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La mañana había llegado, un delicioso desayuno en compañía de sus dos personas favoritas fue mucho más lindo de lo que pensaba.
Al acabar los tres salieron.

Debían resolver las cosas.

- Namjoon, estamos yendo.- dijo a la otra línea. - ¿Puedes reunir al equipo?- el mayor hizo caso y luego terminaron la llamada.

Jimin metía cosas indispensables para su bebé, comida juguetes y un libro con lápices de colores.

Yoongi fue donde el pequeño para acomodar el cinturón. Intento que no le molestará, pero para ser sinceros siendo tan pequeño no le ajustaba.

- ¿Deberíamos quitarlo?- preguntó al aire.

- Papi, es asfixiante.- susurro su bebé de la nada.

- Creo que es perfecto. - le contesto Min más seguro.

- ¡Papá Jiminie!- grito el pequeño con la esperanza de que su otro padre lo ayudase.

El antes mencionado llego viendo el desastre que el amor de su vida había hecho con el seguro para bebés que el mantenía.

- Yoongi...- río al imaginarlo luchar con ese artefacto. - Creo que yo lo acomodare. Ven, te enseñaré. - desató todos los nudos y mostró como de un forma más simple podía hacerlo. Yoongi no prestó tanta atención, de hecho se perdió en el rostro de Jimin.

Era como otro bebé.
Sonrió de manera tierna, sus ojos... sus mejillas y sus labios...
Eran simplemente hermosos.

- Papá Yoongi, se te cae la baba. - el pequeño soltó una risa mostrando sus inigualables dientes frontales. Se dio cuenta de lo que estaba haciendo y se separó carraspeando.

Jimin sonrió nervioso, el sonrojo en el era bastante notorio. Trato de cambiar de tema para no perder la calma. - Debemos irnos. - cerró la puerta trasera y se apresuró a entrar en el asiento del copiloto.

Sería un viaje interesante al estudio.

Llegando, bajo a Jungkook y lo tomo de la mano para que no se perdiera, el estacionamiento estaba siempre lleno y entre tantos carros le daba miedo soltarlo.
Entraron al ascensor y los tres esperaron para llegar al primer nivel, el cual mantenía una recepción donde dos señoritas organizaban carpetas y hacían llamadas.

- Buenos días. - Saludo el pálido mientras se acercaba.- Ambas hicieron una reverencia en respeto al mayor. - ¿Todos están en la sala de juntas?

- Si, señor. Solo lo esperaban a usted.- le entrego un portafolio y este lo recibió con una sonrisa.

- Bien. - volteo a Jimin, este miraba alrededor, le asombraba mucho el lugar. Todo lo que Yoongi había soñado. - Bien, vamos.

Nuevamente tomo la mano de su bebé y se dirigieron a otro ascensor.

- Papi, no me gustan los ascensores. - anuncio el pequeño al estar subiendo. - Los lugares así de cerrados dan... Miedo. - Yoongi se puso sobre sus rodillas para estar a la altura de Jungkook.

- No te preocupes bebé, tomaremos las escaleras de ahora en adelante.- le prometió dándole el meñique.

Al ponerse nuevamente sobre sus pies, vio como Jimin le susurraba un pequeño "gracias"

No pudieron decir nada más porque habían llegado, entrando a la que parecía ser la sala de juntas, Jimin se sintió observado.

- Yoongi, por fin te reportas. - había dicho Bang PD. - Sería bueno que nos dieras una explicación de lo que nuestros ojos ven.

- Se las daré. - aseguro tomando asiento. - Namjoon, haz lo que te pedí, por favor.- el más grande asintió y salió de ahí con Jimin y el hijo de Yoongi.

Sería una larga conversación.

....


- ¿Cuantos años tienes, Jungkook? - pregunto Namjoon mientras le entregaba otro juguete.

- Así. - hijo el número cinco con sus manos. - Mi Papá Jimin dice que pronto iré a una escuela donde aprenderé más cosas que solo pintar y contar a cien.

- Es cierto, debes ser muy inteligente.

- No. - el niño soltó una carcajada.

- Claro que lo eres, mi vida.- fijo Jimin abrazándole por detrás.

-Quiza si, pero no me importa no ser tan inteligente. Mi maestra dijo que yo voy a mi ritmo.

- Pues así debe de ser, Jungkook. No hay porque ser apresurado.- le contesto Namjoon, Jungkook siguió con su juguete. Vio entonces a Jimin y decidió hablar con el. - Es tediosa está situación, pero trata de estar calmado.

Al escuchar eso pudo darse cuenta de cómo jugueteaba con sus manos. Si, estaba asustado por lo que podía pasar.
No quería perjudicar a Yoongi en su vida profesional.

No sería nuevamente un obstáculo.

- No quería que esto pasará, hasta ayer me di cuenta de la gran fama deYoongi y las consecuencias de nuestros actos. - susurro. - Quiero paz para mi bebé y para mi, nada más eso.

- Yoongi lo resolverá. - aseguro el más grande. - Siempre hay una razón para que las cosas pasen, tómalo como una oportunidad.

Una oportunidad.

Vio el collar de lana que tenía Kim en su cuello y se atrevió a preguntar. - ¿También tienes hijos?- Namjoon vio que era lo que observaba y sonrió.

- Si, un pequeño de casi siete años. - contesto. - Ahora está en la escuela, pero Jungkook y el deberían de conocerse.

- Sería bueno, el primer amigo de Jungkook aquí. —



...


Habían pasado casi dos horas desde que llegaron, no tenían noticias de Yoongi y los demás.
Namjoon tuvo que retirarse de ahí, y Jungkook se había quedado dormido en el gran sofá.
Decidió ver el estudio a detalle. Habían muchas botellas de agua en una esquina, todas vacías.

La computadora y un gran equipo que suponía era donde hacian toda la magia.
Vio que detrás de una de las pantallas había una fotografía enmarcada.

Eran ellos dos.
Sonrió al recordar ese día, estaban saliendo de la escuela cuando encontraron una máquina instantánea de fotos, de todas las que se tomaron esa fue su favorita.

Se perdió tanto en sus recuerdos que no escucho que alguien entraba por detrás.

— Es mi día favorito de todos. — susurro Yoongi por detrás, no lo había asustado, Jimin amaba su voz y pudo sentir paz cuando la escucho.

— No sabía que aún la conservabas.

— De hecho, tengo muchas en casa. En nuestro álbum.— sonrió detrás al ver como el menor se volteaba a verlo.

— ¿Tú lo tienes?— Yoongi asintió. — ¿Cómo?

— Seguramente cuando empaque las cosas se vino entre ellas, solo se que cuando llegue aquí lo encontré entre mi ropa. — explicó colocando sus manos en los bolsillos. — Y ahora lo agradezco, nuestros recuerdos están intactos.

Jimin estaba procesando todo, no podía dejar de ver la fotografía porque ahí estaba el siendo feliz con la persona que amaba.
Miro a los ojos a Yoongi  y sonrió.

Sintió sus ojos picar y pronto las lágrimas se hicieron presentes.

— ¿Aún me amas?

— Nunca deje de hacerlo.— contesto al instante, estando seguro de lo que decía. — Los sentimientos en vida son temporales, pero el amor es para siempre. Te amo, Jimin.










¡Papá! - ʏᴏᴏɴᴍɪɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora