capítulo 4

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♡꙳⭑

-Me da igual, en verdad es más rápido si pedimos juntos, la comida llega antes. Y sobre pagar, después lo vamos viendo.

-Vale, yo no sé tú pero quiero una CBO, está buenísima y te viene con tus patatas y bebida.

-Buena decisión, pero me apetece una pedazo de Big Mac, llevo con hambre desde la una, así que me lo merezco por no haberme comido a nadie. -Me reí por la forma en la que lo había dicho mientras elegía mi combo. Juan esperaba a que yo terminara para él poder pedir su comida.

-Ya está, pide tu querida Big Mac hijo.

-Muchas gracias hija, yo te lo agradezco. -Eligió el menú de Big Mac, en total nos costaba 12,50€. Nos sacó el ticket y fuimos a pagar, el chaval de la barra, al ver a Juan se sorprendió bastante y empezaron a temblarle las manos.

-¿El 14? -Preguntó titubeando, estaba bastante nervioso a primera vista, Juan asintió y le dio el dinero. -Muchas gracias, ahora te llaman. -Nos íbamos a alejar cuando llamó a mi acompañante. -Perdona, no es por ser desagradable ni nada, entiendo que no quieras tener nada que ver con tu trabajo y tal, pero... ¿Te importaría sacarte una foto conmigo?

-Claro, sin problema tío.

-Genial. -Sacó su móvil y fijó su vista en mí, me sonrió y me lo tendió. -¿Te importaría?

-No, no... No te preocupes.-Puse la cámara y los enfoqué, no es por nada pero Juan salía muy bien con esa sonrisa característica suya, me enternecía inconscientemente.

-Perfecto, he hecho algunas cuentas para que tengas para elegir. -Le sonreí y me lo agradeció, iba a sacar el dinero para pagar pero Juan lo hizo también, rápidamente logré darle el dinero al chaval. Teniendo que pagar yo por él, cuando el malagueño se dio cuenta de este gesto me miró entrecerrando los ojos.

Nos alejamos y nos pusimos a un lado de la barra para esperar nuestro pedido.

-Qué tonta eres, iba a hacerlo yo.

-No iba ni voy a dejar que pagues tú por mi, tengo dinero así que.

-Ya pero joe, me da cosa.

-Pues ya tienes excusa de que me tienes que invitar otro día. -Dije, me sonrió y procedió a cambiar de tema.

-Lo raro que no haya preguntado quién eres el chaval.-Me susurró el malagueño, se me pusieron los pelos de la nuca de punta al sentir su aliento tan cerca. Pero me intenté tranquilizar internamente porque no era posible que cada vez que intercambiaba palabra con este, sentía que el corazón se me iba a salir del pecho.

-No tiene porqué, tus fans tienen que respetar tu privacidad, tampoco pretenden conocer toda tu vida entera, si al fin y al cabo acabarás contando cómo te ha ido el día en el directo. -Se empezó a reír, sabiendo que lo dicho era verdad y yo le sonreí.

-Tienes razón, soy horrible para esconder cosas, qué le hago.

-Simplemente eres Juan.

Él iba a decir algo pero una mujer nos llamó para recibir nuestra comida, la iba a coger pero él encogió los hombros reprimiendo una sonrisa, sabiendo que mi afirmación, lo quisiera o no, era bastante cierta. Iba a decir algo, pero literalmente, nuestro pedido salió super rápido y está vez, era una chavala la que nos lo dio.

Me dispuse a agarrar la bandeja pero Juan se interpuso y la cogió, entrecerré mis ojos y me sonrió. Así que lo seguí hasta la mesa que le pareció interesante.

Estaba alejada del mundo, en una esquina de la estancia. Nos sentamos uno frente al otro y empezamos a devorar la comida, teníamos bastante hambre.

-Está muy buena la CBO, tengo que admitirlo.

-Eso ya lo sabía yo. -Habló pegándole un mordisco a su hamburguesa. -¿Quieres?

-Oh, no gracias, estoy bien. ¿Y tú? -Le ofrecí un poco de mi hamburguesa y como no se iba a negar, le dio un bocado, me hizo gracia porque no estaba acostumbrada a que la gente probara mi comida, siempre he sido bastante territorial en cuanto a ese aspecto.

Nos mirábamos a los ojos mientras comíamos, sin saber muy bien qué decir. Bastante tenso estaba el ambiente, lo cual lo comprendía porque siempre me ha costado conocer a la gente, aunque fuera extrovertida me consideraba alguien tímida.

-¿A qué te dedicas?- Preguntó, haciendo que el silencio cesara. Interiormente le daba las gracias, porque ya era demasiado que lo tuviera delante y no saber que decir.

-Pues, estoy en mi último año de educación primaria en Madrid. Siempre me ha gustado la enseñanza y los niños. Así que, era lo único que pegaba conmigo.

-Vaya, eso está super bien. Así que si tengo niños que quieran ir al colegio, tengo a su profesora justo delante.

-Bueno, bueno, todo depende de si me pagas después. -Me reí y se lo contagié. De verdad que me podía pasar horas escuchando su risa, me trasmitía una felicidad y una paz poder oírla en directo.

-To' agresiva 'abe. -Acentuó su acento andaluz, sin vergüenza ninguna, era bastante obvio que me hizo gracia y no paramos de reírnos.

-Hombre, de algo hay que vivir, necesito dinero.

-Y si tanto necesitas el dinero, me hubieras dejado invitarte joe.

-Buen intento pero no, lo siento mucho. -Nos miramos y le sonreí ladinamente, haciendo que desviase la mirada.

-Eso ya lo veremos...

-Que por cierto, no sé tú pero yo no veo a mucha gente entrando. -Le sonreí y él miró a mi alrededor. Tuve suerte ya que sinceramente no había nadie más que nosotros, salvo una familia con dos niñas pequeñas y una pareja bromeando y coqueteando.

-Shhh... La gente tendrá que llegar, aparte, todavía no hemos terminao' de come'.

-Me encanta como nunca pierdes la esperanza, pero... Yo te voy asimilando a la realidad, no te emociones.

-Eso ya lo veremos señorita.

***

Terminamos de comer entre risas y sacando temas de conversación super variados. Hablamos desde cómo obligó a sus amigos, al Andrés y al Marcos para leer fanfics eróticos de los, hasta de lo feliz que estuvo cuando se enteró que estaría 4 meses en su casa haciendo directo todos los días.

No es por nada, pero todas las historias mencionadas ya me las sabía porque las contaba en directo, pero me tuve que contener, aparte me hacía toda la ilusión el ver cómo se le iluminaban los ojos al hablar de sus amigos del instituto.

-Juan, no hay nadie más. -Alargué su nombre, haciendo que me mirase entrecerrando los ojos, yo le sonreí. -No es por nada, pero... ¿Sabes quién va a tener que probar la pizza con piña y comer pepinillos verdad? Porque yo no soy.

-Qué graciosa eres hija. -Se levantó y me brindó una de sus hermosas sonrisas, agarré la bandeja y tiré los papeles junto con los desperdicios de comida a la basura, dejando la bandeja encima de esta.

-Eso ya lo sé. -Hablé echándome el pelo hacia un lado como una diva, provocando la rosa del moreno.

-Eres increíble de verdad. -Salimos del McDonald's y seguimos caminando por las calles. Parece ser que ninguno de los dos nos queríamos despedir ya que continuamos hablando como si nada.

Llegamos a una especie de cruce en la calle y nos dignamos a abordar el tema que yo menos quería, la despedida.

mi perfecta casualidad »illojuanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora