Nadie

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Una duda puede condenar ciudades.

Tenía que decirlo, necesitaba soltar aquello que quemaba mi garganta, que apretaba mi pecho, que revolucionaba mis sentidos. Quería que lo supieras, que te quería sin razón y sin permiso concedido, pero que te quería. Así que lo dije sin más premisa que el propio hecho de decirlo: Te quiero.

Tu respuesta la esperaba, no puedo decir que me tomó por sorpresa. El silencio impregnó el aire con sus ruidos sordos que gritan a distancias y que hacen respirar bocanadas de dolor. No dijiste nada.

Pero yo prefería ello a que dijeras lo que no sentías… Mentira. Si hablamos de preferir hubiese deseado que me quisieras, que estuvieras sintiendo lo mismo, que tu corazón latiera con la misma fuerza que lo estaba haciendo el mío. Pero eso no sucedió.

Intente saltar el vacio que se abría, sacarte del apuro de no tener nada para responder, de no querer mentir, pero intentar aun responder algo.

Lo único que no quiero es que te alejes, que te vayas, que no vuelvas.

Me dijiste que eso nunca lo ibas a hacer porque tu respetabas mucho lo que yo sentía…

Hubiera preferido tu silencio.

En ese momento, me quebraste.

22 de abril del 2017.









<3

Escribiendo-meDonde viven las historias. Descúbrelo ahora