Este libro es un conjunto de poemas, microrrelatos o directamente paginas de diario creado por mi misma. Es una mezcla de emociones tanto como de percepciones hacia la vida, que han sido creadas mediante un método de frustración con el fin de sentir...
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Vacía.
Estaba vacía.
Se sentía vacía.
Cada vez que se miraba al espejo no sentía nada. Cuando veía su reflejo, un vacío la inundaba. ¿Quién era?, ¿Cómo era? o peor ¿Cómo la veían?. Nada, todo respuestas en blanco, las cuales nunca llegaron a completarse en su mente.
Ella se estaba perdiendo entre las sombras que consumían su alma, hasta dejarla completamente desierta. Se estaba escondiendo entre la tinta negra que amenazaba con apoderarse de su ahuecado corazón. Pero sobre todo ella no encontraba la salida a ese círculo causante del terror y del vacío que ella no tenía.
Intento llenarlo varias veces ese sentimiento, pero nunca lo logró. Se había atascado, entre toda la mierda que acumulaba el váter de su vida. No pudo salir, lo intentó. Con apoyo de familiares, amigos, hasta en el amor, pero todo era nulo. Era aburrido. Ella se sentía aburrida. Era aburrida. Se sentía vacía. Estaba vacía.
Del sentimiento a la realidad, los pasos nunca cambiaron, pues nunca hubo una gran distancia o diferencia. Tan solo fue la forma de esconder la verdad. Tal vez hablaba mucho, o solo se callaba, así nunca lo entendieron. Sus mensajes eran la forma más indirecta directa sobre su estado. Vacío.
Y es que poco a poco ese sentimiento llegó hasta la raíz de su existencia, hasta pudrirse totalmente. El veneno ya era imposible de curar, o de sacar. Había infestado todo, así que ese vacío lo intentó llenar una última vez. No de felicidad, no de amor o de pasión, sino de algo que la dejó sin corazón.
El cuchillo se resbaló por su mentón, tranquilamente la chica se desmayó, gritó una última vez de dolor. Pero no se sintió vacía, consiguió sentir algo, un estímulo. Un pánico, una pequeña brisa. Después de eso la oscuridad la tapó, su cuerpo yacía en el suelo, se había vuelto pálida y fría. Y es que el cadáver de la chica ya no se volvió a sentir vacío. En cambio ahora estaba lleno, lleno de una muerte eterna, mientras que el alma se paseaba por los campos del elíseo, fingiendo estar entera.
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