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Audrey.

Un mes después.

Me encontraba llegando al hotel donde me hospedería, venía en compañía de George.

—¿Seguro que no tienes problemas por quedarte aquí? No quiero que Claire piense que le robo a su piloto. —Dije entrando a la habitación, el venía atrás de mi con mis maletas.

—Tranquila linda, todo esta bien. Ademas a ella le caes muy bien.

—Bueno, confío en ti.

—¿Las dejo en la habitacion?

—Si, por favor. ¿Quieres que pidamos algo de comer?

—Te parece si mejor vamos a un restaurante. Así mejor invitamos a también a tus padres. -Dijo acercándose a mi, dejando un beso en mi cien.

—Me parece bien, los voy a llamar.

Más tarde estábamos en un restaurante en Monza, mis padres y yo teníamos que estar esas dos semanas en Italia ya que se venían eventos importantes de Ferrari, así como la firma de nuevos socios de mis padres.

—George, ¿como te sientes con la carrera de esta semana?

—Realmente me siento bien, es uno de los circuitos que más me gusta, espero poder salir del final de la parrilla. —George le contestó a mi padre.

—Todo saldrá bien George, ya veras. —Le conteste con una sonrisa, el cual me devolvio. Mi madre nos miró por unos segundos.

—Supongo que esta semana estarás en el garaje de Ferrari.

—Si, estaremos ahí. Pero tranquilo todo estará bien.

—Tu sabes que siempre son bienvenidos en el garaje de Wiliams, a mi me encanta que estén ahí, además que a mis padres les agradas también.

—Lo se George, gracias tus papás son muy lindos conmigo. —Seguimos comiendo y platicando de cosas del trabajo de mi padre como el mio, mientras George siempre disfrutaba de las platicas con mi padre. Mis padres terminaron antes de comer y decidieron ir a dar un paseo por las calles de Italia e ir a descansar.

—¿Quieres ir al hotel? —Me pregunto George, antes de llamar al mesero para pedir la cuenta.

—Si, quisiera descansar un poco, además mañana comienzan las practicas así que también debes descansar.

—Bueno entonces nos iremos al hotel.—Dejo el dinero y recogimos nuestras cosas, puso su mano en mi cintura para que comenzábamos a caminar a la salida, nos encontramos a quien no veía desde hace un mes, acompañado de su novia, quien en definitiva no soporto. Y no por el hecho que este con el, si no por su nefasta actitud.

—Hola Audrey, me da gusto verte, las chicas y yo te extrañamos.—Sonó lo más falsa que pudieras imaginarte, solo le sonrei levemente.—¿Estarás en el garaje de Wiliams apoyando a tu novio esta semana?

El se quedó callado, aunque estába sorprendido por cómo ella me había hablado como si nada.

—Es Italia, así que veremos que sucede, siempre apóyate a.. —por suerte el teléfono de George sonó llamando nuestra atención.

—Tenemos que volver.—George no contestó, pero sabía que era importante.

—Nos vemos luego.—Le di una mirada, se veía decepcionado o triste no podía descifrar lo que sentía, en todo momento se había quedado callado y aunque aún me dolía nuestra situación, después nuestra "platica " en el paddock no habíamos vuelto hablar.

Salimos de restaurante y nos subimos al auto que le habían brindado a George un precioso Mercedes, pero si era sincera me gustaba más mi Ferrari que estaba guardado en Mónaco.

Afterglow, Charles LeclercDonde viven las historias. Descúbrelo ahora