○°◇Confusión◇°○

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«¿Wilbur?» pensó nuevamente en aquel nombre cuando el castaño se presento, y varios recuerdos llegaron de golpe a su cerebro sintiéndose avergonzado ante lo que había hecho aquella noche.

A-ah si, eres tú— respondió el pelinegro un tanto nervioso ―perdona que tuvieras que pasar por todo eso anoche.

No tiene nada de que disculparse señor, estaba en mal estado, no podía dejarlo ir de esa manera— respondió el castaño intentando tranquilizarlo.

Aun así me siento mal por haberte hecho pasar por eso, quisiera recompensarte de alguna manera— admitió este en un suspiro, observando al castaño.

—¿Recompensa?, N-no señor Quackity, le aseguro que lo hice de buena fé, no esperaba nada como esto por ello— se negó ante su tentadora oferta.

Vamos, no tienes porque ser tan tímido— replico este con una sonrisa —puedes pedirme lo que sea que quieras, no es malo ser codicioso en algunos momentos y más en oportunidades como estas— comento al castaño dándole la seguridad para que hablara.

Wilbur aun no estaba seguro ante las palabras del Señor Alex, pero no podía negarse si él le insistía de esa manera. Pensó seriamente ante esa "recompensa" y por su mente paso aquella escena de la noche anterior de ellos dos besándose.

—¿Realmente puede ser lo que sea?— pregunto viendo fijamente a Quackity a los ojos.

Por supuesto, dinero no me hace falta si quieres comprar un auto, ropa o lo que se te de en gana— comento el pelinegro orgulloso —además será la ultima vez que haga esto, intentaré controlarme para que no tengas que pasar por ello nuevamente.

El castaño mordió la parte inferior de su labio, él había dicho cualquier cosa, pero tampoco quería ser tan directo ante la petición que rondaba en su cabeza, temía a que Quackity no se lo tomara bien y esta vez si lo mandara a la mierda.

—¿Me dejaría pensarlo un poco?, luego le daré mi respuesta— aseguro, él pelinegro solo asintió dejando que el castaño pudiera respirar tranquilamente sin tanta presión ―ahora que dejamos ese tema a un lado, ¿qué cóctel le traigo?.

Un long island— respondió, el castaño solo asintió y volvió a aquella barra a preparar su pedido. El pelinegro solo lo observo desde el sillón, viendo cada uno de sus movimientos y el como preparaba el coctel desde la pequeña barra que había en la sala.

Pensaba en lo muy atractivo que lo hacia lucir aquel traje que usualmente usaban los bartenders, pero por alguna razón en él era más atractivo y más con su cabello por detrás que lo hacía lucir mejor y encantador con sus lentes.

Lo miraba examinando cada parte de él repitiendose a si mismo que el chaleco negro que traía lo hacía lucir muy candente y como el cuerpo fornido que tenía mejoraba ese aspecto en él, recordó que ayer había obligado a aquel chico en besarlo y eso solo lo hizo sentirse avergonzado.

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