Capitulo 4

3 0 0
                                    

Aquel chico no desistía fácil, tuvimos que mantenernos en aquella bajada hasta ya entrada en la noche, el frio hacia que mi cuerpo temblara, aquel vestido era para días cálidos y la capa no ayudaba mucho. Tikki se removió a mi costado ya inquieta.

- ¡No! Ni se te ocurra –susurre-

Ver como mi gata me ignoraba y caminaba sigilosamente hasta el costado de unos arbustos para luego ver como desaparecía antes estos. Bufe moviendo la cabeza, con cuidado comencé a dar unos pequeños pasos hacia el mismo costado por donde se había ido Tikki, pero el sonar de unos pasos me detuvo de inmediato. Solo podía escuchar como alguien caminaba y con cada paso el crujido de pequeñas ramas quebrándose bajo sus pies.

Decidida salí de mi escondite, aferré mi canasta contra mi cuerpo para comenzar a moverme, atenta a cualquier sonido o movimiento de los alrededores. Quería tomar el sendero oculto para llegar luego a mi hogar pero el no saber dónde estaba Tikki y aquel muchacho me colocaba los nervios de punta.

Después de unos minutos caminando, la tranquilidad y el silencio propio del bosque me fueron relajando hasta que ya me sentía segura. Mis pasos ya eran firmes, rodee varios robles y pinos para a lo lejos ver como una mancha negra saltaba desde las ramas de un gran árbol frondoso, instintivamente me escondí detrás del árbol más cercano a mí.

Escuche como maldecía, y suspiraba frustrado, pateo una pequeña roca que género que algunas aves emprendieran vuelo, por lo que el silencio fue interrumpido por el aleteo de sus plumas y como los arbustos fueron sacudidos tanto por la roca como por el movimiento abrupto de las aves. Asome mi rostro para ver qué haría.

Tomo la capucha para dejarla caer en sus hombros, hincarse mientras se agarraba el pelo con frustración. Mire hacia mis pies pensando que hacer, hasta que el maullido de mi gata, hizo que alzara la vista hacia ella con aflicción, gire hacia el chico y de un solo movimiento se elevó para correr hacia el sonido del maullido. El aire salió de mis labios dejándome estática, sus cabellos rubios se movían mientras la brisa iba contra él, desapareció a través de un manto de ramas de un árbol sin hojas.

El sonido de sus pasos se fue alejando hasta que el silencio volvió a reinar, mi cuerpo ya no resistió mas la falta de aire para jadear en busca de oxígeno, reaccione para moverme y empezar a correr detrás de él. En mis pensamientos solo había una sola cosa; "Tikki, ¡que tonterías has hecho!" El aire frio golpeaba mi cuerpo entumeciendo mis piernas, mi capa ondeaba con la brisa, con cada paso que daba miraba hacia todos lados buscando la mancha blanca.

La desesperación empezó a brotar con tanta fuerza, que mis ojos comenzaron a lagrimear. Si seguía esta dirección llegaría a la planicie natural que había en el centro del bosque, donde una gran variedad de plantas medicinales habitaba. Me detuve unos metros antes apoyándome contra un árbol, respiraba con rapidez, sentí un movimiento bruco a un costado mío, mi corazón se aceleró nuevamente, deje de respirar y cuando el sonido prácticamente sonó tan claro como si me susurrara en el oído, gire bruscamente para ver como mi gata salía de un arbusto con flores silvestres.

Me acerque con rapidez para tomarla, y cubrirla con mi capa, protegiéndola del frio, no lo pensé dos veces en regresar por mi camino hasta que nuevamente el ruido de pasos detrás de mi surgió, vi como mi gata se removió en mis brazos y cuando tenía la clara intención de maullar, lleve mi mano a su hocico para callarla, con rapidez me escondí entre unos rózales, y gracias a mi capa oscura me mimetizaba con la oscuridad de la noche.

Una luz broto para dar paso aquel chico, llevaba una lámpara de aceite, aquel brillo me segó, estaba tan acostumbrada a no llevar luz cuando volvía del pueblo que estaba acostumbrada a ver en la oscuridad. El chico paso caminando técnicamente a un par de pasos de nosotras sin percatarse y cuando lo vi girar en dirección opuesta hacia donde teníamos que regresar – suspire aliviada- espere que aquella luz despareciera.

¿Aceptarías la magia hay dentro de mi?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora