07.

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ㅡYongsun..ㅡ dijo moonbyul mientras veía a la mayor no moverse.

ㅡByulㅡ  Yongsun dijo animadamente, mirándola con una sonrisa que hizo Moon sentir que estaba de vuelta en sus días de escuela junto a ella ㅡ¿Puedo pedirte algo?ㅡ

Sabiendo por lo que estaba haciéndole pasar, Moonbyul asintió.

ㅡClaro, lo que quieras.ㅡ

la castaña mantuvo una mirada llena de dulzura antes de pedir lo que quería.

ㅡPor favor quédate esta semana conmigo.ㅡ

ㅡ Yongsun.ㅡ

ㅡByul, por favor.ㅡ

ㅡNo puedo.ㅡ

ㅡ¿Por qué, byul?ㅡ

ㅡPor Dahee.ㅡ

Yongsun contuvo el aliento. Sabía sobre Dahee, ella sabía sobre la chica que respondía las llamadas por Moonbyul. Aún así, no pudo evitar sentir un golpe de dolor en el pecho.

ㅡSólo es una semanaㅡ

ㅡUna semana es demasiado tiempo.ㅡ

ㅡHemos estado casadas por casi cuatro años, Byulㅡ dijo Yongsun, con una sonrisa triste. ㅡUna semana es todo lo que pido, cielo.ㅡ

Moonbyul frunció los labios.

ㅡ¿Qué esperas que suceda en siete días?ㅡ

Si bien el silencio aumentó, había cierto tipo de calma en el aire. Yongsun había apartado la mirada, pero cuando respondió la pregunta de Moon, lucía solemne y honesta.

La mirada cansada en los ojos de la mayor y le hizo ver inocentemente hermosa y tranquila, y eso fue algo que Moonbyul no pudo evitar notar.

ㅡNo espero que suceda nada.ㅡ dijo lentamente Kim, entrelazando sus delicados dedos. ㅡPor una semana, tan solo quiero que pretendas, Byulㅡ continuó con una voz que amenazaba con quebrarse. ㅡQuiero que me ames de la forma en que solías hacerlo.ㅡ

ㅡ Yongsun.ㅡ

Sonriendo con rostro afligido, la castaña alzó una mano.

ㅡDije "que pretendas". Recuerda eso, cielo.ㅡ  Rió ligeramente. ㅡNo tienes que enamorarte de mí. Ya sé que no hay ese tipo de sentimientos de tu parte hacia mí. Solamente quiero que pretendas. No te pediré más. Esta será la última promesa que tengas que cumplir para mí.ㅡ

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Se sentía extraño estar en la casa nuevamente, pero aún más lo era dormir en una habitación diferente de la que compartía con Yongsun, bueno, solía compartir.

Mientras yacía en su cama esa primera noche, Moonbyul contempló la situación. Sentía como si Dios hubiera decidido burlarse allí en ese momento como si lo mereciera por hacer lo que estaba haciendo. Aún no le gustaba saber que, después de meses con apenas algo de contacto, finalmente había contactado a Yongsun sólo para darle la noticia de que quería un divorcio. Pero al final, en su mente, era inevitable. Ya no funcionaban juntas. Ella había avanzado y Yongsun también.

Volteó su cabeza hacia la derecha y miró por la ventana. Notando el cielo cubierto de estrellas brillantes, Byul se preguntó qué otras cosas el vivir en la ciudad le impediría ver.

Una de las preocupaciones de la pelinegra era la ropa; no había llevado nada porque no había planeado quedarse por más de unas pocas horas. Cuando le contó su dilema a Yongsun, esta sonrió y le dijo que no se preocupara. Al llegar el anochecer, había llevado a Moonbyul a una habitación de huéspedes cerca de lo que alguna vez había sido su habitación. Yongsun se fue por un momento pero regresó un rato después con tres blusas en sus brazos, mientras que Hyejin, que la seguía de cerca, tenía mucha más ropa, incluyendo pijamas, shorts, ropa interior y muchas camisetas.

ㅡNo podía traerla toda yo solaㅡ explicó Yongsun. ㅡEs muy pesada para mí.ㅡ

Byul miró entonces a la pequeña pila que Yongsun y Hyejin habían llevado y depositado en su cama.

ㅡNo parece tan pesada.ㅡ

ㅡPesan una tonelada para míㅡ respondió la castaña en voz baja.

Hyejin abandonó la habitación, y Yongsun antes de también irse tras haberle dado las buenas noches, recitó una secuencia de números.

Incapaz de comprender código binario, Moonbyul no le dio mucha importancia. Pero cuanto más tiempo permaneció sola en su habitación, más la curiosidad se apoderó de ella, mientras sus ojos se dirigieron de nuevo hasta la pila de ropa. Luego se movió en la cama, juntó todo y lo levantó.

No era pesado.

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A pesar de las circunstancias de su situación y de los mensajes de texto furiosos que recibió de Dahee la noche anterior, Moonbyul se despertó en calma y paz. No sabía por qué. Tal vez porque no estaba en la ciudad y, por una vez, su sueño no se había visto rodeada de ruidos de fondo de sirenas y autos. O tal vez era la casa en sí. Yongsun no había descuidado ningún detalle a la hora de hacer que cada habitación de la casa fuera confortable y acogedora.

Tomó una ducha rápida y se vistió con la ropa que la mayor le había entregado. No fue hasta que se vio en el espejo que vio su apariencia y notó algo: Yongsun le había dado la ropa que ella había dejado allí.

La amargura se apoderó de ella. No sabía si la castaña lo había hecho adrede y sabiendo Moon que probablemente no, dejó de pensar aquello. Más sin embargo otro tipo de preguntas rondaban en su mente: sobre por qué la mayor aún conservaba su ropa. Era vieja, no la había usado en años y ella la había dejado atrás.

¿Por qué no se había deshecho de toda la ropa?

Cuanto más se miraba al espejo, más notaba que lucía como solía lucir antes. Era gracioso cómo unas pocas prendas viejas y nada de productos para el cabello la habían hecho verse como era dos o tres años atrás. Pero se sentía de forma opuesta. No era gracioso. Era triste y quemaba algo en su interior. Tal vez sentía culpa, no sabía. Tan solo quería que los seis días restantes pasaran para poder volver a su hogar.  

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10080 | moonsun.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora