Solté un grito.
—¡Levántense!
Abrí los ojos luego de frotarlos para visualizar bien que había sido lo ocurrido. Pude ver a una enfurecida Shibuki con un vaso de vidrio vacío e inclinada ligeramente hacia delante mientras sus manos estaba posadas en sus caderas.
—¡Mierda! ¡¿Pero que te pasa?! —Escuché un grito a mi lado. Me giré y pude ver que era Karube, él estaba protestándole a otra persona.
—¿Se puede saber qué hacían los dos aquí dormidos? —Preguntó Arisu muy enfadado.
—Dormíamos, ¿no ves? —Respondí.
—Ja, que chistosa —Me giró los ojos. —Karube, se supone que te tocaba ver en la mañana como estaba chota, así habíamos acordado.
Karube solo resopló para después posar una de sus manos en el sofá y tomar impulso para ponerse de pié.
—Curamos en la noche a Chota de igual manera, ahora es mejor que siga descansando. —Le dió palmadas en la espalda.
—Y bien Luchia, —Shibuki volvió a hablarme—¿por qué no fuiste a dormir? Que yo sepa, la habitación de Chota no es la sala. ¿Qué hacían? No me digas que ya formaste una alianza con este. —Señaló al rubio. —Y tú, quien te entiende, parecía que odiabas a Luchia y mirate, durmiendo con ella el primer día. Desvergonzado, te aprovechas porque es más pequeña. —Le recriminó mientras se acercaba cada vez más a él y le golpeaba el pecho con su dedo.
—No deberías acercarte al que desconfía de nosotras Luchia. Este tipo es un grano en el culo —Le pellizcó el brazo, a lo que él soltó un quejido.
—Bien, ¿que hacían? —Volvió a preguntar Arisu.
—Nada, charlar y ya, estábamos agotados de curar a Chota así que decidimos descansar y nos quedamos dormidos. —Se encogió de hombros.—Como si pudiera pasar algo más entre esta chiquilla y yo, sabes que me gustan más maduras. —Se carcajeó.
Voltee a mirar a Karube con la cara más indignada que había puesto en mi vida, incluso yo sentía el peso de mis expresiones.
—Ya quisieras que alguien como yo se fijara en tí chinito. De donde vengo hay mejores prospectos. —Sonreí de lado al ver que su cara se puso entre roja de vergüenza y una mirada de furia.
—Basta. Solo olvidemos esto. No vuelvan a hacerlo, cada uno tiene su cuarto. —Sentenció Arisu. —Les diría que desayunemos, pero ya que no salimos a buscar comida porque unos personajes se quedaron dormidos —Dijo con un tono sarcástico el pelinegro mientras hacía ademanes con sus manos (Como bocas) y nos miraba a ambos. —Tendremos que ir ahora.
No proteste a pesar de estar aún muy cansada. Asentí ligeramente y les comenté que con Shibuki iríamos a cambiarnos para poder salir a comprar.
Primero tomé una ducha, al parecer había agua en el edificio porque usaban un contenedor, una buena noticia, pero a su vez tendríamos que racionar mucho el agua, por lo qué mi ducha solo duró cinco minutos. Salí y Shibuki ingresó.
En el cuarto pude divisar solo una ropa de cambio que era deportiva, decidí usar ella sin reproche. Cuando fuéramos a buscar municiones sin duda tomaría un par de prendas.
Al terminar de vestirme ella ingresó y se colocó algo parecido a lo mío. Cuando ambas estuvimos listas salimos a la sala donde los chicos nos esperaban.—¿No piensan bañarse? —Les dije.
—Cuando regresemos —Respondió Karube.
Yo solo hice un gesto ligero con la nariz, puesto que no me agradaba para nada la idea, ellos estaban sucios, en especial Arisu, me daban ganas de llevarlo conmigo a la ducha con tal de que se bañe. Toda esa linda cara encubierta por su mal aspecto sin duda era una pena.
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Perfosis
FanfictionLuchia, una estudiante de medicina, la cual cumple su sueño de viajar a Tokyo Japón por las vacaciones es envuelta en un mundo extraño luego de encontrarse en la famosa Shibuya. Ella en borderland experimentará pérdidas. Este mundo caótico al que a...