No vayas suave// traducción. Sevmione

7

Siguieron teniendo relaciones sexuales.

Ella, Hermione Granger, reputacionalmente una buena chica, estaba teniendo relaciones sexuales con el profesor Severus Snape, un murciélago de mazmorra.

Tenían relaciones sexuales tanto por la mañana como por la noche a veces, y era brillante y completamente inapropiado, y ella no tenía intención de detenerse hasta que estuviera demasiado cerca de la puerta de la muerte para continuar.

Después de las dos primeras noches, una vez que Severo se había probado a sí mismo, se volvió mucho menos tenso. Ella decidió, en retrospectiva, simplemente una cuestión de arreglar las cosas entre ellos.

Era un amante generoso. Lo cual fue inicialmente desconcertante porque "generoso" y "Snape" no era una asociación de palabras que intuitivamente se le ocurriría a Hermione; Pero luego se dio cuenta de que, según todo lo que sabía de él, nunca había hecho nada a mitad de camino en su vida.

Pasó una cantidad asombrosa de tiempo tocándola. Se despertaba por la mañana con la sensación de sus dedos trazándose a través de su piel, sus labios presionando besos a lo largo de sus hombros y columna vertebral. Ella rodaba somnolienta en sus brazos, y tenían sexo matutino soñadoramente lento antes de que él se levantara.

Hermione dormía unas horas más antes de levantarse para ir a clase.

De alguna manera, a pesar de sus fantasías, no había considerado que Severo sería alguien que fuera intensamente físico. Sensual, sí. Pero no necesariamente sexual.

Ella siempre había notado la forma en que se movía y hablaba.

"Hechiza la mente y atrapa los sentidos ..." ¿Qué tipo de persona dijo tales cosas a una habitación llena de niños de once años?

Sin embargo, siempre había estado completamente aislado. No alguien que tocó a nadie voluntariamente a menos que hubiera algún tipo de necesidad vital. Ella no había considerado que era porque él no tenía a nadie a quien tocar.

Ahora que Hermione era alguien con quien se le permitía disfrutar de la intimidad física, era como si no tuviera un sentido de moderación.

La tocó, con avidez.

Rompió sus propias reglas.

Sus dedos pasaban a lo largo de su cintura o brazos, y ella sentía su aliento en la parte posterior de su cuello cuando él la pasaba por los pasillos.

Era como si poseyera una racha posesiva latente que ya no podía controlar.

Rápido. Cuidadoso.

Había sido un espía. Sabía cómo ser engañoso, todos los trucos de la mala dirección. Era muy consciente de todos los hábitos y observaciones de la población estudiantil.

Su comportamiento en el castillo se mantuvo completamente consistente. Era tan hosco y cruelmente vengativo hacia los estudiantes de Hogwarts como siempre lo había sido. Nadie lo miraría frunciendo el ceño iracundamente desde la mesa principal e imaginaría que lo estaban acostando o que alguna vez lo habían puesto.

Hermione lo miraba fijamente a veces mientras comía, y, si sus ojos intrusivos se encontraban con los de ella, ella miraba su mente hacia recordar vívidamente su cuerpo sobre y dentro del suyo, o su cabeza entre sus piernas mientras la llevaba al clímax.

Su expresión se volvería negra instantáneamente y miraría con determinación su comida.

Luego, por la noche, la castigaba por ello, en una variedad de formas deliciosas.

Era exactamente lo que ella quería.

Estaba tan absorta en su aventura que dejó de pasar todo su tiempo pensando en el hecho de que se estaba muriendo. No había espacio mental para preocuparse o desesperarse por el futuro cuando su mente y cuerpo estaban completamente embelesados por el presente.