un isekai como Artoria

El principio del fin

desde el inicio, no dejaba de sonreír en su cumpleaños.

sunna considero tierno como Artoria se esforzaba para que tuviera el mejor cumpleaños, como en secreto discutía con su abuelo para que no hiciera nada que arruinara el ambiente.

incluso los bocadillos preparados por el abuelo fueron tan deliciosos que no podía parar de comerlos. terminando con un tasan vació, y son rastro de que algo estuviera ahí en primer lugar.

solo esa acción se ganó las risas de Artoria y de Dagur, siendo tan vergonzoso que tuvo que ocultarse sonrojada abajo de la mesa. en su defensa —¡eran demasiado ricas! — aunque no sabía cómo lo hizo su abuelo, el mero sabor que degustaron sus papilas gustativas hicieron que pidiera más.

además de la exquisita comida, Artoria preparo divertidos juegos para pasar el tiempo hasta que dé inicio el acto final del cumpleaños de sunna — siendo el momento de cantar el feliz cumpleaños y soplar las velas— a palabra de la rubia menor, fue tan divertido que no quería parar. pidiéndole incluso seguir jugando mañana, ganándose un asentimiento de aprobación de Artoria.

--seria genial que siempre pudiéramos hacer este tipo de cosas

sunna sabía que todo tendría un final, tal como un principio. nada es eterno, tal como los animales muertos que trae su abuelo de vez en cuando. convirtiéndose lentamente en una realidad que siempre estuvo presente en su vida, llegándolo a aceptar como algo natural.

además, su cumpleaños —aparte de ser un día lleno de felicidad— era prueba inequívoca del inevitable avance en el tiempo.

aun así, por un deseo egoísta nacido de una niña, su mayor deseo es que la familia que han formado los 3 juntos no se desmorone.

mirando afuera de la ventana, suspiro con sentimientos complicados.

notando movimiento por parte de la rubia mayor, giro su cabeza para ver qué pasaba.

llegando el momento de partir el pastel, artoria hablo con el abuelo.

"Dagur, ya es hora de cantar el feliz cumpleaños a sunna"

entendiendo lo que quería decir la rubia mayor entre líneas, asintió con la cabeza para posteriormente caminar a su cuarto.

confundida por la repentina acción de su abuelo, sunna ladeo la cabeza a un lado.

"¿Eh? Art, ¿porque el abuelo va a su cuarto?"

"no es nada, solo fue a por tus regalos"

"oh, ya veo... ¿porque tanto secretismo tiene ahí Art? ni que fuera el mismo santo grial"

respondiéndole tan solo una sonrisa divertida, se fue a arreglar el lugar por el desorden causado por los juegos.

confundida por tal acción, miro con desconfianza a la rubia mayor mientras susurraba para sí misma.

"sospechoso... bueno, así es Art"

dejándolo pasar como una acción normal de Artoria, su concentración volvió al cielo estrellado que se encontraba a través de la ventana.

fue en ese momento que le pareció ver una silueta flotando en medio de la luna plateada, como si fuera la mismísima bruja de las leyendas volando.

no... el ser que vio poseía alas, ¿tal vez un ángel?

sin comprender lo que sus ojos captaron, trato de sacudir sus ojos con sus manos. negando lo que acaba de presenciar, simplemente era imposible que existiera.

como si fuera una ilusión creada por magia, cuando termino de sacudir sus ojos la extraña figura desapareció.

-... tal vez lo imagine, es imposible que existan los ángeles. pero también puede ser una señal, ¿significa que será un buen cumpleaños?