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[Domingo - 03:50 AM]

Podría decirse que recién empezaba la fiesta. No sabría como explicar la situación en la que me encontraba.

— ¿Estás seguro, Keita?

— La vida es una.

El contexto: un chico con una maquina de tatuajes. ¿Cómo llegó aquí? Absolutamente nadie sabe, pero lo teníamos frente a nosotros realizando su trabajo sin importarle nuestra condición. Es que el alcohol no hace que uno piense con coherencia.

Ahora tenía a Keita en una silla a punto de elegir el tatuaje de su vida. Según él, era la mejor decisión que podría tomar. Tras pensar dos minutos y tomarse una lata de cerveza, decidió que su tatuaje sería el nombre de su objetivo de esa noche.

Como dije, el alcohol no hace que uno piense con coherencia, y hacerle cambiar de opinión sería en vano. Así que el chico se puso manos a la obra sobre el brazo de mi querido y estupido amigo.

— ¿Duele? —pregunto esperando que Keita responda llorando o algo por el estilo; sin embargo, la respuesta que recibí fue de Hanbin, quien no soltó su agarre de mi cintura en todo este tiempo.

— De hecho, no duelen para nada. Mira. —decía mientras abría un poco su camisa dejando al descubierto gran parte de su pecho, en donde tenía un tatuaje de un sol y una luna. Estaba sorprendido.

— Yo quiero hacerme uno, pero tengo miedo. —honestamente, la idea de un tatuaje nunca estuvo en mi mente hasta este momento. Ahora si tenía ganas.

— Si quieres, podemos hacernos algo juntos.

Definitivamente, quería un tatuaje. La idea no me desagradaba. Si podía hacerlo ahora, ¿para qué desperdiciar la oportunidad?

Y así fue como terminé con una "HB" en mi brazo izquierdo, y Hanbin con un "ZH" en el brazo contrario. Fue su idea, y yo estaba más que encantado.

Pero esto no quedaba ahí. Más bebidas llegaron, junto a ellas, dulces que según decían, eran especiales para beber. La verdad, ahora no pensaba con claridad, me dejé llevar por la euforia del momento.

La música nunca se detuvo, todos saltábamos y bailábamos sin parar. En ese instante todos eramos cantantes y coreógrafos. Capaz no estaba con todos mis sentidos activados, pero si estaba seguro que lo disfrutaba.

Los besos no faltaron. Hanbin nunca se alejó de mí. Aprovechaba cada momento para halagarme con palabras, procuraba que no me sucediera nada. Era el indicado.

Mientras que mis amigos montaban un show de strippers privado en medio de la sala frente a todos, aproveché y llevé a Hanbin a la segunda planta de la casa; quería más privacidad.

Sé lo que quiero y lo que él quiere.

𝟔 𝐀𝐌 ┄ 𝐡𝐚𝐨𝐛𝐢𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora