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Especial Umi. °














El golpeo del aire frío hizo pestañear varias veces a la Minami que azomaba su vista por la ventana del automóvil en el que iba.

- Kotori, no quiero que te dé un resfriado.- Su acompañante se mantenía con las manos en el volante y con toda la concentración para seguir manejando entre las calles de la ciudad.

- ¿Falta mucho para llegar Umi-chan?.- Le preguntó con emoción y regresando a su asiento con mejor postura.

- Estamos a unos minutos de llegar.- Respondió tranquilamente.- ¿Te emociona conocer a mis padres?.

- Claro que sí, tengo mucha curiosidad de conocer a tu familia, espero caerles bien.-

- Hace mucho que no los veo, así que les alegrará verte.- Umi giró un poco entre algunas calles de la zona, entrando a una privada y estacionándose enfrente de la casa que parecía ser una residencia tradicional.- Bien, vamos.

- ¿De verdad está bien que me quede este fin de semana?.- El tono de voz inseguro llamó la atención de la peliazul, volteó alarmada. Kotori lucía un poco nerviosa en realidad.

- Claro que sí, te amarán así que siéntete cómoda. Este también es tu hogar.- Le sonrió y le dió un rápido beso en la mejilla a su novia.- Sal del auto en lo que bajo las maletas.

Kotori asintió y se encargó de cerrar el auto de su amada escritora, a los pocos segundos ya estaban delante de la puerta. Esa puerta que amenazaba con abrirse, Umi la tomó de la mano para hacerla sentir segura, un pequeño acto que reconfortó a la modista. No tardó y presionó el timbre de su ansiado hogar, no quería admitirlo pero hasta ella misma se sentía emocionada. La puerta se abrió y una mujer de cabellera azulada y ojos cafes las recibió con una sonrisa.

- ¡Bienvenidas!.- Saludó a las dos mujeres.- Ya es algo tarde, por favor pasen.- Se hizo a un lado dándoles espacio para entrar.

- Discúlpame por llegar tarde madre, no creímos que nos tardaríamos tanto en llegar.- La escritora al ser la primera, dejó las maletas en la entrada y se retiró el abrigo que usaba.

- No hay problema, querida.- La señora Sonoda dirigió su mirada a la tímida modista que hacía lo posible para mantenerse firme.- Un placer conocerla señorita.

- Ella es Minami Kotori, la chica de la que te he contado.- Umi se acercó a ella y la rodeó con un brazo por sus hombros.

- Buenas noches señora, es un gusto conocerla.- La peligris hizo una rápida reverencia con sumo respeto.

- Que educada Minami-san, de verdad que eres una chica muy linda. Entiendo por que mi hija está tan enamorada hahaha...- Expuso con un tono suave.

- ¡Eso no tenías que decirlo mamá!.- Umi rascó con disimulo su cabeza y escondió lo apenada que se sentía.

- Lleva el equipaje a tu antigüa habitación cariño, en lo que sirvo la cena.- Ordenó con firmeza a su hija.- Minami-san y yo vamos a ordenar la mesa.

La madre y su "nuera" se retiraron con mucho ánimo, después de todo a Kotori parecía agradarle la confianza que tenía la señora Sonoda con ella. Umi se sintió tranquila y se dispuso a subir las maletas a su vieja habitación de adolescente. Abrió la puerta; encontrándose con una silenciosa pero ordenada habitación.

- Dejaré esto por aquí...- Susurró para si misma, colocó el equipaje junto a su armario. Caminó por el área, los recuerdos se visualizaban en las memorias escondidas de Umi. Miró su pequeño estantes de libros y el escritorio para estudiante que tenía ahí, sonrió con gratificación, se sentía orgullosa y segura en esos momentos exactos de su vida. Al terminar de dar un corto tour, regresó a la cocina, poco a poco se acercaba al lugar, escuchó unas risas neutrales y el olor a comida recién hecha.

Kanjō no Umi (KotoUmi) (FUTA) /Finalizado/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora