lentes. Tomaron el auto y llegaron a su destino.

El acuario de la ciudad de Amsterdam era precioso, aunque Kevin podía ir cuando quisiera siempre prefería ir con el alfa. Comenzaron a recorrerlo mientras se tomaban de las manos. Era sábado y mucha gente se encontraba en familia recorriendo el lugar.

Estaban viendo a las belugas cuando Julián se puso detrás del omega para abrazarlo rodeando su abdomen con sus manos, el alfa era mas bajo pero aún así podía ver sobre el cuello del omega la pecera. Quiso aspirar el olor de Kevin pero algo llamó su atención, podía sentir más bien su propio olor a menta. Se le hizo extraño, no era posible que no lo sintiera. Ni los supresores podían bloquear del alfa su aroma de pepino y limón. Estuvo a punto de decir algo al respecto cuando una niña se acercó a la pareja, tenía los ojos llorosos.

-Disculpe, ¿ha visto a mi mamá?- preguntó en inglés lo mas segura que pudo pero era obvio que en cualquier instante iba a llorar.

-Si me dices como es, puedo ayudarte- le respondió Kevin en el mismo idioma lo mas comprensivo posible para no asustarla. El alfa dejó de abrazarlo para ayudar a la pequeña.
Apenas dieron unos pasos cuando escucharon la voz de una mujer.

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