Capítulo 3

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"¿Cómo puede repararse un corazón roto? Solo dime que este no es el final. Por favor, dímelo ahora. ¿Cómo comienza el cuento de hadas? ¿O cómo se supone que termina? Por favor, cuéntame esa parte."

Toni Braxton - Fairy Tale

La intuición de una mujer es una cosa seria a tomar en cuenta. A la mañana siguiente de devanarse los sesos pensando en la extraña actitud de de Aidan durante la noche, salieron unas fotos de él en la cuenta de instagram de TMZ en las que se le veía riendo y conversando muy cerca de una modelo que estaba escalando vertiginosamente en el mundo de la moda. Las pasarelas de Chanel, Fendi y Louis Vuitton la habían tenido en sus principales desfiles. Eso sin contar que ya había estado en campañas importantes, como la de GAP y Estee Lauder.

No es como si la hubiese estado investigando luego de que le enviaran las fotografías por privado. Eso hacía de gente trastornada. Por cierto; se llamaba Sarah Hill. Era mitad blanca y mitad afroamericana. Su cabello era una brillante cortina negra como el petróleo, el mismo color de sus ojos. Pequeños datos con los que podías tropezarte al azar. Como en el buscador de wikipedia, por ejemplo. ¿Cierto?

Volviendo al punto. Quizá Aidan se sentía incómodo porque no sabía cómo decirle que estaba saliendo con alguien y no estaba en una posición de recriminarle nada. Total, ambos lo habían hecho con anterioridad, pero hasta ahora él nunca había cambiado su manera de tratarla. Por lo cual llegaba a la conclusión de que no se trataba de algo serio; y a los pocos días el tiempo le daba la razón. También ella había salido en unas cuantas citas con anterioridad. No era ninguna monja y tampoco planeaba pasar el resto de su vida sola, envuelta en una manta de resentimiento con cualquier criatura que tuviese un pene sólo porque su ex esposo/amor de su vida/padre de su hija le había sido infiel en cierto momento.

—Estás pensando en la noticia de Aidan de nuevo. —le dijo Annie. Con el tiempo se había convertido en su mejor amiga en la ciudad. En medio de su separación, apareció en la puerta de su casa y se hizo un hueco en su vida a fuerza de bien; demostrándole que no era una simple WAG como había pensado que era.

¿Qué tal eso para su trasero prejuicioso?. Se había presentado en su nueva casa, apenas se instaló, con un arsenal impresionante de comida chatarra y no se quejó cuando Sienna la atormentó, una y otra vez, con temas deprimentes como Fairy Tale de Toni Braxton o de momentáneo empoderamiento como Stronger de Kelly Clarkson. No, la mujer aceptó todo su épico despecho con suma paciencia, como sólo una verdadera amiga podía hacerlo.

Anna era la esposa del quaterback de Los Angeles Kings: Daniel Romero. Aidan le había comentado en alguna ocasión que el entrenador Brody solía hablarles sobre la relación entre un mariscal de campo y su receptor, la cual tenía que ser de plena confianza. Bill también solía bromear sobre el hecho de que Aidan y Daniel funcionaban como el mejor de los matrimonios y los resultados habían validado sus palabras.

Si Dani era el heroíco mariscal de campo que había liderado a los Kings hacia los playoffs y juegos de campeonatos; la gente comenzaba a hablar sobre este como un boleto dorado hacia una dinastía deportiva; Anna sería entonces la princesa por así decirlo. Era la hija del dueño del equipo y se dedicaba a las relaciones públicas. Sienna bromeaba con ella a veces diciendo que era lo más cercano que había logrado estar de la realeza, a lo que esta ponía los ojos en blanco y se dedicaba a algo mundano. Pero lo cierto era que la familia de Annie era una de las más ricas de la nación. Los Watson no solo eran dueños de su propio equipo de fútbol americano, sino que también de las tiendas deportivas más grandes de Norteamérica desde hacía más de medio siglo. Si eso no era como ser como de la realeza, no sabía qué lo sería.

Por todo eso le extrañaba que Anna se involucrara en tareas tan ordinarias como pequeñas celebraciones familiares, cosa que Sienna amaba organizar ella misma, pero con el tiempo su amiga le confesaría que le daba esa sensación de calidez doméstica que podía perderse en el día a día de su muy atareada y acaudalada familia. Incluso Daniel y Aidan con sus muy generosos salarios se quedaban en pañales ante los ingresos de los Watson.

En aquel momento ambas se encargaban de colocar una gran pila de fibra de algodón estirado en forma de tela de araña en un rincón de la sala de estar. Halloween se acercaba y había planeado hacer una pequeña fiesta para los amigos de su hija. Annie no había tenido niños aún; no por falta de ganas de Daniel había que decir; sino porque ella no había encontrado el momento perfecto para que sus vidas profesionales se acoplaran a la paternidad. Por lo que con el tiempo, tanto ella como su marido, se habían auto nombrado como los padrinos de Dakota. Y trataban de pasar juntos tantas festividades como les era posible.

—¡Ya basta de darle vueltas a esas estúpidas fotos! En realidad no creo que se trate de algo serio. Ni siquiera creo que se trate de algo en sí. —comentó la esposa del mariscal de campo.

Bajó de la escalera y fue por un trozo más del peculiar material para colocarlo en otra parte del salón.

—No estaba pensando en nada —negó Sienna—. Pero sí creo que se trate de algo. Ya te dije como actuó la otra noche. —Continuó distribuyendo lamparillas LED dentro de las calabazas talladas. A gusto personal prefería las velas, pero no estaba corriendo riesgos innecesarios con niños pequeños propios o ajenos.

—Entiendo. No estás pensando en eso, está claro. —casi podía verla rodar los ojos mientras decía aquello. —No más comentarios, su señoría. La señalada acaba de aceptar su culpabilidad.

—Es que no puedo...

Annie descendió de la escalera para mirarla directo a la cara y hacer lo que sabía dolorosamente mejor: obligarle a reaccionar, sin importar cuán dura fuese la realidad.

—Sienna, tienes que decidirte de una vez por todas. No es un secreto para nadie que Aidan estaría más que encantado con la posibilidad de reconciliarse. Coquetea abiertamente contigo y jamás ha dejado de ver por ninguna de las dos, sin importar lo que establecieran en ese condenado contrato. —Se recogió detrás la oreja un mechón de su espectacular cabello color caramelo.

—Acuerdo.

—Me traen sin cuidado los términos legales en todo esto. —la despachó con un solo gesto. —Lo que sí me interesa es que te sinceres contigo misma de una vez por todas: ¿Quieres superar a Aidan y seguir con tu vida? Bien. Entonces prepárate a llorar las primeras noches que salgas con alguien y sigue adelante. ¿Quieres volver con él? Grandioso. Dale la oportunidad de demostrarte si es verdad que ha cambiado. Porque no sé si lo has notado, pero desde su separación, lo único que ha avanzado aquí es ambas carreras, y nada más. Porque ninguno de los dos se han superado realmente.

Sienna tragó grueso al recordar la primera vez que había dormido con alguien después de Aidan: Tras ocho meses de su divorcio, creyó estar lista para dar ese paso. Incluso tuvo la suerte de encontrar a un hombre increíble.

Pero Annie tenía razón: no podía continuar con ese patrón destructivo pensando que Aidan seguiría tras sus pasos toda la vida y sin rehacer la suya propia. No era sano en lo absoluto.

Asintió en silencio antes retirarse a lamer sus heridas en privado. Heridas que creía ya cerradas.

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Quaterback: Mariscal de campo en español. Es el líder de la línea ofensiva y es quien se encarga de decidir y comenzar las jugadas a realizarse.

TMZ: tabloide digital que se encarga de publicar todo lo concerniente a las noticias sobre celebridades.

WAG: siglas en inglés de Wives And Girlfriends - Esposas y Novias de Deportistas Supestrellas. 

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