otra oportunidad

4 1 0
                                    

Narra Lucio:

Los hijos de Myriam llegaban menos a la escuela y ella parecía algo atareada, aún así como me lo pidió no la deje sola, le ayudaba con cosas mínimas, manejar, escucharla, etc, lo que fuera.
Aún así ella seguía igual de fuerte; eso me seguía cautivando, ella lograba que mis 5 sentidos fallaran solo con su presencia, su voz o su aroma, se que en mi mente le era infiel a mi esposa, le fui infiel en esta forma muchas veces, esto me traía en constante conflicto porque no merecía ni el amor de una ni de otra, le estaba fallando a mis hijos igual.

Era extraño como los años pasan y Myriam sigue en mi mente, presente como esas ecuaciones que debo recordar todos los años para poder enseñar, era ella la que invadía mis pensamientos cuando menos lo esperaba y por más que intentara apartarme de ella no podía, mi cuerpo sin conciencia iba a ella por necesidad.

Mi hija había sembrado una gran duda en mi y ella era la única que podía ver atraves de mis ojos.

-A mi no me gustaría que fueras infeliz papá, yo veo que no somos del todo tu felicidad... La profesora que está contigo, pareces brillar más con ella, que triste que esté casada, no me importaría mucho si ustedes se casan-
Decía eso mirando a todos lados distraída, con toda la inocencia de una pequeña, sonreí y le di un beso en la frente y ella sonrió.

Tal vez está vez si podría ser feliz enserio...

Narra Myriam:

Otra vez estaba sola, bueno está vez tenía a mis hijos, Lucio me ayudaba aveces a vigilarlos cuando venían a la escuela y estaban en la sala de maestros o algún otro lado.

-Mamá, ¿Cuando iremos con papá?-
-El va a venir por ustedes en la tarde-
-El tiene una novia- dijo uno de mis dos niños -Ya no tiene tiempo para nosotros-
-Tu papá siempre va a tener tiempo para ti-

Que equivocada estaba, su papá no regreso en la tarde, tampoco respondía llamadas de mi parte, mis hijos lo esperaban y el no aparecía, salí a buscarlo, pero cuando vi lo que pasaba decidí que enserio ya no iba a responder por ellos.

-Myriam, esto no-
-Callate, los niños están esperando por ti pero resulta que cuidas más a unos que no tu sangre lo son-
-No... Ellos si son mis hijos- bajo la mirada -te fui infiel-
-¿Qué?-
-Yo me deje llevar y tuve más hijos... Lo siento-
-Eso no va a arreglar el daño que le has hecho a los dos niños que están en mi casa esperandote- me fui de allí, no sabía que hacer, era obvio que los niños necesitaban de alguien que los cuidara así que no tuve otra opción que recurrir a mi madre.
Ella acepto gustosa hasta que acabará el semestre, así haría el cambio para estar solo un turno dando clases.

-¿Así que están con tu mamá?-
-Si, ella me está ayudando-
-Creí que tú ex esposo-
-No, el no me va a ayudar, tiene otra familia desde hace años- sonreí con ironía -No se cómo no lo noté antes- él me abrazo.

Narra Lucio:

Mi esposa y yo estábamos en discusiones constantemente, era como la primera vez de sus celos sin sentido, no estaba intentando nada, tampoco era que Myriam estuviese intentando seducirme a propósito.

-Quiero el divorcio- me dijo ella -No se cómo pude ser tan estúpida y volver contigo, tu no me valoras, solo quieres estar con esa lagartija con lentes-
-Bien te firmaré cualquier papel que quiera pero estás confundiendo las cosas y ya trate de explicarte antes y nada- salí de la casa enojado, solo daría un paseo y regresaría más calmado, ese era el fin.

Lamentaba que mis hijas pasarán este proceso pero debían entender que su mamá y yo no podíamos estar juntos otra vez y este era el segundo intento de estar juntos y no salió bien.

Se lo comenté a Myriam y ahora éramos los divorciados, mis hijas me visitaban aunque las dos mayores no querían hablar conmigo, la menor llegaba feliz.

-¿Ahora voy a tener otra mamá?-
-No hija-
-Pero y la-
-Hija, tranquila-

Escribiendo números Donde viven las historias. Descúbrelo ahora