Narra Myriam:
Las cosas dieron un giro inesperado, el padre de mis hijos me fue infiel, ahora me ayuda mi madre aunque no debería pues ya pasó su tiempo para cuidar niños, todo me frustraba ahora.
Lucio estaba divorciado y claro que necesito consuelo, estaba enojado y triste, comimos helado juntos pues ya que más quedaba, no podíamos caer en una depresión solo por las personas que nos hieren; pero algo sucedía dentro de mi, todo me volvía a llevar a él, en mis pensamientos se colaba más de una vez al día, su presencia me obligaba a verlo, examinarlo, notar otra vez sus comportamientos con los demás, lo necesitaba, era evidente que más de una vez busque contacto mínimo con él aunque parece no darse cuenta el mismo, nunca captaba indirectas y parecía el mándarmelas a mí en ocasiones, pero aún así no caería, se que el podía herirme otra vez y no lo soportaría, no con él.
Narra Lucio:
Estaba decidido, Myriam era a quien yo amo y no dejaré que se aleje de mi tan fácilmente, el solo pensarlo me ponía triste.
La invitaba seguido a comer, a salir a caminar con sus hijos, mis hijas obviamente tenían que empezar a acercarse a ella por lo que salimos juntos los dos con nuestros hijos, solo lleve a dos de mis niñas porque la mayor tenía escuela en la tarde.
-Papá ya me quiero ir- dijo mi segunda hija
-¿Por qué?-
-Yo no quiero estar aquí-
-Tranquilo, llevala- dijo Myriam
-¿Segura?- ella asintió y pues entonces lleve a mis hijas a casa.-Dijisté que no engañabas a mamá-
-Y no lo hago-
-¡¿Entonces por qué te empeñas en agradarle?!-
-A mi no me levantas la voz- dije autoritario -Si, si no te voy a negar que la profesora Myriam me atrae, ya estás algo grande para entender que es gustar, así que espero no armes problemas-
-si no eres feliz, ¿Por qué decidiste tenerme?-
-Porque yo sí amo a mis hijas pero debes entender que al final los hijos se van, te vas a ir a hacer tu vida y yo debo debo estar con alguien para ese tiempo-
Ella se fue enojada pero ya entera.
-Myriam si me gusta- dijo mi hija la más pequeña y le sonreí -Tengo hambre-
-Si, vamos por unos tacos para cenar-Narra Myriam:
Lucio se fue con sus niñas y yo lleve a mis hijos a cenar tacos, para mí sorpresa Lucio bajo de su carro con su hija menor, al verme la niña saludo a mis hijos y Lucio nos vio y se acerco.
-¿Van a comer tacos?-
-Si, era lo más cercano y estos nos gustan- el sonrió
-Igual son nuestros favoritos- dijo su hija y siguió platicando con mis niñosPedí los tacos y luego él, nos quedamos esperando en silencio, viendo a nuestros niños jugar.
-¿Te imaginas como hubiera sido nuestra vida juntos?- pregunto Lucio
-Lo hice un par de veces... Antes de que me fuera, pero estoy feliz con mi vida así-
-¿Así que si yo te pidiera salir conmigo no aceptarías?- me miro a los ojos
-No lo sé, depende-
-¿De qué?-
-Mis hijos están dolidos por lo de su padre que pues así- no me di a explicar bien
-¿Tienes miedo?-
-No, solo pienso primero por mis hijos-
-Entiendo- susurro, un chico llegó con las órdenes de tacos mías y las tomé.
-Bueno ya nos vamos- le dije a Lucio -Tal vez deberías intentar- le susurré al oído y fui por mis hijos para irnos.Al llegar a casa me quedé pensativa, mis hijos comieron mientras yo ponía la olla para el café.
-mamá- me llamaron mis hijos
-¿Qué pasa?-
-¿Te gusta el profesor Lucio?-
-... ¿Por qué preguntan?-
-Bueno es que se nota mucho, ¿Te gusta?-
-¿Eso les molesta?-
-No, de hecho, nosotros creemos que sería excelente tener un papá que nos ayude en mates- sonrieron
-¿Solo eso piensan?-
-No, hablando enserio mamá, creo que lo que papá nos hizo fue injusto y que debes ser feliz, porque si eres feliz somos felices-
-¿En serio?-
-Si, ¿Vas a comerte ese taco?- negué y mi hijo lo agarro.Narra Lucio:
"Tal vez deberías intentar", si lo intentaba podría dar resultados, ella temía por sus hijos como yo por los míos, aunque el mayor ya tiene su vida a parte, siempre me va a importar igual, por lo que aveces dudaba por mis hijas presentes ellas no querían estar con Myriam, no sabía aveces que hacer, sería todo más fácil si Florinda nunca se hubiera interpuesto y ahora ella está feliz casada y con sus hijos.
-papá-
-¿Si?- mi hija segunda se paró frente a mi
-Quiero hablar contigo- tenía la cabeza gacha y me preocupe de inmediato
-Claro, ¿Qué ocurre?-
-Yo entendí que esa profesora te gusta-
-¿Ah?- estaba confundido
-Espera, y se que eres un adulto entonces yo no puedo decirte que hacer, y no es que ella no me agrade, si te gusta ella nos vas a olvidar y entonces ya no nos vas a querer porque ella tiene hijos y los vas a querer más a ellos-
-Ven- extendí mis brazos para abrazarla y ella lo recibió -Para mi lo más importante son ustedes mis hijos, antes que todo en el mundo, debes entender eso, nunca dejaría a ninguno de mis hijos solos, menos por alguien exterior, son lo mejor que me han pasado, así yo no esté bien con su mamá- le di un beso la cabeza -¿Entonces no te vas a negar a pasar tiempo con ella?, ¿Por mi?- ella negó
-Te doy permiso-
-Gracias princesa, ahora ve a dormir-
-Mañana debo llevar una cartulina- dijo escondiendo la cara
-¿Qué?, ¿De dónde sacó yo una cartulina a media noche?- me enojé y la hice mirarme a la cara y ella se rió -Claro, ríete porque tú no vas a salir a buscar una papelería a esta hora, vete a dormir, te la voy a traer si es que encuentro-
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Escribiendo números
Fanficallí estaba ella, hablando en los pasillos con el chico del libro, la he amado desde que la ví llegar a dar clases a la escuela, aunque nuestras materias no concordaban. ¿Tendrán un final feliz?