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Wilbur ya se encontraba trabajando en el bar, atendiendo a los clientes como normalmente hacía, después de haber despertado en la casa de Quackity había empezado con su día con buen humor, ¿pero como no hacerlo si había despertado con una sabana cubriéndolo?.

Sabia que Quackity se la habría puesto, de seguro por la mañana o eso era lo que creía él. Después de todo no estaba despierto para cuando el pelinegro se había marchado de su casa, había ido a su casa después de ordenar la sala y aquel mueble en donde había dormido. Se había ido a bañar y alistar para ir a su trabajo y después de un par de horas ya estaba en él.

A pesar de que no obtuvo la recompensa que él tanto había estado anhelando, pudo ser capaz de ver una de las facetas de su amado Quackity a pesar de que no fue la más agradable en ver para él. Aun por su mente se preguntaba quién era aquel Nick y la razón por la que había dicho eso.

Suspiró con pesadez al recordar eso, llamando la atención del rubio que estaba a un lado de él ―¿Sucede algo Wilbur?― pregunto curioso por su cambio de animo tan repentino.

No, ¿por qué lo dices?― pregunto confundido.

Hace unos segundos andabas con la mejor vibra― respondió ―Pero ahora parece como si hubiera muerto alguien, no comprendo tu bipolaridad.

No es nada, solo ando pensando en algunas cosas― contesto intentando tranquilizar a su hermano.

Bueno si eso dices― comento el Rubio, Wilbur sabia que Tommy respetaba su privacidad y esperaría a que este le contara si llegara a suceder algo y él agradecía mucho eso.

Durante la tarde que quedaba hasta la noche siguieron trabajando sin parar, Wilbur de ves en cuando miraba hacia la entrada del bar cuando oía abrir la puerta con esperanzas de que fuera Quackity el que entrara, pero por algún motivo ninguna de esas personas era él.

Ya era más de la medianoche y él pelinegro no se hacía presente, el castaño estaba lidiando con algunas chicas que estaban coqueteando con él y pidiéndoles que se quedarán con ellas a conversar un poco. Pero él no quería perder su tiempo con ninguna de ellas, quería saber de su amado Alex, no de unas cualquiera.

Tommy había llegado al rescate sacándolo de entre esas chicas con la "excusa" de que estaban ocupados y necesitaba que alguien atendiera otra de las mesas. Wilbur se lo agradeció, pero no era mentira de que estaban ocupados.

Sus superiores lo habían mandado a atender a alguien que había solicitado su presencia especifica en las salas privadas, al principio se ilusiono pensando que seria Alex, pero cuando le especificaron quien era prefirió que alguien mas lo hiciera cosa que no fue posible, así que luego de cargar una bandeja con las bebidas que se le habían solicitado subio con calma hasta la zona privada.

R U Mine?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora