Rubí || Descendientes

003

Luego de media hora de buscar a Ben, este le dijo a la castaña que se tomara el día libre, al menos de sus responsabilidades como consejera real, decidió llegar antes a la práctica de las animadoras, así que llegó al campo de tourney cuando los chicos del equipo estaban llegando también, le sorprendió ver a Jay y Carlos preparándose para las pruebas pero le alegró saber que se estaban adaptando, y con ese pensamiento entró al vestidor de chicas.

Rubí se puso su uniforme y luego se paró frente al enorme espejo para recogerse el cabello cuando escuchó a alguien más entrar al vestidor, dejó su cabello y asomó su cabeza para ver si era una de sus compañeras y se llevó una sorpresa cuando vio de quien se trataba.

- Creo que entraste al vestidor incorrecto - habló la castaña cuando el chico llegó a donde ella estaba - el vestidor de chicos esta junto a este - el chico estaba en shock, no solo por el hecho de haber confundido los vestidores, sino por la hermosa chica frente a el, claro que en la isla había animadoras en las escuelas, pero ninguna se comparaba con la francesa - ¿No vas a decir nada Jay? - preguntó Rubí sacándolo de su ensoñación.

- Ese uniforme te queda realmente bien - habló el chico, el comentario tomó por sorpresa a la francesa y sus mejillas se tiñeron de un suave color rosa - y con las mejillas rosas te ves adorable - volvió a decir haciendo que el rosa de las mejillas de la ojiverde fuera más intenso.

- Bueno tu no te ves tan mal de azul - habló Rubí notando que el chico ya traía puesta la ropa para las pruebas del equipo - no sabía que eras atleta, y aunque me encantaría escuchar tu explicación, debes salir de aquí antes de que lleguen las demás o tendrás problemas con el hada madrina - habló la más baja.

El chico de la isla solamente asintió y salió de ahí rápidamente, sonriendo como tonto.

[....]

Las pruebas por fin habían comenzado y las animadoras estaban calentando un poco, para prevenir accidentes, y vieron a los chicos reunirse en círculo con el entrenador.

Las pruebas de los chicos y el entrenamiento de las chicas empezaron prácticamente a la vez y en la mente de Rubí estaba cierto chico de cabello largo, que por cierto, se estaba luciendo en las pruebas.

Luego de una hora Rubí dio por terminada la práctica de animadoras, justo a tiempo para ver a Jay hablando con el entrenador, poco a poco la francesa se fue acercando a los chicos y llegó justo a tiempo para escuchar que el chico de la Isla había entrado al equipo.

La primera reacción de Jay fue voltearse y buscar a Rubí, quien le dedicó una sonrisa, la mas bonita que el chico había visto, aunque su momento se vio interrumpido por el entrenador diciéndole que debían hablar un minuto.

- Te espero, y después te invito a comer - habló Rubí y Jay asintió.

[....]

Luego de que los chicos se dieran una ducha y se arreglaran un poco, Rubí fue a buscar a Jay al dormitorio que compartía con Carlos.

- Hola Carlos - saludó la castaña cuando el chico le abrió la puerta.

El chico la saludó de vuelta y apresuró a su amigo, quien no tardó en salir para encontrar a la castaña esperándolo con una sonrisa brillante que lo dejó sin palabras, así que solo le sonrió de vuelta.

Los dos se quedaron sonriéndose unos minutos, sin recordar que Carlos aún estaba ahí, hasta que el peliblanco carraspeo llamando la atención de ambos.

- Lo siento chicos - se disculpó con una sonrisa de burla - pero, ¿No iban a salir? - preguntó alzando la ceja.

[....]

Rubí y Jay caminaban de la mano por Auradon, ni siquiera habían notado cuando sus manos se juntaron, el chico escuchaba a la castaña hablar sin parar sobre el próximo juego y la coronación de Ben.

La muchacha se detuvo frente a lo que parecía ser la puerta trasera de un gran restaurante, de ahí salió una mujer algo mayor con el delantal lleno de harina y una bolsa de papel en las manos.

- Te empaqué doble ración querida - la adolescente recibió la bolsa con una sonrisa.

- Gracias Tia - agradeció la francesa mientras la mujer regresaba al establecimiento.

Rubí prácticamente arrastró a Jay por las calles de Auradon hasta que llegaron a un bonito parque, se sentaron en una banca y empezaron a comer mientras veían a la gente pasar por ahí.

- No sabía que tu familia tenía un restaurante - habló el chico de la isla, la francesa soltó una risita y miró al chico con una expresión divertida.

- Ella no es mi familiar - explicó la chica riendo de nuevo al ver la cara de confusión de Jay - su nombre es Tiana, tal vez hayas oído de ella, la mejor comida del reino esta en el palacio de Tiana - siguió la chica con una sonrisa - trabajé ahí cada verano desde los doce años, pero me pareció muy elegante para la primera cita - terminó de hablar sonriendo al ver que el hijo de Jafar estaba sonrojado levemente.

- Entonces... - el chico pareció pensar en algún tema - ¿Qué hay con tu familia?¿Tienes hermanos o algo así? - los ojos de la chica brillaron cuando escuchó la palabra hermano.

- Pues, mi papá es capitán de la guardia real de Auradon y mi hermano mayor es su primer oficial, mamá tiene una escuela de artes para niños con problemas de conducta o en casa, ya sabes, para que saquen ese resentimiento de forma positiva - Jay miró con ternura como Rubí fruncía el ceño tratando de recordar alguna otra cosa - oh, y mi cuñada, es linda, y una princesa, admito que no somos las mejores amigas pero dejamos la rivalidad de lado - continuó con gestos de manos - pero basta de mí, aunque sea mi tema favorito, - los dos rieron un poco - ¿Qué hay de ti? - preguntó ahora la chica.

Los dos pasaron gran parte de la tarde conversando, hasta que tuvieron que volver a la escuela y cada quien se fue por su lado, Rubí a contarle todo a su amiga Lonnie, y Jay al cuarto de sus amigas para seguir con sus planes malvados, aunque nada le quitaría la gran sonrisa que adornaba su rostro.