013

167 13 38
                                    

Sebastian

—Cariño.—Escuche que la llamaban, estaba sorprendida de verme, era difícil ver que alguien le dijera lo mismo que yo le decía.

—Te escribo luego. —Colgo la llamada y se puso de pie, dejo el plato que tenía en las manos. —¿Que quieres?

—Tenemos que hablar

—Tu y yo no tenemos nada que hablar. —Contesto cruzando sus brazos seriamente, si era sincero tenía algo que la hacía ver más hermosa, tenía un brillo que hubiera querido que tuviera conmigo. Por la forma en que la llamaron estoy seguro que ya está saliendo con alguien más, ese alguien que la hacía brillar o era algo que yo no me habia dado cuenta.—Creí que era obvio, después de que te he ignorado todo este tiempo.

—Audrey ya es tiempo, considero que debemos aclarar las cosas.

—Las cosas están claras para mi, después de que no tuviste ni el descaro de meterla a ella en mi casa y en mi cama. Así que es mejor para nosotros...—Lo mire confundido se corrigió.—Para mi que te vayas.

—Audrey, quiero disculparme. —Ella solto una risa irónica.

—¿Disculparte? ¿Enserió? Me sorprende tu descaro. Pero dime, ¿por qué te vas a disculpar?

—Te lastime, es algo que no me perdono. Estoy arrepentido, por que realmente te amo.

—Sebastian, te vas a casar, eso no es estar arrepentido, eso no significa que realmente me ames, o que hayas amado.

—Audrey, lo sé se que mi decisión de casarme con ella te ha afectado, por que nosotros teníamos esos planes, casarnos, tener hijos, comprar una casa y es algo que realmente quería contigo, solo que no hay palabras o justificación que te haga sentir mejor. —Desvío la mirada, movía sus manos nerviosa, mientras movía un pie, sabía que en cualquier momento lloraría.

—Y no no hay justificación Sebastian, por que sabes que te amaba y daba todo por ti. Rompiste mi corazón, lo rompiste de la peor forma y el hecho de que ahora te vayas a casar solo me comprueba que tu no estabas comprometido conmigo.

—Solo me voy a casar con ella por que esta embarazada, solo por eso. Yo no quería que eso pasara.

—Si no querías que pasara eso, no lo hubieras hecho o mínimo te hubieras cuidado. No me salgas con eso, nadie te puede obligar a casarte con alguien y menos un bebé, el no tiene la culpa y no tiene por qué sufrir las consecuencias de las decisiones de los padres. El bebé merece padres que estén comprometidos a estar juntos con el, en un ambiente sano.

—Lo se, pero también no quiero que viva sin un padre, tu sabes como me sentí al no crecer con mi padre, pero afortunadamente llego mi padrastro pero aveces no es suficiente, por que necesitas a tu papá biológico.—Ella se mordió el labio, era señal de que algo estaba ocultando.—Aunque no me faltó nada, no quisiera que mi hijo sintiera eso. Soy su padre y debo de estar con él bebe

—Ay Sebastian, si no te quieres casar no lo hagas, no condenes a un bebé a estar en un ambiente en donde sus papás no querían estar juntos.

—Es que no lo entiendes Audrey.

—¿Que no entiendo? Dime algo, pero contéstame con la verdad. ¿Tu la amas?—Me pregunto su voz se empezaba a escuchar entrecortada, su pregunta me había sorprendido.

—No, Audrey. Por qué ella no es tu. Lamento darme cuenta hasta ahora de mi error, lo hice por que los dos estábamos pasando por momentos complicados y sentía que estábamos momentos diferentes.

—No digas eso Sebastian, te vas a casar.

—Ya te dije que no quiero.

—Entonces no lo hagas, no lo hagas, no te ates a una relación que no va a tener futuro.

Afterglow, Charles LeclercDonde viven las historias. Descúbrelo ahora