․·‧°⋆ও ── 陽光; ❝ Es difícil espeɾɑɾ ɑlgo que sɑbes que no ocuɾɾiɾɑ́, peɾo es mɑ́s difícil ɾenunciɑɾ cuɑndo es todo lo que quieɾes. ❞
─ sᴇɢᴜɴᴅᴀ ᴛᴇᴍᴘᴏʀᴀᴅᴀ ᴅᴇ "sᴜɴsʜɪɴᴇ".
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Habían trascurrido un par de días desde lo sucedido con Eri, en aquel tiempo tuvo mucho en lo que pensar y finalmente concluyó que, si bien no podía ser de ayuda en el rescate debido a que Endeavor se lo prohibió, podría acercarse a la infante una vez la hayan rescatado. Elaine se seguía sintiendo culpable y mínimo, quería hacer pasar un buen rato a la menor una vez estuviera en buenas manos.
Durante esa semana de instituto ocurrieron cosas muy extrañas, especialmente con dos personas que ella conocía muy bien. Su compañero de clases — y amigo — Mirio estaba en otro mundo, él solía ser alguien muy animado, juguetón y alegre, el rubio siempre nutría a los demás de buenas vibras y energía cada vez que pasaba por los pasillos con su enorme sonrisa pero ahora estaba apagado y sin su característico brillo. Otra persona que estaba exactamente igual que él era Izuku, Shoto le comentó lo preocupado qué estaba por él, ya que había comenzado a tener ojeras y no atendía en clases correctamente.
Elaine solamente tuvo que saber que Deku estaba haciendo el trabajo de héroe en la agencia de Sir para saber lo que les ocurría a ambos, entonces decidió enfrentarse al rubio.
No era difícil encontrar a Togata en la escuela, siempre estaba en el mismo sitio junto a Tamaki y Nejire. Así que no le fue difícil dar con él de inmediato para preguntarle sobre su actitud, Elaine esperaba que fuese honesto y le contará la verdad.
— Mirio. — dio un par de toques en sus hombros, tratando de llamar su atención. — ¿Podemos hablar? — preguntó, señalando las escaleras que daban hasta la azotea.
Un intento de sonrisa apareció en los labios del más alto pero se borró inmediatamente al ver la dura mirada que le daba Elaine, era como si estuviera leyéndolo a través de sus ojos. Un escalofrío lo recorrió de pies a cabeza hasta posarse sobre sus hombros, erizando los vellos de su nuca.
Tamaki y Nejire se vieron entre ellos confundidos, preguntándose qué era lo que sucedía entre esos dos. En un principio la fémina creyó que se trataba de una confesión pero descartó la idea rápidamente al notar el para nada amable rostro de la más alta, quien estaba muy seria.
