Qué demonios hacía ahí era lo que pensaba en ese esos momentos, cómo era posible que lo hayan atrapado con tanta facilidad.
De cualquier modo; y por más que lo intentó no pudo liberar sus manos ni sus piernas ya que estaban fuertemente atadas con unas cuerdas muy gruesas.
—ho cariño, te traje la merienda—
Al escuchar la voz de su captor este simplemente frunció el ceño mientras miraba cómo bajaba por por unas escaleras directo a ese lugar tan extraño.
—no tengo hambre gilipollas puedes metértela por el culo.—
—esa boca por favor, a mí no me gusta las malas palabras.
había dejado de lado su acento francesa solamente por la molestia del mal vocabulario que poseía el Omega. Tal fue su enfado que se quitó la máscara y dejó a la luz su verdadero rostro, con la diferencia de que sus ojos eran dorados.
—Samuel? Samuel de Luque! Pero qué coño te pasa tío por qué me has secuestrado!
—lamento decepcionarte mi bella dama pero yo soy el lobo nocturno, Samuel no está aquí y tampoco te ayudará porque él no recuerda nada..
—eres un gilipollas!
Pronto la habitación quedó en silencio pues hay que el gran hombre había dado una gran cachetada al pequeño Omega por su malbocabulario.
—he dicho que no quiero malas palabras en mi casa.
Rubén quiso llorar, pero con tuvo sus lágrimas ya que no quería darle en el gusto de verlo sufrir
—ahora come tu merienda antes de que empecemos nuestros juegos?
—juegos? Estás loco si piensas que voy a jugar contigo.
—oh tranquilo cariño estos juegos son para mí diversión no para ti.—
La charola fue puesta en la cama a una distancia considerable a lo que Rubén aprovechó para darle una patada y lanzárselo en la cara, esto molestó aún más al alfa quien sacó un látigo de las paredes solo para acercarse al menor y comenzar a darle azotes en los pezones.
—HAAAA!!! Qué coño te pasa eso duele!—
Chilló con la cara roja intentando contener las lágrimas ardía como si lo hubiesen puesto fuego directamente en el pecho.
—eso es por tirar la charola de comida
El alfa tomó al pequeño mega y lo dio vuelta en la cama dejando su trasero levantado, lo siguiente que hizo fue azotar tres veces su trasero dejando sus nalgas blancas de un tono rojizo.
—Haaaaa!!!!
Rubén gritaba pero no lloraba contenía con todas sus fuerzas las lágrimas de sus ojos no quería darle en el gusto no lo haría, era solo un lunático que estaba abusando de él por ser un Omega.
—lo siguiente que haremos será un pequeño juego.
Volví a voltearlo esta vez mirando hacia el cielo, los ojos de Rubén estaban rojos por contener las lágrimas, lobo nocturno se divertía con las expresiones del pequeño Omega, era exquisito verlo tratar de contener las lágrimas mientras sus mejillas estaban totalmente rojas.
—ahora usaremos este pequeño juguetito para comenzar la diversión
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