【A ​| N】||ᴊᴀᴇᴍʀᴇɴ||

Capítulo 2

Aunque Renjun se había propuesto no aferrarse al pasado, no lo pudo evitar, no había podido superarlo y al parecer jamás lograría superar su pasado. Miró su ordenador, su peor pesadilla se estaba convirtiendo realidad, "Reservación a las 8 en Stcakhouse".

—Malditos prostitutos —murmuró Renjun, restaurante y hotel en el mismo lugar, muy práctico, lo más seguro es que los cuatro jinetes del apocalipsis se reunirían para cenar y después se irían a hacer una orgia con varias mujeres en el hotel.

Jamás cambiaran.

Entrando en su correo reviso sus archivos guardados ahí, abrió la carpeta que decía "Infierno" era su anuario de preparatoria, lo había quemado después de escanearlo, y solo lo había hecho por una razón, para recordarse que jamás en la vida volvería a dejarse pisotear por nadie. Pasando por entre las imágenes, llegó a la que estaba buscando, los K. A. aunque en lo personal él los llamaba los cuatro jinetes del apocalipsis, tal vez era exagerado, pero en aquel entonces no había podido pensar en algo peor que eso.

En la escuela eran el grupo del Kappa Alpha, en referencia a la fraternidad de la universidad. Aún estaban en preparatoria, pero los Kappa Alpha era su herencia, todos los hombres en sus familias asistían y siempre pertenecían a esa fraternidad, por esa razón esos pendejos ya se hacían llamar en aquel entonces los K. A. incluso había escuchado que no importaba si estos niños ricos aprobaban el examen o no, la cuenta bancaria de sus padres aseguraba su lugar en la Universidad.

Si, el mundo era una mierda la mayor parte del tiempo.

Buscando en sus archivos encontró otra foto más moderna, eran los mismos cuatro hombres, pero quince años después. A excepción de la edad no habían cambiado mucho, poniendo las dos imágenes ante sus ojos, comparo a cada uno.

El primero a la derecha era Mark Lee, un arrogante mujeriego, por lo que Renjun podría decir era que el hijo de puta era afortunado en haber nacido en cuna de oro, había ido a la universidad, aunque dudaba mucho que para estudiar, era un importante inversionista. Miró sus rasgos, rubio, el cabello lo mantenía igual que en la preparatoria, lacio, sus ojos café y su sonrisa sexy le aseguraba las compañeras de cama todos los días.

Después se encontraba Lee Jeno, modelo internacional, ¿Cómo no? Dudaba que ese idiota tuviera cerebro para algo más ¿Por qué siempre los idiotas tenían que ser tan guapos? No solo había nacido en una familia rica, sino que tuvo la fortuna de ser atractivo, buen cuerpo y hermosa cara, tenía la perfecta apariencia de un príncipe.

En la esquina a la izquierda se encontraba Na Jaemin. Renjun suspiró, por él definitivamente habían pasado los años, en la preparatoria mantenía el cabello rubio y ligeramente largo, ahora lo tenía negro y un poco más corto, y esos ojos color chocolate, sus ojos eran ligeramente más rasgados, ahora la edad lo hacia parecer más maduro... Renjun apartó la mirada, nunca supo por qué él permanecía con los K. A. Nunca lo comprendió, Jaemin era como un espíritu libre, siempre se lo imagino viajando por el mundo, viviendo como hippie, era tranquilo, serio y callado. En la escuela cuando no estaba con sus tres cómplices, lo podías encontrar recostado en los jardines con la mirada perdida en el cielo, o en el salón de música tocando el piano, incluso juraba que una vez lo escucho cantar. Y siempre que veía a sus amigos torturar a alguien en la escuela, él se alejaba... Renjun movió la cabeza, Jaemin no era un ángel, era tan idiota como todos los demás. Hoy en día era un importante fotógrafo que viajaba por el mundo, sus cuadros eran vendidos por muchísimo dinero.

Por último estaba Jeong Jaehyun, su mayor pesadilla y su dolor de cabeza personal, gracias a él Renjun apenas había podido sobrevivir a la preparatoria. El último año fue más llevadero puesto que ellos eran un año mayores que él. El día que se graduaron Renjun lloró de alivio. El último año logro concentrarse en sus estudios en lugar de andarse cuidando las espaldas, y cuando llego el momento de ir a la universidad, se fue a estudiar lo más lejos posible.