Capítulo IV

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Capítulo IV

El lugar donde habían llevado a Jungkook era como una pequeña cueva o un pasadizo, no estaba muy seguro, porque la oscuridad cubría la definición del lugar, lo que sí sabía era que hacía frío y tenía hambre. Se decidió por sentarse en una superficie rocosa y escribir en la pared trazando líneas.

"Abuelo, tenías razón sobre la tierra, sin importar lo que pasara ella seguiría albergando vidas y no tan solo eso, sino que la ha sabido mantener por siglos. Desearía que pudieras estar aquí para ver lo que predijiste de la tierra, ahora llamada Veneda. Es hermosa y tiene unos colores totalmente diferentes a sus originales, quizás se deba a que las estrellas que la alumbran están muy lejanas por eso sus rayos luminosos reflejan poca luz haciendo que los colores sean opacos, no existe el rojo, azul y el amarillo, o al menos eso es lo que he podido observar"...

Antes de que pudiera seguir trazando líneas en la pared uno de los hombres que lo había encerrado allí penetró en el lugar.

—El supremo quiere verte, sígueme —dijo con voz imponente. Él decidió mantenerse obediente pues no sabía que esperar. El hombre lo condujo por todo un pasillo sombrío iluminado con pedazos de cristales fosforescentes hasta llegar a un cuarto con el techo y las paredes decoradas con piedritas y oro, a la izquierda una piedra rectangular llena de comida, y al fondo, un espacio rodeado de cojines de colores cubiertos con mantas, parecía muy cómodo. Justo en medio de todo eso estaba un hombre de cabello blanco y ojos grises que se encontraba mirándolo con expectación.

—Toma asiento —dijo el supremo Seokjin. Inmediatamente Jungkook se sentó frente a él, quien lo analizaba con la mirada —ya veo porqué estás aquí, es evidente que tienes unos rasgos peculiares...como sabrás eso no es suficiente para detener a alguien, pero tampoco es lo único por lo que estás aquí, por eso te brindo la oportunidad de que tú mismo me lo digas —Jungkook se quedó asombrado por la manera tan sofisticada y fluida con la que hablaba Seokjin, se sentía como si estuviera delante de un Dios, su calma le transmitía paz —¿No comprendes lo que hablo?

—Si —respondió enseguida —creo que la razón por la que estoy aquí es porque los venedos me vieron hacer fuego, y es normal que se asusten por ver algo que no conocen, pero le puedo asegurar que el fuego no es malo...hasta lo puedo hacer ahora mismo para que lo vea —ofreció esperando la aprobación de Seokjin, quien tras varios segundos asintió, entonces Jungkook buscó algo rocoso en la estancia que le permitiera ejecutar lo que antes habían llamado magia, después de frotar las dos superficies rocosas con mucha fuerza, el fuego empezó a hacerse notar dejando a Seokjin asombrado y alzando la mano para poder tocarlo fue detenido por Jungkook —será mejor que no lo toque, le puede quemar la piel.

—¿Por qué creaste algo que hace daño? —Preguntó Seokjin alarmado.

—No hace daño si no lo tocas, es solo para proporcionar un ambiente caliente porque el planeta es muy frío, también se puede usar para hacer la comida —dijo Jungkook tratando de hacer que el supremo no creyera que tenía malas intenciones.

—Está bien, ya deshazlo —pidió Seokjin, Jungkook lo apagó con varios soplidos debido a que no era muy grande —lo que quiero saber es ¿Quién eres y por qué estás en Axbell? —Preguntó sin rodeos y sin rastros de su actitud pacífica.

—Yo no... lo recuerdo, solo sé que desperté aquí pero le juro que no tengo malas intenciones, solo quiero tener una vida pacífica —dijo convenciendo a Seokjin con su última palabra pues el lema de Veneda era vivir por la paz.

—Bien...por ahora te detendré un poco más, necesito que te vea mi ayudante para que confirme por telepatía que no mientes —dijo Seokjin para después dar las órdenes de que lo regresen a la encerradera.

Contigo en todos los mundos kookvDonde viven las historias. Descúbrelo ahora